Últimas críticas de Sandris en TV

Según Philomena Cunk

Según Philomena Cunk
Crítica de Sandris hace 22 horas

7.5
«¿Qué fue culturalmente más significativo: el Renacimiento o 'Single Ladies' de Beyoncé?».
«¿Fue Jesucristo la primera celebridad víctima de la cancelación?».

Preguntas como estas son las bases sobre las que asienta Philomena Cunk su más sólida ideología sobre el desconocimiento pero, al mismo tiempo, la ideología de una persona sin miedo a los juicios y con el humor propicio para hacer que te rías sin descanso con sus ocurrencias. Decía Aristóteles, un hombre que ya no publica muchas cosas últimamente, que «hay la misma diferencia entre un sabio y un ignorante que entre un hombre vivo y un cadáver»; quizás este viejo griego cascarrabias afirmaba eso porque nunca llegó a conocer a la grandísima Philomena Cunk, una mujer feroz, un prodigio de la ingeniería social y el latigazo más desquiciante de historiadores, investigadores y los estudiosos más reputados del Reino Unido. Philomena no duda ni un segundo en dejarlos noqueados con sus preguntas más estrambóticas y bizarras, hasta el punto de que por sus caras ves como se les reinicia el Windows al intentar responder seriamente a sus cuestiones más vitales. Porque sí, tanto en 'Cunk on Birtain' como en 'Cunk on Earth' (las dos temporadas que componen esta serie), nuestros empollones más destacados de su campo, tienen que intentar contestar a las preguntas lo más serios posible y sin reírse. Aun cuando esta fuerza de la naturaleza los interpela a que expliquen si el mundo es obra de Dios o de su hermano Simon, por qué la perra Laika está sola en el espacio flotando hacia la eternidad o cuando le pide al experto en Historia Militar que hablen de algo más divertido al entender que otra guerra nuclear podría suceder en el mundo y ambos concuerdan en que les encanta ABBA; 'Dancing Queen' en particular.
Seguramente Philomena Cunk sea la persona más incomprendida de nuestro tiempo, pero mediante un formato mockumentary delirante e hilarante, nuestra protagonista pone en palabras algunas de las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez y que no hicimos por sentirlas demasiado estúpidas. Así que adoren a Philomena Cunk, no hay mentira en su inocencia.

«No es justo, ¿sabe? Si un científico como Bruce Banner se expone a la radiación gamma, se convierte en un superhéroe, ¿no? Le hacen su propio cómic y una saga de películas. A Marie Curie sólo la matan. Él se convierte en Hulk. No es justo, ¿verdad? ¿Es culpa del patriarcado? Otra cosa, ¿qué es un patriarcado?».

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Parks and Recreation

Parks and Recreation
Crítica de Sandris hace 3 semanas

10
Desde que tengo uso de razón, una parte de mí ha vivido en mundos mágicos y fantásticos para evadir la realidad. He vivido en Hogwarts, en el castillo de 'La bella y la bestia', he vivido en el campo con Pippi Calzaslargas, he vivido con Kika Superbruja o en mundos más terrenales como el de Manolito Gafotas o Springfield. He vivido aventuras interminables con Astérix y Obélix, Mortadelo y Filemón o Son Gokū, hasta he vivido en casa de Shin-Chan, en el bloque de Desengaño 21, en las oficinas de 'The Office' o en PS Management. Porque los universos que se abren ante nosotros y le hablan directamente a nuestra alma, acaban formando parte de nuestro ser, ya sean mágicos o mundanales. Hoy Pawnee, se suma a mi larga lista de hogares creados en los que puedo refugiarme cuando el mundo se ponga feo.
Los lugares, laborales en concreto, simplemente son estancias de paso con muebles incómodos y asépticos como la consulta del dentista. Son sitios donde pasas muchas horas al día deseado que este termine para llegar a casa y hacer lo que de verdad quieres hacer. Pero los lugares, estancias y sitios se convierten en algo más cuando te encuentras a las personas indicadas en ellos. Pocos trabajos te harán hacer amigos de los buenos, pero al menos en la oficina de parques de 'Parks & Recreation', nos dejan bien claro que tu hogar siempre será tu hogar pero que puedes formar otro donde menos lo esperabas y con la gente menos pensada. Porque este pequeño compendio de situaciones diarias en un ayuntamiento civil, es el ejemplo perfecto de que podemos construir familias en cualquier sitio, porque casa siempre son las que personas que están detrás de la puerta o al otro lado del teléfono.

