Crítica de Kotaro vive solo por Sandris
Redactada:
2025-01-15
La vida es injusta y, casi siempre, acaba cebándose con los que menos culpa tienen, los que ni siquiera han pedido venir a un mundo plagado de desgracias y violencia; los niños. En ‘Kotaro vive solo’, un anime de tan sólo diez episodios, dirigido por Tomoe Makino y que adapta el manga homónimo de Mami Tsumura, conocemos la cruel realidad de Kotaro. Nuestro Kotarin es un niño de 4 años que vive solo. Inteligente, locuaz, resolutivo y charlatán como un abuelo de antaño, nuestro protagonista se muda a un edificio de apartamentos en el que los vecinos ni siquiera se conocen. Con su inocencia y cariño, acabará convirtiéndose en el pegamento que mantendrá unidos a unos personajes tan diferentes como reales, porque sólo los que estamos rotos por dentro, reconocemos en los otros nuestras mismas heridas. Karino, Mitsuki o Tamaru, todos vecinos del edificio, serán los protectores de Kotaro, aunque quizás, a ojos avispados, sea él quien los protege a todos con su afecto incondicional y su espada de samurái de juguete claro.
Estamos ante una serie que fortalece el mantra de la familia escogida, cuando la vida es tan atroz que otros deciden cuidarte, no por obligación sino porque quieren hacerlo. Un niño que acaba llegando a la vida de tres personas perdidas para enseñarles algo que tienen atravesado en el pecho como una espada, algo tan insondable como la soledad. Kotaro se convertirá en el salvador de unas personas astilladas por la vida, olvidándose de sí mismo, olvidándose de que tan sólo es un niño de 4 años con la mala suerte de toparse con los padres equivocados. Kotarin aprenderá por el camino a ser niño y no un adulto impuesto para poder vivir por sí mismo y nosotros aprenderemos con él a abrazar la ternura de la infancia y lo valioso que es protegerla a toda costa.
Por muchas risas y momentos cómicos que ofrezca, estamos ante una historia de maltrato, abuso y violencia. Una historia de las que te retuercen el alma por dentro, porque es terrorífico contemplar a un niño preocuparse por los sentimientos de los demás, en lugar de pensar en sí mismo, porque el mero hecho de bucear en tu propio interior duele. Duele pasados los 30 y duele más siendo un niño que únicamente debería angustiarse por no comer demasiadas chuches para evitar dolores de barriga. Este maravilloso niño nos enseña que, con la suficiente actitud, podemos hacerlo todo solos, pero a veces sólo necesitamos que alguien nos dibuje algo divertido sobre nuestras heridas, se siente con nosotros a merendar y se convierta en nuestro refugio seguro para seguir sorteando la vida, sabiendo que siempre tendremos una toma de tierra a la que volver cuando todo sea demasiado grotesco para ser real.
Estamos ante una serie que fortalece el mantra de la familia escogida, cuando la vida es tan atroz que otros deciden cuidarte, no por obligación sino porque quieren hacerlo. Un niño que acaba llegando a la vida de tres personas perdidas para enseñarles algo que tienen atravesado en el pecho como una espada, algo tan insondable como la soledad. Kotaro se convertirá en el salvador de unas personas astilladas por la vida, olvidándose de sí mismo, olvidándose de que tan sólo es un niño de 4 años con la mala suerte de toparse con los padres equivocados. Kotarin aprenderá por el camino a ser niño y no un adulto impuesto para poder vivir por sí mismo y nosotros aprenderemos con él a abrazar la ternura de la infancia y lo valioso que es protegerla a toda costa.
Por muchas risas y momentos cómicos que ofrezca, estamos ante una historia de maltrato, abuso y violencia. Una historia de las que te retuercen el alma por dentro, porque es terrorífico contemplar a un niño preocuparse por los sentimientos de los demás, en lugar de pensar en sí mismo, porque el mero hecho de bucear en tu propio interior duele. Duele pasados los 30 y duele más siendo un niño que únicamente debería angustiarse por no comer demasiadas chuches para evitar dolores de barriga. Este maravilloso niño nos enseña que, con la suficiente actitud, podemos hacerlo todo solos, pero a veces sólo necesitamos que alguien nos dibuje algo divertido sobre nuestras heridas, se siente con nosotros a merendar y se convierta en nuestro refugio seguro para seguir sorteando la vida, sabiendo que siempre tendremos una toma de tierra a la que volver cuando todo sea demasiado grotesco para ser real.
Guion
0 ✮
Banda sonora
0 ✮
Interpretación
0 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
0 ✮
Entretenimiento
0 ✮
Complejidad
0 ✮
Sentimiento
0 ✮
Duracion
0 ✮
Credibilidad
0 ✮
Fotografía
0 ✮
Dirección
0 ✮
Valoraciones en tu crítica:
Mostrar todos los comentarios
Comentarios
Es que sólo quiero achuchar a Kotarin hasta el fin de los tiempos :(