Críticas de Querer
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Tras treinta años de matrimonio y dos hijos en común, Miren abandona el domicilio conyugal y denuncia a su marido por violación continuada. Esta grave acusación obliga a los hijos a elegir entre creer a su madre o apoyar a un padre que defiende su inocencia. Un viaje familiar que avanza en paralelo al judicial con un mismo objetivo: conocer la verdad.
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9 / 10
Soberbio trabajo sobre el machismo, el poder patriarcal, los nuevos paradigmas de relaciones sexuales y su relación con la evolución actual de la legislación española sobre maltrato y violencia de género, antes del "sólo sí es sí".
Apoyándose en un reparto excepcional, Alauda consigue desarrollar una historia de violencia paterna intrafamiliar que, los que tenemos ya edad, hemos conocido bien en carne propia y ajena. La intriga que genera la ambigüedad de lo "no expuesto" es de una potencia tal, que nos obliga a intentar tomar partido por una de las dos partes sin tener información suficiente o, peor, con la información sesgada que nos ofrecen los personajes. Y la serie termina sin ofrecernos ninguna "verdad". O sea, como la vida misma. Podemos empatizar con uno o con otro y el guión nos llevará la contraria en la siguiente escena.
Aunque creo que el papel y trabajo de los abogados es crucial en esta ambigüedad: la abogada de la "víctima" representa toda la hipocresía y prepotencia del feminismo "legal" que se considera legitimado para utilizar como sea la desgracia de una mujer dominada (y seguramente maltratada psicológicamente) para hacer valer en sede judicial todos los prejuicios y tópicos sobre la agresión sexual que un hombre lleva en su ADN; y, por otro lado, el abogado defensor (bastante más plano como personaje) pone de relieve la prepotencia del sistema machista consolidado ancestralmente en nuestra sociedad, jugando hábilmente con la falta de pruebas de la intimidad.
Aunque aparentemente la guionista no tome partido explícito, creo que resuelve muy bien la crudeza del sistema cuando el "agresor sexual" es exonerado por falta de pruebas, ya que en la vida íntima de una pareja no suelen quedar registros ni pruebas de nada (salvo excesos físicos).
Muy interesante el papel complementario de los dos hijos, polarizados de forma natural hacia los progenitores y que arrastran en su subconsciente los modelos atávicos educacionales del "padre-patrón", no por ello menos afectivo.
Aunque las dos escenas sexuales son colaterales al relato principal, creo que la segunda sintoniza con la tesis de la educación "impresa" por el padre dominante, pero la primera no aporta nada.
En resumen: muy buena serie, con un guión magnífico, actores en estado de gracia y un manejo de cámara y montaje estupendos.
Apoyándose en un reparto excepcional, Alauda consigue desarrollar una historia de violencia paterna intrafamiliar que, los que tenemos ya edad, hemos conocido bien en carne propia y ajena. La intriga que genera la ambigüedad de lo "no expuesto" es de una potencia tal, que nos obliga a intentar tomar partido por una de las dos partes sin tener información suficiente o, peor, con la información sesgada que nos ofrecen los personajes. Y la serie termina sin ofrecernos ninguna "verdad". O sea, como la vida misma. Podemos empatizar con uno o con otro y el guión nos llevará la contraria en la siguiente escena.
Aunque creo que el papel y trabajo de los abogados es crucial en esta ambigüedad: la abogada de la "víctima" representa toda la hipocresía y prepotencia del feminismo "legal" que se considera legitimado para utilizar como sea la desgracia de una mujer dominada (y seguramente maltratada psicológicamente) para hacer valer en sede judicial todos los prejuicios y tópicos sobre la agresión sexual que un hombre lleva en su ADN; y, por otro lado, el abogado defensor (bastante más plano como personaje) pone de relieve la prepotencia del sistema machista consolidado ancestralmente en nuestra sociedad, jugando hábilmente con la falta de pruebas de la intimidad.
Aunque aparentemente la guionista no tome partido explícito, creo que resuelve muy bien la crudeza del sistema cuando el "agresor sexual" es exonerado por falta de pruebas, ya que en la vida íntima de una pareja no suelen quedar registros ni pruebas de nada (salvo excesos físicos).
