La manga roja

'The Red Sleeve' se ha convertido por derecho propio en uno de mis kdramas favoritos. Melodrama en su máximo esplendor que en primer lugar, sabe construir la historia, a sus protagonistas y su relación de forma progresiva y con un gran desarrollo emocional y, en segundo lugar, por haber aguantando la emoción, la tensión y el clímax hasta el último segundo. Muchos dramas se queman antes de su final y tienen un desenlace flojo, pero aquí se cosecha buena madera y esta arde hasta el final.

Mención especial para la gran química que tienen los dos protagonistas y sus buenas actuaciones.

Uno de los dramas de época que más he disfrutado y sufrido. Para mí, un must para cualquiera interesado en este tipo de historias. Memorable.

The Red Sleeve es uno de esos dramas que me empecé simplemente porque todos hablaban de él cuando estaba en emisión, e incluso meses después de que terminaran de emitirlo, así que decidí darle una oportunidad por mera curiosidad. Sinceramente se me atragantó un poco a medio camino y tuve que abandonarlo durante un tiempo. Pero que lo abandonara no tenía nada que ver con la trama en sí o con que no me gustara la serie. Más bien, influyó la duración de los capítulos, hora y media o más cada uno, y las emociones que despertaba en mí, la frustración que sentí en muchas partes no se puede ni describir. A pesar de todo eso, la serie no se iba de mi mente y después de un tiempo decidí retomarla y no me arrepiento para nada de ello.

Como dato curioso, la finalidad que tenía la escritora con este drama, era poder contar una pequeña parte de lo que fue la vida de las mujeres durante la época de la Dinastía de Joseon, especialmente de las que vivían en el palacio. Desde mi punto de vista, ha logrado no solo que entendamos sus vidas sino que empaticemos con ellas y todo lo que sacrificaban por ser "Damas de la Corte". Y eso no es algo fácil de hacer, mis respetos a la escritora, al equipo de producción y a los actores por hacer un excelente trabajo.

Pocas series se pueden igualar a esta, sin duda se merece la fama que tiene y es muy recomendable darle una oportunidad. No solo tiene unos paisajes espectaculares, una buena trama y personajes bien definidos sino que, además, está basada en hechos reales. Obviamente hay muchas partes sacadas de la ficción o muchas otras que no se cuentan, pero la historia principal sí que sucedió en la vida real y eso la hace aún más dura de ver.