Redactada: 2025-02-08
Cuenta una antigua leyenda china que las personas destinadas a conocerse, independientemente del tiempo, el lugar o las circunstancias, están interconectadas por un hilo rojo que las une, a un nivel tan íntimo como inexplicable, a lo largo de ese impredecible viaje que es la vida. Un lazo invisible que, al igual que muchas relaciones, puede estirarse y enredarse más allá de lo imaginable, pero sin jamás llegar a romperse. Algo mágico que guía a las almas gemelas hacia su inevitable encuentro y que Makoto Shinkai, recuperando muchos de los temas que ya había abordado en sus anteriores trabajos, trasladaba a la historia de Taki y Mitsuha, dos jóvenes de orígenes muy diferentes que, sin embargo, parecen compartir una conexión única más allá de lo puramente tangible. Personajes opuestos cuyo particular vínculo emocional, trascendiendo el propio concepto del romance juvenil, da paso, a su vez, a una emotiva reflexión sobre la identidad, la memoria y todo cuanto es capaz de acercarnos, aun sin tan siquiera llegar a comprenderlo, a aquellos a quienes amamos.
Shinkai, quién también se encargó del guion, la fotografía y el montaje, utiliza esa premisa para concebir una clásica comedia romántica que sirve, además, como la efímera instantánea de un país en constante dualidad entre pasado y presente. Entre la armoniosa tranquilidad de lo ancestral, aquí realzada por los bellos paisajes del Japón más rural, y el vertiginoso ritmo de vida de la gran capital. Lo viejo y lo nuevo fundidos en perfecta y frágil armonía mientras el tiempo, fluyendo sin descanso y ajeno a todo cuanto le rodea, parece deshacerse, en poético paralelismo con la leyenda del hilo rojo, en finos filamentos que se expanden y retuercen hasta volver a encontrare, quizás por designios del destino, en un mismo e inseparable lazo carmesí. Realidades muy diferentes pero conjugadas, siempre bajo la hipnótica belleza de su deslumbrante animación, en una preciosa historia de nostalgia y esperanza; de pérdida y reencuentro, y, muy especialmente, de todo aquello que es capaz de rozar el alma y quedarse, aunque fugaz, en lo más profundo de nuestro ser. Como una imagen borrosa que viene a la memoria o un sueño a punto de desvanecerse. Como esa extraña certeza de que, en algún lugar, alguien recuerda nuestro nombre.
Shinkai, quién también se encargó del guion, la fotografía y el montaje, utiliza esa premisa para concebir una clásica comedia romántica que sirve, además, como la efímera instantánea de un país en constante dualidad entre pasado y presente. Entre la armoniosa tranquilidad de lo ancestral, aquí realzada por los bellos paisajes del Japón más rural, y el vertiginoso ritmo de vida de la gran capital. Lo viejo y lo nuevo fundidos en perfecta y frágil armonía mientras el tiempo, fluyendo sin descanso y ajeno a todo cuanto le rodea, parece deshacerse, en poético paralelismo con la leyenda del hilo rojo, en finos filamentos que se expanden y retuercen hasta volver a encontrare, quizás por designios del destino, en un mismo e inseparable lazo carmesí. Realidades muy diferentes pero conjugadas, siempre bajo la hipnótica belleza de su deslumbrante animación, en una preciosa historia de nostalgia y esperanza; de pérdida y reencuentro, y, muy especialmente, de todo aquello que es capaz de rozar el alma y quedarse, aunque fugaz, en lo más profundo de nuestro ser. Como una imagen borrosa que viene a la memoria o un sueño a punto de desvanecerse. Como esa extraña certeza de que, en algún lugar, alguien recuerda nuestro nombre.
Guion
0 ✮
Banda sonora
0 ✮
Interpretación
0 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
0 ✮
Entretenimiento
0 ✮
Complejidad
0 ✮
Sentimiento
0 ✮
Duracion
0 ✮
Credibilidad
0 ✮
Fotografía
0 ✮
Dirección
0 ✮
Valoraciones en tu crítica:
Todavía no hay comentarios
Comentarios