Críticas de Jóvenes altezas
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Cuando el príncipe Wilhelm llega al prestigioso internado de Hillerska, por fin tiene la ocasión de descubrirse a sí mismo y averiguar la clase de vida que realmente quiere. Entonces empieza a soñar con un futuro de libertad y amor incondicional, lejos de las obligaciones soberanas. Hasta que, de pronto, se convierte en el próximo en la línea sucesoria y su dilema se agrava, pues tiene que tomar una decisión: el amor o el deber.
RESEÑAS Y VALORACIONES DE Jóvenes altezas
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5 / 10
Mira que la primera temporada me gusto muchísimo, pero es que esta segunda se me ha hecho bola... Algunos capítulos se me han hecho eternos y las tramas la verdad con poca chicha...
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8 / 10
Todo comienza con la entrada a un colegio prestigioso del príncipe no heredero de la corona de Suecia, ya que este se ha metido en problema y la casa real quiere arreglarlo metiéndolo en el internado donde estudio su hermano el futuro rey. Lo que no saben los reyes es que ahí conocerá el amor.
La serie esta muy bien vamos no han inventado nada típico internado de ricos donde sorprendentemente se escapan para hacer fiestas y no los pillan. Pero vamos nada que ver con Elite estos al lado de ellos son santos. También es verdad que la serie se centra mas en lo que es la historia de amor del príncipe y de sus consecuencias.
Un punto positivo que le doy es que pro primera vez los alumnos aparentan la edad de estar en el instituto, es que tienen hasta acné algunos de ellos.
Y un punto negativo pero eso ya es personal es que me pone muy nervioso el prota todo el día echándose los pelos para detrás y quitándoselo de los ojos... Córtate esos peloos si te molestan!!! jajaja
La serie esta muy bien vamos no han inventado nada típico internado de ricos donde sorprendentemente se escapan para hacer fiestas y no los pillan. Pero vamos nada que ver con Elite estos al lado de ellos son santos. También es verdad que la serie se centra mas en lo que es la historia de amor del príncipe y de sus consecuencias.
Un punto positivo que le doy es que pro primera vez los alumnos aparentan la edad de estar en el instituto, es que tienen hasta acné algunos de ellos.
Y un punto negativo pero eso ya es personal es que me pone muy nervioso el prota todo el día echándose los pelos para detrás y quitándoselo de los ojos... Córtate esos peloos si te molestan!!! jajaja
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7.5 / 10
Ojalá y puedan ser felices sin ocultarlo mas a la sociedad!! Que pena ser rey y no poder estar con la persona que amas porque la sociedad te pueda criticar..
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9 / 10
Parece que cada vez que el príncipe Wilhelm abre la boca, sube el pan, ya que un nuevo comunicado, el del final de la segunda temporada, el discurso que dio durante el aniversario del internado, ha traído bien de cola. Y es que ha abierto viejas heridas, incluso las que parecían más que cerradas y olvidadas, y ha puesto patas arriba todo el colegio y sus tradiciones, algunas más acertadas que otras y algunas que deberían haberse cambiado hace tiempo por estar totalmente obsoletas.
Tenía miedo de que esta tercera temporada se pareciera más a la segunda que a la primera, ya que venía de llevarme una decepción, pero ha sido la que más me ha gustado, y el capítulo final me ha parecido redondo y ha sido el que me ha hecho darle más nota. Ha sido una temporada de consecuencias, pero sobre todo de decisiones, ha llegado un momento en el que todos han tenido que pensar realmente en quiénes son, quiénes quieren ser y qué es lo que quieren hacer. Las tradiciones están bien, sobre todo cuando se pertenece a familias tan antiguas, pero los tiempos cambian, las personas también, y esas tradiciones deberían hacerlo también. Y ha sido una temporada acerca de la importancia de la familia, pero sobre todo del perdón, saber perdonar y saber dar segundas oportunidades, pero también sobre quererse a uno mismo y ponerse por delante de todo y de todos. Puede que quieras mucho a una persona, puede que todo te empuje a algo en concreto, pero primero estás tú y esa debería ser la prioridad.