Muy interesante el papel complementario de los dos hijos, polarizados de forma natural hacia los progenitores y que arrastran en su subconsciente los modelos atávicos educacionales del "padre-patrón", no por ello menos afectivo.
Aunque las dos escenas sexuales son colaterales al relato principal, creo que la segunda sintoniza con la tesis de la educación "impresa" por el padre dominante, pero la primera no aporta nada.
En resumen: muy buena serie, con un guión magnífico, actores en estado de gracia y un manejo de cámara y montaje estupendos.
Valoraciones en tu crítica:
8.5 / 10
«Los monstruos son reales, y los fantasmas también. Viven dentro de nosotros y, a veces, ellos ganan», Stephen King.
Todo lo que ocurre tras la puerta cerrada de una habitación del domicilio familiar, es lo que puede cambiarte la vida para siempre. De esto es de lo que trata ‘Querer*’, una miniserie que, en tan sólo cuatro episodios, disecciona la vida de una familia en apariencia perfecta sin nada que esconder. Al menos hasta que Miren, la buena esposa y la abnegada madre, denuncia a su marido por violaciones reiteradas durante más de 20 años. Los primeros ecos son de asombro e incredulidad, con dos hijos ya mayores que se preguntan si lo que dice su madre es verdad, o por el contrario, si su padre está siendo víctima de una calumnia sin precedentes. Los hijos intentarán encontrar la verdad en un camino pantanoso en el que la mentira parece ser la ley del talión, cualquier discurso opuesto al que siempre ha dominado, es una aberración. Pero, ¿Cómo saber lo que ocurre tras la puerta cerrada de una habitación en la que no puedes entrar? Creyendo, analizando y escuchando, sobre todo. Íñigo, el otro protagonista de la historia, no da crédito a lo que le está sucediendo. Un hombre de negocios, de éxito, que gobierna tanto el campo laboral como el familiar, no entiende que la mujer que nunca abre la boca para quejarse o que camina cabizbaja por cada estancia, considere que sus pequeños arranques violentos son motivo de preocupación y mucho menos de escarnio público. Por otra parte, la historia también permitirá a los hijos reflexionar sobre las relaciones que mantienen con sus respectivas parejas y cómo el conflicto de sus padres, afecta a las mismas. Dos hijos, dos bandos, dos caras de la misma moneda.
Por desgracia, nos topamos con una trama tan compleja como habitual. Un reflejo de la violencia no violenta que no espanta, pero que quema por dentro. Esa violencia que parece no existir, porque no estás muerta y aun muerta, cuestionan a tu cadáver. Alauda Ruiz de Azúa, que hace dos años me destrozó el alma con ‘Cinco lobitos’, nos trae ahora un interesantísimo ejercicio de reflexión sobre cómo opera la maquinaria del miedo, el poder y la violencia sin que quede apenas constancia de ello. Como te destrozan día tras día, en tu propia casa, con tus hijos en la misma sin que nadie sea consciente de ello. No puedes decir que no, ¿serviría de algo? El miedo es demasiado poderoso y los depredadores se alimentan de ello. Se alimentan de ti hasta que únicamente quedan cenizas.
Intensa, brutal y casi irrespirable por momentos. Recuerda mucho a la película francesa ‘Custodia compartida’ de Xavier Legrand. Imperdible.
Todo lo que ocurre tras la puerta cerrada de una habitación del domicilio familiar, es lo que puede cambiarte la vida para siempre. De esto es de lo que trata ‘Querer*’, una miniserie que, en tan sólo cuatro episodios, disecciona la vida de una familia en apariencia perfecta sin nada que esconder. Al menos hasta que Miren, la buena esposa y la abnegada madre, denuncia a su marido por violaciones reiteradas durante más de 20 años. Los primeros ecos son de asombro e incredulidad, con dos hijos ya mayores que se preguntan si lo que dice su madre es verdad, o por el contrario, si su padre está siendo víctima de una calumnia sin precedentes. Los hijos intentarán encontrar la verdad en un camino pantanoso en el que la mentira parece ser la ley del talión, cualquier discurso opuesto al que siempre ha dominado, es una aberración. Pero, ¿Cómo saber lo que ocurre tras la puerta cerrada de una habitación en la que no puedes entrar? Creyendo, analizando y escuchando, sobre todo. Íñigo, el otro protagonista de la historia, no da crédito a lo que le está sucediendo. Un hombre de negocios, de éxito, que gobierna tanto el campo laboral como el familiar, no entiende que la mujer que nunca abre la boca para quejarse o que camina cabizbaja por cada estancia, considere que sus pequeños arranques violentos son motivo de preocupación y mucho menos de escarnio público. Por otra parte, la historia también permitirá a los hijos reflexionar sobre las relaciones que mantienen con sus respectivas parejas y cómo el conflicto de sus padres, afecta a las mismas. Dos hijos, dos bandos, dos caras de la misma moneda.
