Shiki

Un pequeño pueblo perdido en medio de las montañas, una nueva familia cuyos miembros no pueden exponerse a la luz del sol y una serie de extraños y repentinos asesinatos. Así, y bajo un constante velo de misterio, es como comenzaba 'Shiki', un, a priori, anime típico sobre vampiros que, sin embargo, ni tiene tanto de típico ni trata exclusivamente de vampiros. Y no es que sea especialmente original a nivel argumental, pero la forma en la que los personajes se enfrentan a la oleada de muertes, al menos en los primeros capítulos, hace que se destaque bastante de otras historias de similar temática. Esto, hasta cierto punto, le da un plus de verosimilitud a la serie, ya que ese primer tramo se enfoca desde el punto de vista de una investigación médica y criminal y no tanto desde el prisma de lo sobrenatural, el cual, por supuesto, también irá apareciendo conforme vaya avanzando la trama.

También es verdad que, una vez superado ese interesante arranque, la serie va tomando un camino mucho más convencional dentro de la temática vampírica, solo que haciendo hincapié en los dilemas morales de sus protagonistas —quienes deberán enfrentarse a la posible vampirización de sus seres queridos— y salpicada con ciertos clichés del mundo del anime. Es decir, algún que otro personaje molesto al que estás deseando que se carguen de inmediato, diseños muy estrafalarios y peinados que desafían todas las leyes de la física. Hay momentos que rozan incluso la comedia involuntaria, aunque de alguna manera se compensan con el tono oscuro que va tomando la historia con el paso de los capítulos, especialmente en su delirante tramo final. Quizás le habría venido bien un mejor ritmo, pero, aun con todo, 'Shiki' sigue siendo un buen entretenimiento con una fantástica ambientación, mucha sangre y ese tono melancólico tan habitual en las historias clásicas de vampiros. Ideal para amantes de los chupasangres con pelazos imposibles.

Al comenzar este anime, nos viene a la mente una imagen de la película Kamikaze Girl muy similar al que podemos ver con Megumi. Sin embargo, estamos a punto de sumergirnos en una historia, que se aleja mucho de una comedia absurda.

Sin duda alguna, el papel más importante en toda la serie es, el de la banda sonora, que consigue ponerte los pelos de punta en cada una de las escenas, sin necesidad que ocurra nada en particular.

Por otro lado, debemos de reconocer, que en todo momento sigue aumentando el nivel de misterio y suspense dentro de un pueblo perdido de la mano de Dios.

Aunque, lo verdaderamente espeluznante, podría llegar a ser ese final que te deja sin hablar y sobre todo, deja caer indirectamente “¿Quién es el verdadero monstruo?”.