Leslie Knope, Ron Swanson, Tom Haverford, Ann, April Ludgate, Andy Dwyer, Donna, Jerry, Ben, Chris, Jean-Ralphio o Mark se unen para hacer de nuestras vidas, un espacio lleno de humor negro, risas y cosas bonitas. De los creadores de 'The Office', la historia gira en torno a la creación de nuevos parques en la ciudad de Pawnee, Indiana. Y diréis, ¿qué tiene de interesante la creación de parques en una ciudad perdida de la mano de Dios? Pues absolutamente nada y todo al mismo tiempo, porque la trama la sostienen todos y cada uno de los personajes que dan forma a una sitcom incombustible e inolvidable.
Aunque tenga temporadas menos redondas, sé que volveré a la sección de parques comunitarios de Pawnee de la mano de Leslie Knope a comernos unos buenos gofres con nata, mientras Ron nos mira con recelo por no haber elegido carne, Tom y Donna criticarán nuestros outfits pero nos instarán a un estupendo «treat yourself», April nos mirará evaluando cómo serían nuestras autopsias, Andy nos compondría una canción rock en la que gofres rimaría con "cofres", Jerry se tropezará con sus propios cordones mientras se lleva su café hirviendo, Chis hiperventilaría al ver la cantidad de calorías que nos metemos entre pecho y espalda, Ben analizaría la cuenta desde todas las perspectivas posibles para que dejemos de dilapidar dinero en gofres y Ann nos sonreirá con la dulzura propia de un girasol al otro lado de la mesa.

Hilarante, divertida y perfecta para olvidar que el mundo exterior existe durante un ratito.

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Yo, adicto

Yo, adicto
Crítica de Sandris hace 3 meses

9
Crecer en un barrio pesquero de Galicia implica muchas cosas. Implica que siempre hay pescado en la mesa, que el aire está fresco porque el mar lo suaviza y que los inviernos se inventaron para medir tu resistencia vital. Pero crecer en un barrio de los 90 o 2000 en Galicia, también significa la cocaína, la heroína y la marihuana que entran por doquier. Gente en las puertas de los institutos, compañeros de promoción que ya no están con nosotros, chavales enganchados desde los 14 años siempre contando con el estigma y la incomprensión del mundo que les rodea. Como si nadie hubiese visto que esto podría pasar, como si no lo viésemos cada día con nuestros ojos, hasta que se les señala con el dedo y pasan a convertirse en sombras dispersas de cualquier calle. Detrás de cada persona que consume, que se ve esclavizado ante una adicción, hay un sistema social que ha fallado; familia, amigos o la sociedad. Una adicción no es simplemente el vicio o el eterno “por qué”, sino el de “dónde viene” y qué buscas mitigar viviendo anestesiado. Javier Giner se abre en canal en una autobiografía en la que relata sus años de adicción a las drogas, al alcohol y al sexo. Fruto de este libro, nace ‘Yo, adicto’, una serie de seis episodios en la que Oriol Pla encarna a Javi, un exitoso businessman del sector audiovisual. Parece tenerlo todo, amigos, una carrera que no para de subir como la espuma, una familia que le quiere y una buena posición social, pero eso no diferencia a Javi de cualquier drogadicto que nos crucemos en el camino a casa diario. O al menos ese es el mensaje que espera transmitir esta historia, porque da igual de dónde vengas, cuando sucumbes ante las drogas, lo haces para adormecer tus emociones, para dejar de sentir y para ensordecer el mundo.
Con la caída en desgracia de nuestro protagonista, seremos testigos de una odisea titánica para intentar rehabilitarse ingresando en una clínica privada, en la que, a base de empatía y cariño, comprenderá cosas de sí mismo que ni siquiera él conocía. A veces, simplemente necesitamos escuchar las historias de los demás y dejar que otros nos escuchen para entender qué ha ido mal, cómo has terminado aquí y entender que siempre hay una salida. Los vínculos que establecemos con los demás son vida y a veces nos salvan de nosotros mismos.

