Dragon Ball Z

Hablar de 'Dragon Ball Z' es hacerlo de uno de los animes más influyentes y míticos de la historia, pero, sobre todo, es hacerlo también de la nostalgia en su forma más pura. Esto es así porque es evidente que estamos ante una serie que ha marcado a varias generaciones desde su estreno y, en mi caso personal, mi infancia no habría sido la misma sin esos duelos de kamehamehas (bueno, ondas vitales) con mi hermano mientras nuestra madre nos echaba la bronca al grito de "que al final vais a tirar la lámpara, coñoyá con los dibujitos de las narices (lo de narices lo he suavizado)". El caso es que hace unos pocos años decidí volver a verla por primera vez desde mi adolescencia porque quería apreciarla en VOSE (siempre la había visto doblada) y temía no disfrutarla de igual modo que cuando era niño, pero, por suerte, estaba equivocado.

Más allá de este factor nostálgico que comentaba, creo que 'Dragon Ball Z' no solo ha envejecido muy bien en todos sus apartados, sino que además sigue manteniendo intactos todos esos elementos épicos que tantos otros animes intentaron imitar y nunca consiguieron igualar: combates inolvidables, una banda sonora legendaria, carismáticos personajes con más desarrollo del que pudiera parecer a simple vista (siempre me pareció maravillosa la manera en la que Piccolo y Vegeta pasan de ser enemigos mortales a coleguis de peleas) y power-ups y flipaduras por todas partes que, pese a salirse de madre continuamente, funcionan a la perfección gracias a su gran espectacularidad. Es cierto que pierde mucho del componente de aventuras y humor de 'Dragon Ball' y que se centra casi exclusivamente en las peleas, pero eso, lejos de ser un punto negativo, creo que sitúa a 'Dragon Ball Z' como el complemento perfecto a una obra que ya ha dejado su nombre grabado en la historia del anime.

Si Bola de Dragón es la una de las joyas del anime como dije en su crítica, Bola de Dragon Z mejora a su antecesora y no era tarea fácil.

Mantiene mucha de las cosas de la anterior, amistad, humor, tristezas, alegrías, superación, venganzas, batallas épicas... eso sí, disminuye ese punto de aventura que tenía Bola de Dragón pero son 291 capítulos de pura acción, en este caso es su punto fuerte, acción a tope con enemigos legendarios, tramas más profundas, muy bien elaboradas y entrelazadas unas sagas con otras. Posiblemente la saga de Freezer y los namekianos para la gran mayoría es la mejor, pero como se narra la saga de los androides y célula es brutal. Y es el punto de mayor conexión con su antecesora.

Buenísimo el doblaje y como se van explorando los diferentes "mundos" de bola de dragón Z, con sus diversos e increíbles personajes. De esta serie salen sobre todo los personajes míticos de este mundo de Bola de Dragón. También hay que destacar la diversa banda sonora en cada uno de los momentos de la serie te meten de lleno en la acción.

P.D. Si viste Bola de Dragón, esta la tienes que ver sí o sí. Tus hijos o sobrinos te lo agradecerán.

«Dragon Ball Z» es una serie de animación de las que marcan infancias, de esas con las que comienzas tus andanzas en el mundo del anime, continuación de «Dragon Ball» o como decía en español «Bola de dragón». Es muy entretenida, pero en su momento tenía muchísimo relleno para alargar la cosa y repetir mil veces lo mismo, algo que la hacía tediosa y demasiado larga.

Se ve algo antigua, pero tiene una gran calidad de imagen y sonido, al igual que las voces de doblaje castellano.

Muy recomendable, no necesitas ver la anterior serie antes, pero si la ves entenderás los inicios de esta historia, al igual que conocer mejor a una parte de los personajes.