El último capítulo ha tenido de todo, noticias impactantes, decisiones importantes, momentos tristes, momentos emotivos, momentos bonitos y sobre todo perdón, amistad, amor y un cierre, un muy buen cierre. Según iban las cosas, incluso me habría parecido bien que Wilhelm y Simon no terminaran juntos, me parecía un buen final porque era lógico, al final por mucho que se quieran hay un abismo entre ellos y me parecía bien que separaran sus caminos, al menos hasta saber quiénes eran por separado y qué querían, y quién sabe, tal vez encontrarse en un futuro, pero me ha gustado mucho cómo ha terminado, me ha dejado el corazón muy blandito por todo en general, por la graduación y la despedida de todos los alumnos entre ellos y también hacia el lugar donde tantos momentos han vivido, y la última decisión ha sido realmente importante, y hasta me gustaría ver qué pasa después de esa decisión y de los cambios que se avecinan, tal vez en un spin off o incluso una película.
Y, cómo no, cerramos con esa mirada a cámara de Wilhelm que ya es marca de la casa, aunque en cada temporada es muy diferente a las demás y significa una cosa.
Tenía miedo de que esta tercera temporada se pareciera más a la segunda que a la primera, ya que venía de llevarme una decepción, pero ha sido la que más me ha gustado, y el capítulo final me ha parecido redondo y ha sido el que me ha hecho darle más nota. Ha sido una temporada de consecuencias, pero sobre todo de decisiones, ha llegado un momento en el que todos han tenido que pensar realmente en quiénes son, quiénes quieren ser y qué es lo que quieren hacer. Las tradiciones están bien, sobre todo cuando se pertenece a familias tan antiguas, pero los tiempos cambian, las personas también, y esas tradiciones deberían hacerlo también. Y ha sido una temporada acerca de la importancia de la familia, pero sobre todo del perdón, saber perdonar y saber dar segundas oportunidades, pero también sobre quererse a uno mismo y ponerse por delante de todo y de todos. Puede que quieras mucho a una persona, puede que todo te empuje a algo en concreto, pero primero estás tú y esa debería ser la prioridad.
El último capítulo ha tenido de todo, noticias impactantes, decisiones importantes, momentos tristes, momentos emotivos, momentos bonitos y sobre todo perdón, amistad, amor y un cierre, un muy buen cierre. Según iban las cosas, incluso me habría parecido bien que Wilhelm y Simon no terminaran juntos, me parecía un buen final porque era lógico, al final por mucho que se quieran hay un abismo entre ellos y me parecía bien que separaran sus caminos, al menos hasta saber quiénes eran por separado y qué querían, y quién sabe, tal vez encontrarse en un futuro, pero me ha gustado mucho cómo ha terminado, me ha dejado el corazón muy blandito por todo en general, por la graduación y la despedida de todos los alumnos entre ellos y también hacia el lugar donde tantos momentos han vivido, y la última decisión ha sido realmente importante, y hasta me gustaría ver qué pasa después de esa decisión y de los cambios que se avecinan, tal vez en un spin off o incluso una película.
Y, cómo no, cerramos con esa mirada a cámara de Wilhelm que ya es marca de la casa, aunque en cada temporada es muy diferente a las demás y significa una cosa.
Valoraciones en tu crítica:
6 / 10
Al final de la primera temporada, el príncipe Wilhelm tomó una decisión que arregló parte de sus problemas pero le ha ocasionado otros, y es que no todo el mundo está demasiado contento con su comunicado. Y ahora llega el centésimo vigésimo aniversario del internado y toca prepararlo todo y no puede haber el más pequeño fleco fuera de su sitio, ni siquiera el propio príncipe.
Esta temporada me ha gustado bastante menos que la anterior. Entiendo que no se puede hacer como si nada hubiera ocurrido y que haya ciertos dramas, pero es que casi todo han sido dramas, y todo muy adolescente, más que en la primera temporada. Es un poco como Élite ahora, este me gusta, pero me lío con este, y tal está enamorado de cual... Casi toda la temporada ha sido así, y encima con Wilhelm y Simon separados durante casi todos los capítulos. Han intentado meter salseo en la relación pero sabemos cómo acaban esas tramas, aunque era mucho más importante todo lo relacionado con el aniversario y el discurso del príncipe (que no es la secuela de El discurso del rey).
