Crítica de Velvet Goldmine por Obscuritas
Redactada: 2020-10-09
¿Por qué no había visto aún esta película?
Lo bueno que tienen los musicales es que, incluso si la trama de la película no es gran cosa, a poco que tengas una banda sonora medianamente decente, ya tienes mucho ganado y entretenimiento más que asegurado. Y es que la historia de Velvet Goldmine no tiene demasiado, no deja de ser una especie de biopic sobre el auge y la caída de una estrella del rock, incluso en algunas ocasiones se asemeja un poco a un documental. Todd Haynes quería hacer una película sobre David Bowie y su álter ego, Ziggy Stardust, pero Bowie se negó, y así nacieron Brian Slade y su álter ego Maxwell Demon, y Curt Wild, dos personajes ficticios pero que es imposible que no te recuerden al propio Bowie y a Iggy Pop (aunque Ewan McGregor a veces se parece más a Kurt Cobain).
Es una película sobre el glam, sobre extraterrestres andróginos bisexuales caminando por la Tierra, sobre música pero también sobre todo un movimiento que revolucionó el mundo, la estética y la sexualidad y supuso una liberación para muchas personas, sobre colores brillantes, maquillaje, adornos y brillantina, mucha brillantina. Y también es una película coming-of-age, al menos para uno de los personajes que aparece en ella. Visualmente y en cuanto a banda sonora es una auténtica gozada, como digo ya sólo por eso es disfrutable, incluso ambas cosas se fusionan para dar lugar a momentos de videoclip dentro de la película.
Christian Bale tiene un papel bastante pequeño y a la par importante en el que cumple con lo que tiene, Toni Collette está bastante bien, Ewan McGregor hace un papelón aunque en ocasiones recuerde un poco a Trainspotting, pero Jonathan Rhys Meyers está enorme.
Lo bueno que tienen los musicales es que, incluso si la trama de la película no es gran cosa, a poco que tengas una banda sonora medianamente decente, ya tienes mucho ganado y entretenimiento más que asegurado. Y es que la historia de Velvet Goldmine no tiene demasiado, no deja de ser una especie de biopic sobre el auge y la caída de una estrella del rock, incluso en algunas ocasiones se asemeja un poco a un documental. Todd Haynes quería hacer una película sobre David Bowie y su álter ego, Ziggy Stardust, pero Bowie se negó, y así nacieron Brian Slade y su álter ego Maxwell Demon, y Curt Wild, dos personajes ficticios pero que es imposible que no te recuerden al propio Bowie y a Iggy Pop (aunque Ewan McGregor a veces se parece más a Kurt Cobain).
Es una película sobre el glam, sobre extraterrestres andróginos bisexuales caminando por la Tierra, sobre música pero también sobre todo un movimiento que revolucionó el mundo, la estética y la sexualidad y supuso una liberación para muchas personas, sobre colores brillantes, maquillaje, adornos y brillantina, mucha brillantina. Y también es una película coming-of-age, al menos para uno de los personajes que aparece en ella. Visualmente y en cuanto a banda sonora es una auténtica gozada, como digo ya sólo por eso es disfrutable, incluso ambas cosas se fusionan para dar lugar a momentos de videoclip dentro de la película.
Christian Bale tiene un papel bastante pequeño y a la par importante en el que cumple con lo que tiene, Toni Collette está bastante bien, Ewan McGregor hace un papelón aunque en ocasiones recuerde un poco a Trainspotting, pero Jonathan Rhys Meyers está enorme.
Guion
0 ✮
Banda sonora
5 ✮
Interpretación
5 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
0 ✮
Entretenimiento
0 ✮
Complejidad
0 ✮
Sentimiento
0 ✮
Duracion
0 ✮
Credibilidad
0 ✮
Fotografía
5 ✮
Dirección
0 ✮
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