Hunters

El concepto de una serie centrada en cazar nazis siempre resulta atractivo, pero si además contamos en las filas de nuestra pandilla de justicieros con Al Pacino, Ted Mosby, una monja asesina o un nerd aficionado a los cómics —entre otros variopintos personajes—, la cosa se empieza a poner más que interesante. Esa es básicamente la premisa de 'Hunters', una original ucronía en la que nuestro peculiar grupo de protagonistas, todos ellos supervivientes del Holocausto o familiares de los mismos, intentarán acabar con una serie de oficiales nazis que huyeron a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Lo más curioso de 'Hunters' reside en la forma en la que ese componente de drama histórico, a menudo acentuado por desgarradores flashbacks del pasado, se equilibra con un tinte gamberro, irreverente e incluso cómico mucho más propio de un relato pulp que de un thriller de venganza al uso; algo que, como es lógico, puede acabar desconcertando a más de uno.

Sin embargo, y a pesar del desigual resultado que esos cambios de tono pueden causar, la serie siempre encuentra hueco para ciertos destellos de genialidad que utiliza, entre otras cosas, para plantear diversos debates morales en torno a la idea de la venganza. ¿Es lícita la tortura cuando se usa para castigar a un criminal? ¿Sirve realmente de algo el ojo por ojo? ¿En qué momento dejamos de ser héroes para convertirnos en villanos? No son cuestiones fáciles de abordar y eso es algo que nuestros vengadores, resguardados bajo su propia concepción de lo que es o no justo, acabarán comprendiendo al tiempo que muestran lo peligroso —y tentador— que es cruzar ciertos límites. Interesante trasfondo para una serie que, si bien peca de un ritmo algo irregular, nos brinda un explosivo cóctel marcado por su crudo uso de la violencia, su desvergonzado sentido del humor y su forma de combinar ambos aspectos en este delirante retrato sobre las ganas de ajustar cuentas de todo un pueblo. Y es que, por muy claro que quede que la venganza no es la solución, ver a un grupo de judíos apalizando nazis nunca dejará de ser divertido.

Con la premisa de la caza de los últimos nazis refugiados en Estados Unidos por parte de los judíos supervivientes, ‘Hunters’ ofrece un detallado plano de la sociedad tras el Holocausto. ¿Cómo seguir viviendo después de Auschwitz? ¿Cómo afrontar la exterminación casi total de un pueblo? La respuesta que nos dan los protagonistas es la venganza. Al menos esto es lo que sacamos en claro de la serie. No se trata de hacer justicia, sino de vengarse por las afrentas cometidas. Esta es su gran virtud, el tema atrae inmediatamente y resulta interesante. Es cierto que varios aspectos recuerdan al cine de Tarantino (las reminiscencias con ‘Malditos Bastardos’ sin ir más lejos) por su humor negro descarnado, su cómico patetismo, la violencia desmedida y los arquetípicos básicos; pero ‘Hunters’ es original y fresca. El supuesto héroe, en este caso Jonah, tiene todo un camino por delante para aprender todo lo necesario de la caza, al mismo tiempo que irá revelando los más oscuros secretos de su familia. Pero tardamos poco tiempo en darnos cuenta de que en esta serie no existen héroes, sino tan solo villanos, ya que inclusive los más maltratados pueden convertirse en sangrientos buscadores de almas. No se trata de una serie de buenos o malos, es el retrato de una sociedad podrida por el dolor, la angustia y la exterminación. Es el retrato del mundo post- Holocausto. Y solo por esto ya merece la pena darle una oportunidad.

A favor: la originalidad, el humor negro y las interpretaciones con un Al Pacino en estado de gloria.
En contra: la excesiva duración de los episodios hace que sean excesivamente densos.

Hunters es una serie de intriga, venganza y espías, cuyo reparto está encabezado por Al Pacino.

La serie, ambientada en los años 70, trata de un grupo de judíos que se dedican a cazar a los nazis que escaparon de Alemania y cambiaron su identidad para gozar de una nueva y acomodada vida.

La premisa me pareció interesante, y tiene sus momentos de ritmo y de intriga que están bien, aunque los episodios de la primera temporada están un poco estirados y no termina de despuntar para bien la serie. Eso sí, el elenco y los personajes son suficientemente carismáticos para que en sus momentos más lentos no se haga pesada.

En la segunda temporada posiblemente gane en ritmo, pero a costa de darnos una trama más forzada, seguramente la historia la querían contar en más temporadas, y para no agotar a la audiencia con muchas temporadas, decidieron contar casi lo mismo en menos episodios.

Es una serie que basa su entretenimiento en lo variopinto de su grupo protagonista y en determinados momentos de intriga, la estética también me ha gustado, y está bien haberla visto pero en ningún momento llega a ser especialmente memorable. El final se me quedó flojete también.