Una oficinista acomplejada por su aspecto se convierte en una popular streamer enmascarada por las noches... hasta que unos fatídicos eventos dan un vuelco a su vida.
Al igual que hizo en 'Beasts That Cling to the Straw', Kim Yong-hoon compone un entramado de relatos interconectados en 'Mask Girl', con más solvencia que en su opera prima.
Mucho mejor durante su dos primeros tercios, tramo social donde critica el canón de belleza, las conductas sociales o las webcam/consumidores del mundo erótico. En su última parte opta por una venganza más convencional y pierde algo de interés.
Bong Joon-ho destacó su opera prima como uno de los mejores debuts en el cine coreano reciente. Aquí es inevitable pensar en su influencia por estética, Ryu Seong-hee nos recuerda 'Mother' en algunas partes, y por ramalazos de humor aunque introducidos de una forma más amena y menos impactante.
Destaca también el reparto, liderado por Nana, actriz que está teniendo un gran ojo para elegir proyectos, sus series no serán de lo más popular pero sí de lo más interesante como ocurrió con 'Glitch'; y una soberbia Yeom Hye-ran que lleva a su espalda la mitad de la producción.
Una propuesta original y fresca que ofrece algunos de los mejores minutos de thriller coreano en estos últimos años. Netflix sigue en su buena racha con los kdramas, una colaboración con la que somos los espectadores los que más ganamos.
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