La química entre los protagonistas es innegable, pero aquí no remonta una temporada bastante floja con tramas poco interesantes y vueltas sobre lo mismo una y otra vez, porque anda que no mencionan el vídeo. Eso sí, la última escena ha sido muy buena y promete traer cola para la siguiente temporada, porque no va a ser algo que pase desapercibido. Y una vez más el último plano de Wilhelm mirando a cámara, como si nos avisara de que se vienen curvas.
A ver cómo la rematan en la última temporada, no creo que ese anuncio final deje indiferente a nadie, pero tampoco se puede enredar todo mucho más porque la tercera es la última.
Esta temporada me ha gustado bastante menos que la anterior. Entiendo que no se puede hacer como si nada hubiera ocurrido y que haya ciertos dramas, pero es que casi todo han sido dramas, y todo muy adolescente, más que en la primera temporada. Es un poco como Élite ahora, este me gusta, pero me lío con este, y tal está enamorado de cual... Casi toda la temporada ha sido así, y encima con Wilhelm y Simon separados durante casi todos los capítulos. Han intentado meter salseo en la relación pero sabemos cómo acaban esas tramas, aunque era mucho más importante todo lo relacionado con el aniversario y el discurso del príncipe (que no es la secuela de El discurso del rey).
La química entre los protagonistas es innegable, pero aquí no remonta una temporada bastante floja con tramas poco interesantes y vueltas sobre lo mismo una y otra vez, porque anda que no mencionan el vídeo. Eso sí, la última escena ha sido muy buena y promete traer cola para la siguiente temporada, porque no va a ser algo que pase desapercibido. Y una vez más el último plano de Wilhelm mirando a cámara, como si nos avisara de que se vienen curvas.
A ver cómo la rematan en la última temporada, no creo que ese anuncio final deje indiferente a nadie, pero tampoco se puede enredar todo mucho más porque la tercera es la última.
Valoraciones en tu crítica:
8 / 10
Esta primera temporada me recuerda bastante a The Royals, que me gustaba mucho hasta que la cancelaron, aunque es más adolescente, pero tienen puntos en común, no sólo la realeza.
El príncipe Wilhelm de Suecia ha estado toda la vida a la sombra de su hermano Erik, el heredero al trono, pero eso también le ha dado mucha libertad a la hora de hacer lo que quiera con su vida, hasta que se mete en un escándalo y le obligan a estudiar en un internado. Allí conocerá a Simon y se volverán locos el uno por el otro, pero una tragedia hará que todo explote por los aires y ese amor, que de por sí mantienen en secreto, se vuelva un imposible. Y es que Wilhelm se ve dividido entre lo que desea y lo que debe hacer, porque no sólo está el hecho de que ahora sea el primero en la línea de sucesión tras la muerte de su hermano, o que de por sí sería un escándalo, sino que además son de mundos muy diferentes. Aunque para escándalo lo que ocurre después y que pondrá a Wilhelm en una situación aún más complicada.
Lo mejor que tiene esta serie es que los actores de verdad parecen adolescentes, y se comportan como adolescentes, y sobre todo la química que desprenden los protagonistas, la intensidad de las miradas traspasa la pantalla. Esta primera temporada es bastante de introducción, y la trama no es el colmo de la originalidad, está todo bastante visto ya, pero me gusta la visibilidad que se le da a ciertos temas, sobre todo a través de Sara, la hermana de Simon. En general no deja de ser una serie de adolescentes montando fiestas, drogándose y teniendo sexo, con el añadido de la familia real sueca, el internado y la pareja homosexual, que en ese mundo lo pone todo patas arriba. Y la mirada final de Wilhelm a cámara deja claro que todo se va a alborotar aún más, así que deseando ver por dónde salta todo en la segunda.