No es una historia más sobre adicciones, es el camino de una persona dañada, que daña, una persona sin esperanza pero que emana esperanza a los que le rodean, es una historia sobre el cielo y el infierno, el amor y el odio, es una historia de resistencia, de valor y de verdad. Rehabilitarte no es fácil y contarás para siempre con la etiqueta de ser “el yonki”, pero cuando te rehabilitas no lo haces sólo por ti, lo haces por los que te quieren, por los que te han visto caer una y mil veces, a los que has lastimado y aún así siguen queriéndote. Rehabilitarte es un acto de amor propio, pero es también un acto de amor hacia los demás. Y no hay mayor generosidad que esa.

«_¿Todo esto no se trataba de drogas, verdad?
_¿De qué crees que se trata?
_¿Yo? De aprender a vivir.»

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Kotaro vive solo

Kotaro vive solo
Crítica de Sandris hace 3 meses

8
La vida es injusta y, casi siempre, acaba cebándose con los que menos culpa tienen, los que ni siquiera han pedido venir a un mundo plagado de desgracias y violencia; los niños. En ‘Kotaro vive solo’, un anime de tan sólo diez episodios, dirigido por Tomoe Makino y que adapta el manga homónimo de Mami Tsumura, conocemos la cruel realidad de Kotaro. Nuestro Kotarin es un niño de 4 años que vive solo. Inteligente, locuaz, resolutivo y charlatán como un abuelo de antaño, nuestro protagonista se muda a un edificio de apartamentos en el que los vecinos ni siquiera se conocen. Con su inocencia y cariño, acabará convirtiéndose en el pegamento que mantendrá unidos a unos personajes tan diferentes como reales, porque sólo los que estamos rotos por dentro, reconocemos en los otros nuestras mismas heridas. Karino, Mitsuki o Tamaru, todos vecinos del edificio, serán los protectores de Kotaro, aunque quizás, a ojos avispados, sea él quien los protege a todos con su afecto incondicional y su espada de samurái de juguete claro.
Estamos ante una serie que fortalece el mantra de la familia escogida, cuando la vida es tan atroz que otros deciden cuidarte, no por obligación sino porque quieren hacerlo. Un niño que acaba llegando a la vida de tres personas perdidas para enseñarles algo que tienen atravesado en el pecho como una espada, algo tan insondable como la soledad. Kotaro se convertirá en el salvador de unas personas astilladas por la vida, olvidándose de sí mismo, olvidándose de que tan sólo es un niño de 4 años con la mala suerte de toparse con los padres equivocados. Kotarin aprenderá por el camino a ser niño y no un adulto impuesto para poder vivir por sí mismo y nosotros aprenderemos con él a abrazar la ternura de la infancia y lo valioso que es protegerla a toda costa.

Por muchas risas y momentos cómicos que ofrezca, estamos ante una historia de maltrato, abuso y violencia. Una historia de las que te retuercen el alma por dentro, porque es terrorífico contemplar a un niño preocuparse por los sentimientos de los demás, en lugar de pensar en sí mismo, porque el mero hecho de bucear en tu propio interior duele. Duele pasados los 30 y duele más siendo un niño que únicamente debería angustiarse por no comer demasiadas chuches para evitar dolores de barriga. Este maravilloso niño nos enseña que, con la suficiente actitud, podemos hacerlo todo solos, pero a veces sólo necesitamos que alguien nos dibuje algo divertido sobre nuestras heridas, se siente con nosotros a merendar y se convierta en nuestro refugio seguro para seguir sorteando la vida, sabiendo que siempre tendremos una toma de tierra a la que volver cuando todo sea demasiado grotesco para ser real.

