Tiffany y Leon son dos veinteañeros con problemas de liquidez que comparten una cama, pero nunca se conocen. La pregunta es, ¿puedes enamorarte de alguien a quien nunca has visto?
La trama es sencilla y típica de las comedias románticas, pero la serie vale la pena. Es divertida y, al menos para mí, engancha desde el principio. Tiene ese detalle "original" de que los protagonistas solo pueden hablarse a través de notitas pegadas en las paredes del departamento que comparten sin conocerse. Y, a pesar de que cuenta con algunos clichés, toca algunos temas más complejos (aunque de forma superficial) y ayuda a que le vayamos tomando cariño a los dos protagonistas, a pesar de sus evidentes defectos y conflictos internos ( ella con su dependencia emocional a su ex novio narcisista y él con su manía a enojarse por todo ). En resumen, es una serie que me dejó contenta al terminarla. Es linda, tierna y además solo dura una temporada. La recomiendo para pasar un rato entretenido y alejarse un poco del caos de la realidad.
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