El príncipe Wilhelm de Suecia ha estado toda la vida a la sombra de su hermano Erik, el heredero al trono, pero eso también le ha dado mucha libertad a la hora de hacer lo que quiera con su vida, hasta que se mete en un escándalo y le obligan a estudiar en un internado. Allí conocerá a Simon y se volverán locos el uno por el otro, pero una tragedia hará que todo explote por los aires y ese amor, que de por sí mantienen en secreto, se vuelva un imposible. Y es que Wilhelm se ve dividido entre lo que desea y lo que debe hacer, porque no sólo está el hecho de que ahora sea el primero en la línea de sucesión tras la muerte de su hermano, o que de por sí sería un escándalo, sino que además son de mundos muy diferentes. Aunque para escándalo lo que ocurre después y que pondrá a Wilhelm en una situación aún más complicada.
Lo mejor que tiene esta serie es que los actores de verdad parecen adolescentes, y se comportan como adolescentes, y sobre todo la química que desprenden los protagonistas, la intensidad de las miradas traspasa la pantalla. Esta primera temporada es bastante de introducción, y la trama no es el colmo de la originalidad, está todo bastante visto ya, pero me gusta la visibilidad que se le da a ciertos temas, sobre todo a través de Sara, la hermana de Simon. En general no deja de ser una serie de adolescentes montando fiestas, drogándose y teniendo sexo, con el añadido de la familia real sueca, el internado y la pareja homosexual, que en ese mundo lo pone todo patas arriba. Y la mirada final de Wilhelm a cámara deja claro que todo se va a alborotar aún más, así que deseando ver por dónde salta todo en la segunda.
Valoraciones en tu crítica:
7.5 / 10
El príncipe Wilhelm de Suecia disfruta de la libertad que supone ser el segundo hijo, pero esa libertad le llevará a ciertos escándalos y esos escándalos terminarán con él viéndose obligado a estudiar en Hillerska, un internado en el que la casa real ha estudiado desde hace varias generaciones. Allí se enamorará de Simon y comenzará una relación llena de impedimentos y complicaciones, sobre todo cuando Wilhelm sea llamado a ser el príncipe heredero de Suecia.
Jóvenes altezas viene siendo una mezcla entre The Royals y Élite, más o menos, ya que tenemos un internado lleno de gente pija y elitista, aunque en este caso lo son aún más porque todos ellos forman parte de la realeza, la nobleza o son nuevos ricos, y también hay becados a los que mirar por encima del hombro sólo por no pertenecer a familias prestigiosas como las suyas. Así que es una serie sobre adolescentes haciendo cosas de adolescentes, con sus fiestas, sus dramas de adolescentes, sus amoríos, sus estudios, sus enfrentamientos con sus familias, amistades, enemistades… Pero también es una serie sobre diferencia de clases, sobre discriminación por diferentes motivos, sobre encontrarse a uno mismo y decidir quién eres y qué quieres ser, y a quién quieres amar, y sobre dar un golpe sobre la mesa frente a normas absurdas y tradiciones obsoletas.
La relación entre Wilhelm y Simon parece destinada al fracaso, pertenecen a mundos completamente diferentes, ya que Simon es uno de los estudiantes becados, proviene de una familia humilde y complicada, y además el mundo de la realeza sigue anclado a un pasado que no está dispuesto a permitir que el príncipe heredero quiera a otro hombre. Así que se enfrentarán a diversos obstáculos con muchos frentes abiertos, tanto en el colegio, como entre sus amistades y sus respectivas familias, y tendrán que salir a flote o rendirse.
Pero aunque la trama principal es el romance entre los dos protagonistas y también todo el asunto de la realeza y la diferencia de clases, hay más tramas y más personajes. Es una serie muy diversa, sin resultar forzada en ningún aspecto, con adolescentes que realmente parecen adolescentes y personas de este planeta, no todos supermodelos que parecen esculturas griegas, con problemas de verdad incluso siendo de familias tan importantes, con dudas, con miedos, con inseguridades.
