La sangre helada

Un barco arponero navegando en busca de ballenas, de su sangre, su carne, su grasa. Un paisaje inhóspito, helado, de un blanco que hasta daña los ojos. Unos marineros reconvertidos en monstruos, sin alma que recuperar, con el único propósito de seguir la oscuridad de su corazón. Esto es 'La sangre helada', una fábula casi mitológica sobre la supervivencia humana en la nada, una historia sucia, tremebunda, oscura y asquerosa sobre la maldad que anida en la humanidad. Esta breve producción británica nos sumerge en un barco arponero del siglo XIX que se dirige desde aguas británicas hacia las heladas aguas árticas. A bordo encontramos a Patrick Sumner, un cirujano marcado por el horror de la guerra y que busca en esta aventura una especie de consuelo vital nada propicio dado que en el mismo barco se encuentra Henry Drax, un marinero despiadado, cruel y con un aprecio por la vida humana nulo. Sendos personajes interpretados por Jack O'Connell y un irreconocible Colin Farrell, son los ejes centrales de una trama tan intensa como asfixiante. Una trama en la que solo parece tener cabida la más pura y exacerbante miseria humana, dejando la esperanza a la altura de un cuento que se le narra a los niños por la noche para que se duerman.

Es cierto que recuerda ciertamente a la primera temporada de 'The Terror', pero no deja de ser un espectáculo de lo más impactante. Además de ser la producción que más al norte ha llegado nunca.

Es tal y como la había imaginado tan solo por la sinopsis, el cartel, y un pequeño trozo del trailer. Se trata de una obra oscura, violenta, y con una narrativa con gusto por el realismo y la crudeza. Casi se puede oler el pescado y se puede tocar la madera, técnicamente es de 10.

Algo que sí que me ha sorprendido es que no gira constantemente sobre un punto, sí que parte de la premisa que dice la sinopsis: un asesino a bordo de un barco rumbo al Ártico, pero como ocurre en la vida real, hay mil pequeños detalles, y a los acontecimientos grandes se le suman también pequeñas cosas que enriquecen mucho la obra. El personaje de Jack O'Connell, que por cierto, hace un papel impresionante, por encima incluso de los sobresalientes Colin Farrell y Stephen Graham, es muy complejo y tiene un recorrido muy atractivo, crece durante el transcurso de los sucesos, y no para de sorprender capítulo tras capítulo, de hecho se va comiendo al personaje de Colin, que parte en principio con mayor protagonismo.

Es una de esas series que, por el ambiente y la seriedad que rezuma, puede parecer que resulte densa o pesada, pero a mí no me lo ha parecido, por dos motivos, primero porque la trama descoloca un poco, en el sentido de que, aunque esperas que pasen x cosas, no esperas que pasen de esa forma exactamente, y segundo, hay varios escenarios durante los cinco capítulos, tres de ellos muy marcados, que ayudan a sentir esa sensación de progresión. Y bueno, técnicamente es tan impresionante que no puedes dejar de mirar, así como las actuaciones, que son geniales.

Recuerda a la primera temporada de The Terror, es inevitable hacerlo, ya que fue pionera en presentar un thriller crudo en un contexto tan particular, la diferencia es que en The North Water no hay misterio sobrenatural, todo lo que ocurre pertenece a la naturaleza compleja del hombre, su crueldad, y a la más pura supervivencia en entornos extremos.

Serie muy interesante y que recuerda bastante a la primera temporada de la serie The Terror, salvando las distancias y la trama más sobrenatural.

Nos encontramos con una trama oscura, sucia, que nos lleva a lo más escondido del ser humano, donde los personajes son capaces de sacar al demonio que llevan dentro dejando escapar su instinto primario, salvaje y macabro.

Con una ambientación magnifica que nos muestra lo dura que debía ser la vida en un ballenero, y con unas actuaciones esplendidas, en especial Colin Farrell, dándonos un personaje malvado, al que odias desde el primer momento.

Si bien es cierto que algunos momentos la serie da pequeños bajones, lo compensa con la tensión que flota en el ambiente, donde puedes notar el miedo que se vive en ese barco.