Crítica de Jóvenes altezas por Obscuritas
Redactada:
2024-09-05
Parece que cada vez que el príncipe Wilhelm abre la boca, sube el pan, ya que un nuevo comunicado, el del final de la segunda temporada, el discurso que dio durante el aniversario del internado, ha traído bien de cola. Y es que ha abierto viejas heridas, incluso las que parecían más que cerradas y olvidadas, y ha puesto patas arriba todo el colegio y sus tradiciones, algunas más acertadas que otras y algunas que deberían haberse cambiado hace tiempo por estar totalmente obsoletas.
Tenía miedo de que esta tercera temporada se pareciera más a la segunda que a la primera, ya que venía de llevarme una decepción, pero ha sido la que más me ha gustado, y el capítulo final me ha parecido redondo y ha sido el que me ha hecho darle más nota. Ha sido una temporada de consecuencias, pero sobre todo de decisiones, ha llegado un momento en el que todos han tenido que pensar realmente en quiénes son, quiénes quieren ser y qué es lo que quieren hacer. Las tradiciones están bien, sobre todo cuando se pertenece a familias tan antiguas, pero los tiempos cambian, las personas también, y esas tradiciones deberían hacerlo también. Y ha sido una temporada acerca de la importancia de la familia, pero sobre todo del perdón, saber perdonar y saber dar segundas oportunidades, pero también sobre quererse a uno mismo y ponerse por delante de todo y de todos. Puede que quieras mucho a una persona, puede que todo te empuje a algo en concreto, pero primero estás tú y esa debería ser la prioridad.
El último capítulo ha tenido de todo, noticias impactantes, decisiones importantes, momentos tristes, momentos emotivos, momentos bonitos y sobre todo perdón, amistad, amor y un cierre, un muy buen cierre. Según iban las cosas, incluso me habría parecido bien que Wilhelm y Simon no terminaran juntos, me parecía un buen final porque era lógico, al final por mucho que se quieran hay un abismo entre ellos y me parecía bien que separaran sus caminos, al menos hasta saber quiénes eran por separado y qué querían, y quién sabe, tal vez encontrarse en un futuro, pero me ha gustado mucho cómo ha terminado, me ha dejado el corazón muy blandito por todo en general, por la graduación y la despedida de todos los alumnos entre ellos y también hacia el lugar donde tantos momentos han vivido, y la última decisión ha sido realmente importante, y hasta me gustaría ver qué pasa después de esa decisión y de los cambios que se avecinan, tal vez en un spin off o incluso una película.
Y, cómo no, cerramos con esa mirada a cámara de Wilhelm que ya es marca de la casa, aunque en cada temporada es muy diferente a las demás y significa una cosa.
Tenía miedo de que esta tercera temporada se pareciera más a la segunda que a la primera, ya que venía de llevarme una decepción, pero ha sido la que más me ha gustado, y el capítulo final me ha parecido redondo y ha sido el que me ha hecho darle más nota. Ha sido una temporada de consecuencias, pero sobre todo de decisiones, ha llegado un momento en el que todos han tenido que pensar realmente en quiénes son, quiénes quieren ser y qué es lo que quieren hacer. Las tradiciones están bien, sobre todo cuando se pertenece a familias tan antiguas, pero los tiempos cambian, las personas también, y esas tradiciones deberían hacerlo también. Y ha sido una temporada acerca de la importancia de la familia, pero sobre todo del perdón, saber perdonar y saber dar segundas oportunidades, pero también sobre quererse a uno mismo y ponerse por delante de todo y de todos. Puede que quieras mucho a una persona, puede que todo te empuje a algo en concreto, pero primero estás tú y esa debería ser la prioridad.
El último capítulo ha tenido de todo, noticias impactantes, decisiones importantes, momentos tristes, momentos emotivos, momentos bonitos y sobre todo perdón, amistad, amor y un cierre, un muy buen cierre. Según iban las cosas, incluso me habría parecido bien que Wilhelm y Simon no terminaran juntos, me parecía un buen final porque era lógico, al final por mucho que se quieran hay un abismo entre ellos y me parecía bien que separaran sus caminos, al menos hasta saber quiénes eran por separado y qué querían, y quién sabe, tal vez encontrarse en un futuro, pero me ha gustado mucho cómo ha terminado, me ha dejado el corazón muy blandito por todo en general, por la graduación y la despedida de todos los alumnos entre ellos y también hacia el lugar donde tantos momentos han vivido, y la última decisión ha sido realmente importante, y hasta me gustaría ver qué pasa después de esa decisión y de los cambios que se avecinan, tal vez en un spin off o incluso una película.
Y, cómo no, cerramos con esa mirada a cámara de Wilhelm que ya es marca de la casa, aunque en cada temporada es muy diferente a las demás y significa una cosa.
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