Crítica de The Relic por Migatoyyo

Muestra de manual de lo que es la serie B en toda su dimensión. La película se desarrolla con un reparto de secundarios habituales, caras conocidas, pero sin ninguna estrella que descabale el presupuesto, en la penumbra de los corredores del museo (lo que abarata mucho los costes) y resolviendo las situaciones con imaginación en lugar de efectos. Todos los efectos se congregan en la media hora final, únicos momentos en los que se nos muestra un monstruo con efectos del montón.
La película cumple los rasgos fundamentales del cine de terror de serie: tomamos un pueblo lejano, preferiblemente sudamericano para aprovechar sus leyendas tribales, hacemos que la magia negra actúe conformando una amenaza (preferiblemente un monstruo) que se exporta al mundo occidental (Estados Unidos, por supuesto). Lo metemos en un universo cerrado y claustrofóbico (puede ser la nave espacial y tendríamos Alien, los subterráneos del metro y veríamos Mimic) y ponemos a una pareja protagonista que se enfrente con inteligencia y audacia al monstruo hasta dejarlo fulminado. Tan viejo como el propio cine.
La película no aporta nada nuevo, transcurre siguiendo el guion que podría haber escrito cualquier espectador vistos los primeros quince minutos. Y como es lo que esperamos, no nos sorprende ni para bien ni para mal. Sólo la recurrencia a la superstición como personaje de la película y algunas persecuciones debidas al miedo interno de los protagonistas en lugar de amenazas reales, aportan un cierto aliciente.