Crítica de Good Omens por MrPenguin
Redactada:
2023-08-04
Retomar el camino iniciado en la primera temporada no era, desde luego, tarea fácil, pero el dúo con más química de la divina creación (no, Adán y Eva, no estoy hablando de vosotros, lo siento) está de vuelta y lo hace con una nueva y apocalíptica aventura que nos demuestra que todavía quedaba mucho por descubrir de su larga y particular amistad. La desaparición del Arcángel Gabriel es, a priori, el punto de partida elegido por Neil Gaiman para seguir ampliando el universo creado junto a Terry Pratchett, aunque esta premisa no deja de ser más que un mero MacGuffin para poder adentrarse en la relación entre Crowley y Azirafel, en la evolución de sus convicciones y hasta en la propia dicotomía del bien y el mal. Ya sabíamos que ni Crowley es tan diabólico ni Azirafel tan divino, pero esta temporada ha vuelto a profundizar en ello desde un punto de vista más filosófico-teológico, haciendo énfasis en las dudas de ambos personajes y llegando incluso a satirizar sobre algunas contradicciones de las sagradas escrituras.
Sin embargo, y más allá de movidas existenciales y enfrentamientos entre cielo e infierno, el verdadero protagonista de esta temporada ha sido el vínculo existente entre Crowley y Azirafel, quienes, como no podía ser de otra manera, han vuelto a ser encarnados por unos David Tennant y Michael Sheen en estado de gracia. Se nota que ambos se lo han pasado en grande dando vida a unos personajes que seguramente echaban de menos tanto o más que nosotros; lo cual se traslada a la maravillosa dinámica que mantienen entre ellos para dar así forma a una temporada mucho más modesta y sencilla que su predecesora, pero también más entrañable y emocional. El punto medio entre lo celestial y lo infernal pasa por lo terrenal, por lo humano; y es justo ahí donde 'Good Omens 2' ha puesto todo su empeño para dejarnos seis episodios tan llenos de magia como de sentimiento. Un pequeño milagro de temporada que, pese a quedar descaradamente abierta a una continuación, vuelve a ofrecernos grandes dosis de humor, drama y fantasía, y, lo que es más importante, de buenos presagios para el futuro.
Sin embargo, y más allá de movidas existenciales y enfrentamientos entre cielo e infierno, el verdadero protagonista de esta temporada ha sido el vínculo existente entre Crowley y Azirafel, quienes, como no podía ser de otra manera, han vuelto a ser encarnados por unos David Tennant y Michael Sheen en estado de gracia. Se nota que ambos se lo han pasado en grande dando vida a unos personajes que seguramente echaban de menos tanto o más que nosotros; lo cual se traslada a la maravillosa dinámica que mantienen entre ellos para dar así forma a una temporada mucho más modesta y sencilla que su predecesora, pero también más entrañable y emocional. El punto medio entre lo celestial y lo infernal pasa por lo terrenal, por lo humano; y es justo ahí donde 'Good Omens 2' ha puesto todo su empeño para dejarnos seis episodios tan llenos de magia como de sentimiento. Un pequeño milagro de temporada que, pese a quedar descaradamente abierta a una continuación, vuelve a ofrecernos grandes dosis de humor, drama y fantasía, y, lo que es más importante, de buenos presagios para el futuro.
Valoraciones en tu crítica:
Todavía no hay comentarios
Comentarios