Redactada: 2024-08-26
Estrenada en 1961, "Tú a Boston y yo a California" es una exitosa película de Disney adaptada de la obra infantil de Erich Kästner "Las dos Carlotas". Unas jóvenes gemelas se enteran de la existencia de la otra mientras ambas están en el mismo campamento de vacaciones y, para conocer al padre y madre que nunca han conocido, deciden cambiar de lugar. Por si esta aventura no fuera suficiente, su padre parece decidido a volver a casarse con una mujer, por lo que ellas deciden oponerse a sus deseos.
Uno de los principales atractivos de esta película es su excelente reparto, la doble interpretación de Hayley Mills resultó memorable tanto por la calidad de su actuación como por los impresionantes efectos especiales que multiplicaron a la actriz en la misma pantalla. La joven no oculta, sin embargo, las interpretaciones igualmente estupendas de la chispeante Maureen O'Hara y del conmovedor Brian Keith, que forman una pareja memorable. También son memorables por la notable calidad de la escritura de David Swift, guionista y director de la película, que se toma el tiempo necesario para tratar a cada uno de sus personajes de forma que nos resulten entrañables, así como sus situaciones, a menudo divertidas pero siempre muy creíbles. Aunque el humor está menos presente que en las películas del dúo Robert Stevenson-Bill Walsh de la misma época (“Mi amigo el fantasma” o “Mary Poppins”), cubre con todo de lo que cabe esperar de una buena comedia, desde los rudimentarios gags de caídas al agua y pasteles de nata hasta escenas de vodevil a lo Capra o Hawks, sorprendentes para una película Disney, como el hilarante enfrentamiento entre el marido, su ex mujer y su prometida bajo la mirada burlona de un reverendo risueño interpretado por el genial Leo G. Carroll.
A pesar de algunos gags bastante maduros (que apenas son vulgares), “Tú a Boston y yo a California” no deja de ser una película muy familiar, y aprovecha su gran audiencia para ofrecernos una buena lección sobre el amor y el matrimonio. Testigo de una época en la que la moral seguía perturbando las conciencias de quienes se apartaban de ella. Sin embargo, cometerían un grave error si se detuvieran en esta imagen superficial, ya que la película de David Swift profundiza mucho más en su tema (cosa que no hará su remake) al diseccionar con habilidad y gran finura los lazos del amor, ya sea conyugal o filial, sin olvidar recordarnos que las parejas rotas siempre tienen víctimas colaterales. Esto es lo que hace que “Tú a Boston y yo a California” sea un éxito, y lo que da lugar a ese estallido de emoción único para el que los estudios Disney tenían el secreto en aquella época, en una magnífica escena final que es todo contención y sugerencia, en una palabra: brillante.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Dirección
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