El bosque

Confieso que quería ver la serie de Harlan Coben (Bosque adentro) y no me di cuenta del error hasta terminado el primer capítulo, pero ya que estaba la he seguido viendo porque también la tenía pendiente y porque, aunque no esté basada en ninguna novela suya bien podría estarlo porque es muy similar a las que ya he visto.

En un pequeño pueblo francés de la región de las Árdenas desaparece una adolescente, y aunque la investigación de ese hecho trae mucha cola y revoluciona el pueblo por completo, junto a la llegada de un nuevo capitán, la cosa se complica aún más cuando hay nuevas desapariciones y un cadáver de por medio. Y eso no es todo, ya que hace unos años ya desaparecieron otras dos chicas y una niña apareció de la nada, niña que ahora es la profesora del instituto.

Una serie sobre desapariciones, asesinatos, investigaciones... Suele ser interesante, porque terminan saliendo todos los secretos a la luz y porque no es de esas series donde ponen mucho énfasis en hacer parecer sospechoso a alguien y resulta demasiado evidente que no es, sino que en este tipo de series al final todos tienen algo que ocultar, tenga mucho o poco que ver con la investigación. Así que encontramos giros de guión, aparecen nuevos datos, nuevas pistas, se entrelazan varias investigaciones, unos sospechosos terminan colaborando, otros terminan siendo culpables aunque sea de otra cosa, otros se nota que ocultan algo desde el primer capítulo...

El principal problema que tiene la serie es que no me extraña que pasen cosas en ese pueblo con la policía tan incompetente que tienen. Dejan que todo el mundo haga lo que les dé la gana, que se unan a la investigación, a las búsquedas, ellos mismos lo tocan absolutamente todo sin guantes, llenan los escenarios relacionados con la investigación de huellas, las pruebas andan de acá para allá, ven un precinto roto y a nadie le sorprende y aquí no ha pasado nada, y eso si se fijan siquiera... Pero para colmo está Virginie, la inspectora, que desde el principio está demasiado involucrada en la investigación, empezando porque su hija es una de las desaparecidas, y sigue en el caso, le dice al capitán qué hacer y a quién puede detener y a quién no o que debería soltar al otro porque le conoce de toda la vida y no pasa nada, y luego su marido también tiene que ver con la investigación y sigue en el caso, después de que por su culpa un sospechoso se haya escapado, después de casi partirle la cara a varias personas, después de amenazar a dos chavales... Lo que digo, demasiado poco ocurre en ese sitio.

Y todo empieza bien, es interesante y engancha, sobre todo porque es corta, sólo 6 capítulos, aunque rozan la hora de duración y llegan a hacerse un poco largos, pero después se desvían bastante. A algunas cosas apenas les dan importancia, en el último capítulo se centran demasiado en una cosa y menos en lo que deberían resolver, las desapariciones del pasado ni importan, a pesar de que se supone que es el mismo culpable y lleva actuando desde entonces, pero no queda del todo claro, pero sobre todo me mosquea que a uno de los sospechosos, uno de los que usaban la página donde se ofrecían las chicas le dicen que claro que va a ir a la cárcel, pero no les dirán a sus compañeros de celda que es un pedófilo, y vale que está mal lo que ha hecho, pero al final sólo ha usado la página, no ha hecho nada con las chicas, pero el marido de la inspectora ES un pedófilo confirmado, ha mantenido relaciones con una menor, y no pasa NADA, le sueltan como si nada. Y ya lo del lobo blanco es que... Ni sé qué decir, ni sé qué sentido se supone que tiene, si es algo místico, si es real, si el aire del bosque hace a la gente alucinar... No sé.

Así que es un sí pero no, tiene cosas interesantes que te mantienen atento y en tensión, y al final con este tipo de series pues sientes curiosidad por la resolución de todo, te esté gustando más o menos, pero tiene errores por un tubo. No es que no la recomiende, si te gustan los thrillers de desapariciones y demás puede que te guste, pero hay que apagar la lógica bastante para no frustrarse demasiado.

Entretenida miniserie francesa de intriga, que te mantiene en tensión siempre y cuando pases por alto los fallos que tiene, lo que no siempre es fácil, la verdad.
En primer lugar tenemos a un equipo policial francés que no sé a que academia de policías fueron, pero de ciencia forense saben NADA: pruebas manipuladas sin guantes y sobeteadas por todo el mundo (en esto creo que nos hemos fijado todos los que vimos la serie), un "post de policie" en la que entra (y sale) todo el mundo como Pedro por su casa, incluído el almacén de pruebas,...
En segundo, tenemos a una policía que se encarga de investigar la desaparición de su propia hija, ¿perdona?, que se equivoca repetidamente, que da muestras de desequilibrio mental, cuyo marido era amante de la muerta (y al que no le pasa nada por manipular pruebas y mentir) ,... ¡y nadie la saca del caso!
Para acabar con una profesora que se mete en medio del caso que, cosas de la vida, tiene que ver con el hecho de que 20 años antes apareciese sin recuerdos, y averigua más que la policía ... ¡guiada por un lobo blanco! (y nadie le pregunta si va fumada).
Además, la trama de prostitución infantil/pedofilia queda demasiado deslavazada, debieron darle más consistencia, está como de relleno.
El final es muy atropellado y desabrido, casi les interesa más decirnos quien es en realidad la profesora que que aparezca la desaparecida o descubrir al asesino (muy decepcionante, sin gran traca final) ya que al final ni sabemos como se cruzaron o porque decidió matarla.

Se ve que al pais galo no ha llegado la ciencia forense, porque los policías no paran de encontrarse pruebas de los crímenes que investigan y las agarran sin guantes, y luego se las dan a los sospechosos para que las examinen, o las soban contra sus cuerpos mientras lloran desconsolados.

Parece normal que actúen así, porque luego la custodia de todas esas pruebas inválidas no tiene ningún rigor: al almacén de pruebas parece el camarote de los hermanos Marx . En él se cuelan el marido de la investigadora, casi todos los sopechosos, la desaparecida y si se lo curran también podría haber entrado la presencia sobrenatural que anima la serie.

Mejor ni hablamos de que la investigación esté viciada, y a nadie parece importarle: La investigadora es también la madre de la víctima y a nadie se le ocurra retirarla del caso a pesar de haber golpeado y amenazado a los sospechosos, que su marido se haya ido de rositas después de haberse colado en el almacén de pruebas y de haber dado pruebas más que notables de desequilibrio mental.

Luego está el caso de la presencia sobrenatural. Un lobo blanco no para de dar pistas sobre el caso a una profesora que fue una niña salvaje en su infancia y víctima de un caso similar hace 40 años. El uso de este recurso sobrenatural delata la falta de imaginación de los guionistas, que en vez de optar por desarrollar una trama policial coherente abusan del fantasma que les proporciona las pistas que necesitan para resolver el caso. Aunque revisando lo que he escrito más arriba, parece lógico que si tratan las pruebas de los crímenes con la poca profesionalidad que se ve en la serie, luego sea el fantasma del bosque el que tenga que descubrir quien es el criminal. Desde luego, la policía, en esta serie, no estaba capacitada para descubrir las sies a las cinco y media.