Black Sails

Puede parecer una de esas series un tanto densas, y de hecho lo es, pero también es impresionante. Ya sea por la temática, o porque es lenta en su desarrollo, o por la duración de sus capítulos, puede costar un poco entrar en ella, pero si le das una oportunidad, si dejas que los primeros capítulos de cada temporada te vayan metiendo poco a poco en el asunto, llegarás a los últimos, donde suele estar más la acción, y no te arrepentirás de haberle dado esa oportunidad. Además los personajes están muy bien construidos y hay grandes interpretaciones.

Partía con el doble reto de tener que funcionar no solo como una buena historia de piratas, sino, además, de tener que hacerlo como precuela de una de las novelas más reconocidas de la literatura universal, pero, contra todo pronóstico, contra viento y marea, 'Black Sails' salió victoriosa. La unión perfecta entre historia y ficción conjugada en cuatro absorbentes temporadas donde nombres como los de Jack Rackham, Charles Vane, Anne Bonny o el mismísimo Edward Teach, todos ellos piratas reales, conviven con aquellos que Robert Louis Stevenson concibió para su ya icónica 'Treasure Island'. John Silver, Billy Bones y el capitán Flint cobran vida, abandonan las raídas páginas del clásico literario y dan respuesta a todo aquello que el libro jamás nos contó; a todas esas preguntas que ya creíamos olvidadas y que la serie, añadiendo una mayor complejidad a tan conocidos personajes, utiliza para crear un intenso relato de aventuras donde no faltarán las traiciones, las épicas batallas navales ni, por supuesto, las ansias de riqueza y libertad.

Quizás consciente de la enorme dificultad que suponía el tener que expandir la obra de Stevenson, 'Black Sails' opta por alejarse todo lo posible de la parte más romantizada y fantasiosa de otras producciones de piratas y, en su lugar, nos acerca a la realidad que asolaba las agitadas aguas del Caribe a principios del siglo XVIII. A la edad de oro de la piratería. A esa Nassau convertida en refugio de bucaneros, ladrones, prostitutas y, en definitiva, de todos aquellos repudiados cuyas muchas aristas morales, fruto del submundo al que quedaron relegados, se nos presentan a través de unos personajes increíblemente bien construidos y llenos de matices. Serán sus acciones, siempre tan imprevisibles como coherentes con el desarrollo de sus arcos narrativos, las que vayan tejiendo los diferentes hilos que dan forma a la trama y, del mismo modo, las que se encarguen de mantener la tensión de una historia que, aun cocinándose en todo momento a fuego lento, nunca falla a la hora de volarnos la cabeza y atraparnos en el intrincado juego de maquinaciones que nos plantea.

Una fantástica experiencia audiovisual maravillosamente ambientada, con un reparto en estado de gracia —lo que hace Toby Stephens como el capitán Flint es una auténtica locura— y extremadamente minuciosa a la hora de adentrarnos en las muchas dobleces del código pirata. Subirse a bordo del imponente barco al que nos invita 'Black Sails' es desplegar la Jolly Roger, echarse a la mar y lanzarse a la aventura en su forma más pura. Es respirar la brisa marina y sentir el salpicar de la sangre en cada abordaje. Es perderse en esa isla del tesoro que Stevenson imaginó hace ya más de un siglo y encontrar, en su lugar, la reluciente joyita que es esta serie.

Black Sails es una serie de piratas ambientada en la época de La Isla del Tesoro, Piratas del Caribe, y demás, en la que piratas y marineros bajo la Corona de Inglaterra, navegaban y combatían en las aguas del Caribe.

La serie me atrajo mucho desde sus primeros episodios, su estética y sus personajes, daban pie a querer saber más acerca de ese puerto comercial y neutral llamado Nasau. Las tramas y los personajes se van desarrollando poco a poco, y de vez en cuando nos brindaban escenas decentes de combates entre navíos, con sus abordajes y sus cosas, pero también desde muy pronto, la serie coquetea con ser excesivamente pausada, y esto se convierte en su principal lastre a lo largo de sus 4 temporadas.

Otro punto a favor que tiene la serie, es que bebe mucho de la literatura y de la historia para establecer a sus personajes y algunos eventos.

En resumen, debo decir que sin volverme loco, la disfruté, pero también sufrí en ocasiones su ritmo excesivamente lento, aun así, tengo un recuerdo positivo con ella.