La primera temporada es bastante introductoria, como suele ocurrir, sitúa a los personajes y nos pone en general en situación, y la segunda para mí dio bastante bajón, me decepcionó bastante, pero la tercera me ha gustado mucho por todo lo que ocurre y por cómo queda todo y todos los personajes al final. Cierto es que queda cierta incertidumbre ahí, pero no porque sea un final abierto, porque no lo es, queda todo muy cerrado y muy bien situado. Es una serie con sólo tres temporadas de seis capítulos cada una, y la mayoría andan por los 45 minutos, así que se ve en nada, y si te gusta y te enganchas es muy fácil de maratonear, y es de agradecer cuando una serie termina cuando tiene que terminar.
A destacar la química tan increíble entre Edvin Ryding (Wilhelm) y Omar Rudberg (Simon), que sólo con una mirada lo dicen todo y llenan la pantalla. Y también quiero mencionar la banda sonora en general, tanto las canciones conocidas, como Arcade, de Duncan Laurence, como otras creadas para la serie, y sobre todo la pedazo de voz que tiene Omar Rudberg, que por cierto también es cantante.
Jóvenes altezas viene siendo una mezcla entre The Royals y Élite, más o menos, ya que tenemos un internado lleno de gente pija y elitista, aunque en este caso lo son aún más porque todos ellos forman parte de la realeza, la nobleza o son nuevos ricos, y también hay becados a los que mirar por encima del hombro sólo por no pertenecer a familias prestigiosas como las suyas. Así que es una serie sobre adolescentes haciendo cosas de adolescentes, con sus fiestas, sus dramas de adolescentes, sus amoríos, sus estudios, sus enfrentamientos con sus familias, amistades, enemistades… Pero también es una serie sobre diferencia de clases, sobre discriminación por diferentes motivos, sobre encontrarse a uno mismo y decidir quién eres y qué quieres ser, y a quién quieres amar, y sobre dar un golpe sobre la mesa frente a normas absurdas y tradiciones obsoletas.
La relación entre Wilhelm y Simon parece destinada al fracaso, pertenecen a mundos completamente diferentes, ya que Simon es uno de los estudiantes becados, proviene de una familia humilde y complicada, y además el mundo de la realeza sigue anclado a un pasado que no está dispuesto a permitir que el príncipe heredero quiera a otro hombre. Así que se enfrentarán a diversos obstáculos con muchos frentes abiertos, tanto en el colegio, como entre sus amistades y sus respectivas familias, y tendrán que salir a flote o rendirse.
Pero aunque la trama principal es el romance entre los dos protagonistas y también todo el asunto de la realeza y la diferencia de clases, hay más tramas y más personajes. Es una serie muy diversa, sin resultar forzada en ningún aspecto, con adolescentes que realmente parecen adolescentes y personas de este planeta, no todos supermodelos que parecen esculturas griegas, con problemas de verdad incluso siendo de familias tan importantes, con dudas, con miedos, con inseguridades.
La primera temporada es bastante introductoria, como suele ocurrir, sitúa a los personajes y nos pone en general en situación, y la segunda para mí dio bastante bajón, me decepcionó bastante, pero la tercera me ha gustado mucho por todo lo que ocurre y por cómo queda todo y todos los personajes al final. Cierto es que queda cierta incertidumbre ahí, pero no porque sea un final abierto, porque no lo es, queda todo muy cerrado y muy bien situado. Es una serie con sólo tres temporadas de seis capítulos cada una, y la mayoría andan por los 45 minutos, así que se ve en nada, y si te gusta y te enganchas es muy fácil de maratonear, y es de agradecer cuando una serie termina cuando tiene que terminar.
A destacar la química tan increíble entre Edvin Ryding (Wilhelm) y Omar Rudberg (Simon), que sólo con una mirada lo dicen todo y llenan la pantalla. Y también quiero mencionar la banda sonora en general, tanto las canciones conocidas, como Arcade, de Duncan Laurence, como otras creadas para la serie, y sobre todo la pedazo de voz que tiene Omar Rudberg, que por cierto también es cantante.
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