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Harry Potter: los magos de la repostería

Harry Potter: los magos de la repostería
Crítica de Sandris hace 3 meses

7.5
Harry Potter y todo su mundo siempre ha sido mi comfort zone. Da igual que la vida se ponga difícil o que sea maravillosa, Hogwarts siempre será como un segundo hogar para mí, el hogar para esa pequeña Sandra que soñaba con universos de fantasía infinitos sin salir de su habitación. ‘Harry Potter: los magos de la repostería’ es un concurso pastelero que reúne a los mejores artistas reposteros del mundo para competir entre ellos, siempre con la temática de Harry Potter presente. El programa de seis episodios está presentado por Oliver y James Phelps y reúne a un variopinto grupo de expertos pasteleros que no se quedan en una sencilla tarta de queso al horno o un arroz con leche. Ellos hacen verdaderas obras de arte, hiperrealistas, con trucos científicos incluso y, sobre todo, con una pinta espectacular. Pocas cosas existen más complicadas en esta vida que la pastelería y todos los que nos hemos metido en materia sabemos lo fácil que es que todo se venga abajo. Medir los elementos grano a grano, medir la temperatura, templar los chocolates, mezclar elementos tan locos como té Earl grey en una tarta o mezclar calabaza con fruta de la pasión… Todo esto mientras tienen que darles formas como el escritorio de Gringotts, un dementor, una caja de varitas, o las mismísimas snitch doradas. Todos ellos pasteles increíblemente tallados y por lo que se puede sentir tras la pantalla, deliciosos.

No es nada del otro mundo y no le va a cambiar la vida a nadie, pero es un concurso chulísimo que no se deja nada en el tintero y te mantiene enganchada sin remedio. ¿Y qué mejor que estas fechas tan sentimentales para dejarte abrazar por ese mundo mágico que vive dentro de muchos de nosotros?

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Arcane

Arcane
Crítica de Sandris hace 4 meses

9
El cielo y el infierno. Piltover y Zaun. Una, la ciudad de los bendecidos, los artistas y los creadores contra la otra, la ciudad de los marginados, violentos y abandonados a su suerte. Una en la superficie y otra subterránea. No hay cielo sin infierno, ni creación que no atraiga a un enemigo al que eliminar. Esta parece ser la base sobre la que se desarrollará ‘Arcane’, un auténtico espectáculo audiovisual sin precedentes, donde una casi extraterrestre animación le da la mano a una banda sonora que se te cuela hasta los huesos maravillándote ante el espectáculo del que, sin duda, no podrás apartar la vista ni un minuto. Delirante, divertida, mágica, rutilante, cruel y pasional, se trata de una serie que marcará una generación, un antes y un después a la hora de construir historias con la animación como base. Tomando como referencia el videojuego que le sirve como matria, a lo largo de dos intensas temporadas, seremos testigos del ascenso de unos personajes al olimpo de los dioses de la magia, mientras que otros caerán sin remedio en el pozo de la desolación. Conocemos a personajes tan carismáticos como Vi, Jinx, Vader, Jayce, Viktor, Ekko, Caitlyn, Silco, Heimerdinger, Mylo, Claggor o Mel que tratarán de sobrevivir en un mundo hostil que sólo ansía verlos caer. La trama arranca presentándonos los bajos fondos de Zaun, donde Vi, su hermana Powder y su pandilla de amigos intentan sobrevivir a base de robarles a los ricos, los habitantes de Piltover. En una de sus incursiones hacia el exterior, obtienen un descubrimiento insólito, unas poderosas piedras azules que cambiarán el rumbo de sus vidas por completo.

Es esta una serie sobre magia, sobre cómo la magia podría modificar mundos alternativos de forma irreversible y no siempre para bien; pero por suerte, es también una serie sobre personajes, más allá de lo que esos personajes hacen. Su psique, sus motivaciones, sus decisiones, sus deseos más profundos, todo sirve a la hora de crear un compendio humano perfecto que te hará preguntarte quién es el verdadero héroe y quién el villano, o es que simplemente todos son héroes y villanos dependiendo del prisma desde el que mires.
Personalmente, he perdido la cuenta de las veces que me la han recomendado a lo largo de los tres años que han pasado desde su estreno, pero qué alegría acabar el año con una exhibición de talento, de saber hacer y de cariño como esta.