Por desgracia, nos topamos con una trama tan compleja como habitual. Un reflejo de la violencia no violenta que no espanta, pero que quema por dentro. Esa violencia que parece no existir, porque no estás muerta y aun muerta, cuestionan a tu cadáver. Alauda Ruiz de Azúa, que hace dos años me destrozó el alma con ‘Cinco lobitos’, nos trae ahora un interesantísimo ejercicio de reflexión sobre cómo opera la maquinaria del miedo, el poder y la violencia sin que quede apenas constancia de ello. Como te destrozan día tras día, en tu propia casa, con tus hijos en la misma sin que nadie sea consciente de ello. No puedes decir que no, ¿serviría de algo? El miedo es demasiado poderoso y los depredadores se alimentan de ello. Se alimentan de ti hasta que únicamente quedan cenizas.
Intensa, brutal y casi irrespirable por momentos. Recuerda mucho a la película francesa ‘Custodia compartida’ de Xavier Legrand. Imperdible.
Valoraciones en tu crítica:
8 / 10
'Querer *' me ha sorprendido y eso que ya venía con las expectativas altas. Muy buena miniserie que abarca un tema importante y complejo de una forma coherente y realista mediante una producción estupenda y un reparto excelente. Desde luego, ayuda a visibilizar y empatizar más con este tipo de situaciones de violencia doméstica y/o de género.
También muestra parte de la realidad jurídica de una situación así: un testimonio frente a otro en una acusación tan grave normalmente no permite vencer la presunción de inocencia, y esto es así por como opera el Derecho Penal y no por los bulos emitidos hacia la justicia española.
Mención aparte merece Alauda Ruiz de Azúa que ya me conquistó con 'Cinco Lobitos' y lo vuelve a conseguir con este trabajo. Tenemos aquí una cineasta que promete muchísimo, ojalá siga rindiendo a este nivel.
También muestra parte de la realidad jurídica de una situación así: un testimonio frente a otro en una acusación tan grave normalmente no permite vencer la presunción de inocencia, y esto es así por como opera el Derecho Penal y no por los bulos emitidos hacia la justicia española.
Mención aparte merece Alauda Ruiz de Azúa que ya me conquistó con 'Cinco Lobitos' y lo vuelve a conseguir con este trabajo. Tenemos aquí una cineasta que promete muchísimo, ojalá siga rindiendo a este nivel.
Valoraciones en tu crítica:
8 / 10
Bueno, una pequeña sorpresa de las que te encuentras de vez en cuando y merece la pena dedicar tu tiempo en verla. Quizás impacta más por lo bien trabajada que está, lo natural que parece todo y sobre todo ese símil con el mundo real que "asusta".
Una mujer tras muchos años de matrimonio decide separarse, con denuncia incluida, y todo lo que ello conllevará.
Aquí vamos a poder comprobar y ser uno más al lado de la protagonista con sus miedos, tensiones, luchas por que la crean y por salir adelante. Pues una vez que se da ese paso, ese mundo del día a día se desvanece de la nada, y todo parece ir en contra, con su buen ápice de incredulidad y en el que parece estar sola en su entorno.
Se repite muchas veces la pregunta del porqué no se hizo antes, tiene que ser complicado vivir el día a día con esa carga en tu espaldas ,cuando además tienes menores a tu lado, y que una vez que te animas a dar ese paso, te quieran hacer sentir culpable por no hacerlo antes, y parezca perder importancia por ello.
