Crítica de Un amor real por Navidad por Sandris
Redactada: 2024-12-13
Dentro del cuestionable género de las cutre-comedias románticas navideñas de las que me confieso completamente adicta, existen dos tipos: las que te sorprenden para bien y las que son tan malas que ni para reírse valen. Partimos de la base de que, generalmente, todas son bastante malas, pero cada una disfruta de lo que puede y es que los tópicos románticos al calor de la chimenea, rodeados de lucecitas y con un buen chocolate caliente, entran mejor. Pues dentro de lo malas que suelen ser, ‘Un amor real por Navidad’ es peor de lo que te puedas imaginar, pero mucho peor. La química entre los protagonistas no está y creo que tampoco se la espera ya que nos darían las uvas; por no hablar de los momentos de vergüenza ajena que literalmente van desde el segundo uno hasta el segundo final de la cinta.
El telefilm sigue a Bella Sparks que trabaja en una tienda de ropa con el sueño de montar un camión de moda portátil (a lo food truck), para acercar la moda a todos aquellos que no puedan desplazarse a la tienda. Un buen día, un duque inglés llamado Stefan entra en su establecimiento para hacerle un encargo y termina pidiéndole como favor que le acompañe a unos eventos bastante elegantes a los que debe acudir. Vamos, lo que te pasa cualquier lunes a las nueve de la mañana tan pronto entras al trabajo. A partir de aquí, ya os podéis imaginar todo lo que pasará y es que la magia de la Navidad puede con todo, o con casi todo porque como decía Shakira el amor es ciego, sordo y mudo, pero es que estos dos ni siquiera parecen caerse bien (aunque a Shakira tampoco es que le fuera de maravilla, las cosas como son). Es como cuando tu madre te obliga a sentarte al lado de tu primo al que no ves nunca y que no habla nada para que le des conversación y os quedáis los dos en silencio pensando cuánto duraríais en el mundo si hubiese un apocalipsis zombie.
La historia en este tipo de filmes siempre es lo de menos, sabes a lo que vienes y quejarse es casi un pecado, sin embargo, sólo pido que al menos los protagonistas parezcan caerse bien y que nos cuenten una historia que brille un poco, aunque aquí lo único que brillan son los implantes de pómulos que ambos se han encasquetado. El milagro de la Navidad o del bisturí, pero milagro al fin y al cabo.
El telefilm sigue a Bella Sparks que trabaja en una tienda de ropa con el sueño de montar un camión de moda portátil (a lo food truck), para acercar la moda a todos aquellos que no puedan desplazarse a la tienda. Un buen día, un duque inglés llamado Stefan entra en su establecimiento para hacerle un encargo y termina pidiéndole como favor que le acompañe a unos eventos bastante elegantes a los que debe acudir. Vamos, lo que te pasa cualquier lunes a las nueve de la mañana tan pronto entras al trabajo. A partir de aquí, ya os podéis imaginar todo lo que pasará y es que la magia de la Navidad puede con todo, o con casi todo porque como decía Shakira el amor es ciego, sordo y mudo, pero es que estos dos ni siquiera parecen caerse bien (aunque a Shakira tampoco es que le fuera de maravilla, las cosas como son). Es como cuando tu madre te obliga a sentarte al lado de tu primo al que no ves nunca y que no habla nada para que le des conversación y os quedáis los dos en silencio pensando cuánto duraríais en el mundo si hubiese un apocalipsis zombie.
La historia en este tipo de filmes siempre es lo de menos, sabes a lo que vienes y quejarse es casi un pecado, sin embargo, sólo pido que al menos los protagonistas parezcan caerse bien y que nos cuenten una historia que brille un poco, aunque aquí lo único que brillan son los implantes de pómulos que ambos se han encasquetado. El milagro de la Navidad o del bisturí, pero milagro al fin y al cabo.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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Comentarios
Siempre tengo fe en un milagro navideño, pero me han traicionado... Tengo que afinar la puntería jajaja.
ME PILLÓ A TRAICIÓN ¿VALE?