«Killing is a cycle. One that started long before Vander and me and it will continue long after the two of you. We build our own prisons, bars forged of oaths, codes, commitments. Walls of self-doubt and accepted limitation. We inhabit these cells, these identities, and call them "us". I thought I could break free by eliminating those I deemed my jailors. But... Jinx, I think the cycle only ends when we find the will to walk away».

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Celeste

Celeste
Crítica de Sandris hace 4 meses

7
«La gente prefiere encontrarse un bulto en la ingle que una carta de Hacienda en el buzón», dice en determinado momento de la serie el delegado de la Agencia Tributaria y razón seguramente no le falte. Ya quisieran los espíritus, los demonios de nuestras parálisis del sueño o los exorcismos, provocarnos la angustia que nos provoca una carta certificada de Hacienda en nuestra puerta. Se te bajan las defensas ipso facto y eso no hay Actimel que lo solucione. ‘Celeste’, que ya en el título se define como un “thriller tributario”, es una breve serie de seis episodios en los que Sara, una inspectora de Hacienda se pone tras la pista de la cantante multimillonaria Celeste. En su último día de trabajo, le piden que investigue a la cantante del pop latina para demostrar que ha pasado 184 días en España el año pasado, lo cual exigiría que pagase sus impuestos en el país. Evidentemente, todos sabemos a quién se refiere la historia y quién es la verdadera Celeste tras las bambalinas. Las referencias son pan comido, pero no por eso se trata de una serie burda o chabacana, al contrario, sabe reírse de sí misma y lo más importante, sabe hacer reír a los espectadores. Aunque se toma su tiempo para la seriedad a la hora de la construcción de los personajes, no pierde el sentido del humor. Desde esa personalidad fría, analítica, casi de robot con nulas capacidades de interacción social que tiene Sara, hasta el glamour de la artista mexicana, con sus anuncios, videoclips y colonias por doquier. Sara realizará una investigación milimétrica para llevar a cabo su objetivo y de paso saldar cuentas con el pasado.

Una serie muy divertida, mamarracha y paradójica, porque aunque todos sabemos que los impuestos son necesarios para garantizar nuestra sanidad, educación y espacios públicos, ver a un inspector de Hacienda en tu perímetro vital te deja más tiesa que el turrón caducado. Hacen lo correcto, pero qué rabia se les coge cuando te sale a pagar la trimestral. Sin embargo, como se suele decir ‘eat the rich’, así que a pagar. O como diría Shakira: «las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan», a lo que Carmen Machi en el papel de Sara le respondería, «pues a facturar en la agencia tributaria española, coño».

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Querer

Querer
Crítica de Sandris hace 4 meses

8.5
«Los monstruos son reales, y los fantasmas también. Viven dentro de nosotros y, a veces, ellos ganan», Stephen King.

Todo lo que ocurre tras la puerta cerrada de una habitación del domicilio familiar, es lo que puede cambiarte la vida para siempre. De esto es de lo que trata ‘Querer*’, una miniserie que, en tan sólo cuatro episodios, disecciona la vida de una familia en apariencia perfecta sin nada que esconder. Al menos hasta que Miren, la buena esposa y la abnegada madre, denuncia a su marido por violaciones reiteradas durante más de 20 años. Los primeros ecos son de asombro e incredulidad, con dos hijos ya mayores que se preguntan si lo que dice su madre es verdad, o por el contrario, si su padre está siendo víctima de una calumnia sin precedentes. Los hijos intentarán encontrar la verdad en un camino pantanoso en el que la mentira parece ser la ley del talión, cualquier discurso opuesto al que siempre ha dominado, es una aberración. Pero, ¿Cómo saber lo que ocurre tras la puerta cerrada de una habitación en la que no puedes entrar? Creyendo, analizando y escuchando, sobre todo. Íñigo, el otro protagonista de la historia, no da crédito a lo que le está sucediendo. Un hombre de negocios, de éxito, que gobierna tanto el campo laboral como el familiar, no entiende que la mujer que nunca abre la boca para quejarse o que camina cabizbaja por cada estancia, considere que sus pequeños arranques violentos son motivo de preocupación y mucho menos de escarnio público. Por otra parte, la historia también permitirá a los hijos reflexionar sobre las relaciones que mantienen con sus respectivas parejas y cómo el conflicto de sus padres, afecta a las mismas. Dos hijos, dos bandos, dos caras de la misma moneda.

