Redactada: 2025-01-26
Verdadero tostón. Por el planteamiento argumental parece adaptada de una obra de teatro, pero carece de todo ritmo cinematográfico, lo que la hace oscilar entre lo aburrido y lo insoportable. Tampoco ayuda un Hurt anodino y vacuo que, vista la escena final, está claro que está maniatado por el director. Su binomio con Keitel debería ser potentísimo y se queda en nada.
Toda la historia del chaval negro y sus avatares resultan tan falsos como artificiosos. Del restos mejor ni comento.
Y sin embargo la última escena, la del cuento de navidad entre Keitel y Hurt es, simplemente, maravillosa. Emocionante, con un ritmo emocional progresivo amplificado por el encuadre y con una réplica (esta vez sí) de Hurt a su altura. El colofón de la historia real del cuento de navidad pone los pelos de punta y la abuela ciega te hace saltar las lágrimas con un solo plano. Es lamentable que haya que aguantar estoicamente casi dos horas de película para poder disfrutar de esa maravilla narrativa. Incluso yo diría que para entender ese trozo de la película no hace falta haber visto el resto; es autosuficiente.
Lo dicho: un "peñazo" de película, de estructura y ritmo teatrales, con una escena final sobrecogedora y que justifica lo grandes que son Keitel y Hurt (el primero más que el segundo, ¡eh!).
Toda la historia del chaval negro y sus avatares resultan tan falsos como artificiosos. Del restos mejor ni comento.
Y sin embargo la última escena, la del cuento de navidad entre Keitel y Hurt es, simplemente, maravillosa. Emocionante, con un ritmo emocional progresivo amplificado por el encuadre y con una réplica (esta vez sí) de Hurt a su altura. El colofón de la historia real del cuento de navidad pone los pelos de punta y la abuela ciega te hace saltar las lágrimas con un solo plano. Es lamentable que haya que aguantar estoicamente casi dos horas de película para poder disfrutar de esa maravilla narrativa. Incluso yo diría que para entender ese trozo de la película no hace falta haber visto el resto; es autosuficiente.
Lo dicho: un "peñazo" de película, de estructura y ritmo teatrales, con una escena final sobrecogedora y que justifica lo grandes que son Keitel y Hurt (el primero más que el segundo, ¡eh!).
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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