Redactada: 2017-04-29
Película que sirve muy bien para plantearse los límites del humor, pues toma a un país real y a su gobernante para ridiculizarlo con nombres y apellidos. Aunque esté generalizada la opinión sobre ese país y sobre ese dirigente, no deja de ser una visión degradante planteada desde una posición política concreta y eso me hace pensar en dónde está el límite. ¿Una película similar ridiculizando, pues se va más allá de la sátira, al presidente de Estados Unidos (por otra parte, muy parodiable) hecha no desde dentro, sino desde otro país se habría aceptado sin problemas por los países occidentales? ¿Se hubiera considerado un insulto? Eso no significa que un chiste de mal gusto no pueda ser gracioso, pero su gracia no debe evitar que nos preguntemos si fue oportuno o adecuado. Para mi todo esta cuestión condiciona tanto el film que no merece la pena comentar si es más o menos divertido, pues, al menos yo, no me logré desvincular de este posicionamiento ético.
Guion
Banda sonora
Interpretación
Efectos
Ritmo
Entretenimiento
Complejidad
Sentimiento
Duracion
Credibilidad
Fotografía
Dirección

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