Por desgracia, nos topamos con una trama tan compleja como habitual. Un reflejo de la violencia no violenta que no espanta, pero que quema por dentro. Esa violencia que parece no existir, porque no estás muerta y aun muerta, cuestionan a tu cadáver. Alauda Ruiz de Azúa, que hace dos años me destrozó el alma con ‘Cinco lobitos’, nos trae ahora un interesantísimo ejercicio de reflexión sobre cómo opera la maquinaria del miedo, el poder y la violencia sin que quede apenas constancia de ello. Como te destrozan día tras día, en tu propia casa, con tus hijos en la misma sin que nadie sea consciente de ello. No puedes decir que no, ¿serviría de algo? El miedo es demasiado poderoso y los depredadores se alimentan de ello. Se alimentan de ti hasta que únicamente quedan cenizas.

Intensa, brutal y casi irrespirable por momentos. Recuerda mucho a la película francesa ‘Custodia compartida’ de Xavier Legrand. Imperdible.

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Grotesquerie

Grotesquerie
Crítica de Sandris hace 4 meses

5
«Quizás este mundo sea el infierno de otro planeta», Aldous Huxley.

¿Conocéis el momento viral de la foto de Pilar Rubio con su denuncia delante de una comisaría de policía? Pues ahora mismo, esa soy yo delante de la casa de Ryan Murphy cagándome en todo su árbol genealógico, porque la Navidad siempre saca lo mejor de mí. Y es que el bueno de Murphy, parece haber conjurado la personalidad de aquella maja socorrista que mezcló ácido clorhídrico con sabe dios qué y la lió parda a la hora de encajar todas las piezas que componen el puzzle que es ‘Grotesquerie’. En palabras del propio creador, ha intentado reflexionar o reinterpretar nuestra sociedad actual y nuestra hostil situación en el mundo a través de los imperfectos personajes que protagonizan la historia. Algo así como un relato sobre la violencia imperante, las secuelas sociales del Covid, la ultraderecha arrasando en todo el mundo, el odio, la tremenda polarización de la sociedad, los bulos, la falsedad de las redes sociales, la decadencia de la moral, la inexistencia de la ética y la caída de los valores religiosos o la religión al servicio de la propaganda. Aunque suene prácticamente a trompeteo del apocalipsis, es una serie que también tiene algunas luces, como la conservación de la esperanza aún en los lugares más sombríos e inhóspitos.
Visto así, parece que se trata de una serie tremendamente existencialista, filosófica y aburrida; pero todo lo contrario, quizás ese sea el mayor problema. El argumento gira en torno a la jefa de la policía Lois Tryon, una mujer compleja, complicada y con una mala leche de las que asustan. Cuando una serie de horribles crímenes comienza a asolar la ciudad, Lois recibirá la ayuda de la hermana Megan, una monja que documenta casos de crímenes reales para el periódico de la iglesia. Con evidentes reminiscencias a ‘Seven’, ‘Zodiac’ o ‘Hannibal’, la sangre, la exagerada violencia y la incerteza impregnan la pantalla por completo. Pronto, la trama se ramifica en un gigantesco árbol que parece no tener fin. Y es que después de tantos plot twist, una acaba hasta mareada.

No se trata de una mala serie, mas sí decepcionante. Y evidentemente que el mundo es un asco Ryan Murphy y todos estamos hartos de vivir eventos canónicos que nos colapsan el sistema nervioso, pero si ‘Grotesquerie’ es tu visión del mundo o de lo que está por venir, casi mejor que la guerra nuclear nos pille confesados y con el búnker preparado.

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