Muchas veces no solo los golpes será lo que más duela, sino el trato en sí, esas vejaciones que te va minando, te va perjudicando mentalmente, pero que es complicado demostrar pues no se ve a simple vista como un moratón, un arañazo, etc , pero que con el tiempo te quede marcado para toda la vida de cara a relacionarte o simplemente vivir tu día a día.
Volviendo a la serie en sí, es entretenida y se ve de forma rápida al contar con solo cuatro episodios, en los que me llamó la atención esos momentos de tensión, en los que parecía que uno mismo podría sentirla, y esos silencios incómodos y dolorosos que logran su cenit con el tercer capítulo.
Hay un buen reparto que cumplen en general, tanto los actores principales como los secundarios. Me gustó volver a ver a Loreto Mauleón, y destacaría a ese dúo protagonista con Pedro Casablanc y en mayor medida a Nagore Aranburu.
Creo que es una serie que podría estar bien que se viera en algunos centros educativos o en centros con cursos especializados en este tema, y crear interesantes debates sobre esta historia.
Una mujer tras muchos años de matrimonio decide separarse, con denuncia incluida, y todo lo que ello conllevará.
Aquí vamos a poder comprobar y ser uno más al lado de la protagonista con sus miedos, tensiones, luchas por que la crean y por salir adelante. Pues una vez que se da ese paso, ese mundo del día a día se desvanece de la nada, y todo parece ir en contra, con su buen ápice de incredulidad y en el que parece estar sola en su entorno.
Se repite muchas veces la pregunta del porqué no se hizo antes, tiene que ser complicado vivir el día a día con esa carga en tu espaldas ,cuando además tienes menores a tu lado, y que una vez que te animas a dar ese paso, te quieran hacer sentir culpable por no hacerlo antes, y parezca perder importancia por ello.
Muchas veces no solo los golpes será lo que más duela, sino el trato en sí, esas vejaciones que te va minando, te va perjudicando mentalmente, pero que es complicado demostrar pues no se ve a simple vista como un moratón, un arañazo, etc , pero que con el tiempo te quede marcado para toda la vida de cara a relacionarte o simplemente vivir tu día a día.
Volviendo a la serie en sí, es entretenida y se ve de forma rápida al contar con solo cuatro episodios, en los que me llamó la atención esos momentos de tensión, en los que parecía que uno mismo podría sentirla, y esos silencios incómodos y dolorosos que logran su cenit con el tercer capítulo.
Hay un buen reparto que cumplen en general, tanto los actores principales como los secundarios. Me gustó volver a ver a Loreto Mauleón, y destacaría a ese dúo protagonista con Pedro Casablanc y en mayor medida a Nagore Aranburu.
Creo que es una serie que podría estar bien que se viera en algunos centros educativos o en centros con cursos especializados en este tema, y crear interesantes debates sobre esta historia.
Valoraciones en tu crítica:
8.5 / 10
Creo que no exagero si digo que 'Querer' está en el ránking de las mejores series españolas, tanto por su valentía como por la ejecución técnica y creativa.
Es una historia dura, incluso incómoda, realista y muy necesaria. Las actuaciones de Nagore Aramburu y Pedro Casablanc son impresionantes y están muy bien acompañadas por Miguel Bernardeau e Iván Pellicer, e incluso por los pequeños papeles.
Consta sólo de cuatro episodios que se ven conteniendo la respiración como los primeros quince minutos que están llenos de suspense, un tercer episodio revelador o un desenlace inquietante. Se viven muchos sentimientos, se disfruta de un producto bien hecho y se sufre en una historia tan realista.
Es una historia dura, incluso incómoda, realista y muy necesaria. Las actuaciones de Nagore Aramburu y Pedro Casablanc son impresionantes y están muy bien acompañadas por Miguel Bernardeau e Iván Pellicer, e incluso por los pequeños papeles.
Consta sólo de cuatro episodios que se ven conteniendo la respiración como los primeros quince minutos que están llenos de suspense, un tercer episodio revelador o un desenlace inquietante. Se viven muchos sentimientos, se disfruta de un producto bien hecho y se sufre en una historia tan realista.
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