Crítica de Nefarious. Cuando habla el diablo por Calibibi
Redactada: 2024-10-27
NEFABULOUS
Grata sorpresa la que me he llevado, con muy poco, con la fuerza de ideas y palabras, te da mucho.
En una época de cine de paredes verdes a veces apetece encontrar una película de actores, uno frente a otro, simplemente hablando, porque eso es lo que encuentras aquí, más de la mitad de la película no es otra cosa, avisados estáis, pero lo de Sean Patrick Flannery merece la pena.
Actor denostado, relegado a un cine "de tercera división" pero que siempre guardará un espacio en mi mente como el jovencito Indiana Jones, y que ojalá salga reforzado tras esta película.
Tiene una gran pega, que resta mucho valor a la película. Utilizando la perspectiva opuesta pero con la misma finalidad, su mensaje teológico busca ganar adeptos para la causa creyente, pone al "malo" como conservador y al "bueno" como progresista, pero trata de ridiculizar valores y creencias del segundo, dando la vuelta a la tortilla de buenos y malos, así que ya te puedes hacer idea de que pie cogea el director.
Refutando la existencia de demonios, tarda poco en aparecer el mantra de que si existe el Yin también debe haber Yan, y por tanto "el carpintero" como tantas veces le llaman también sería real.
Incluso si nos esforzamos por apartar ese velo religioso (que más que velo es manta zamorana) encontraremos un mensaje filosófico sobre el buen y mal comportamiento del hombre, y continuamente seremos señalados con el dedo acusador por malos, y es que el hombre es malo por naturaleza como ya dijo Maquiavelo.
Como somos libres para pensar, inteligentes, y sabemos leer entre líneas, más allá de lo que quieran meternos en la cabeza, una línea argumental que quizás no era buscada por los creadores pero se puede sacar, es la aplicación de la pena de muerte. No desde perspectivas religiosas, que si se menciona como el tercer asesinato, si no como acto deliberado e irreversible. A veces, en algunos lugares, la justicia se sigue entendiendo como un castigo al nivel del daño causado, una especie de "ojo por ojo y diente por diente", pero eso más que justicia es venganza. Y en el caso de la pena capital, no tiene enmienda, no admite error de quien la aplica, y aunque quieras verte reforzado moralmente por la causa, el acto en si tiene el mismo nivel que el hecho causante.
Seguramente, además de lo obvio, haya muchos más matices o temas que se puedan tratar, muchas otras lecturas, que dan para largas conversaciones, y eso es lo que me ha gustado de la película. En cualquier caso está en ti dejarte convencer por el demonio, puede molestar ese intento de adoctrinamiento, y de contarte lo que está bien o mal, pero tienes delante una película para pensar, con diálogos intensos y gran trabajo actoral.
Grata sorpresa la que me he llevado, con muy poco, con la fuerza de ideas y palabras, te da mucho.
En una época de cine de paredes verdes a veces apetece encontrar una película de actores, uno frente a otro, simplemente hablando, porque eso es lo que encuentras aquí, más de la mitad de la película no es otra cosa, avisados estáis, pero lo de Sean Patrick Flannery merece la pena.
Actor denostado, relegado a un cine "de tercera división" pero que siempre guardará un espacio en mi mente como el jovencito Indiana Jones, y que ojalá salga reforzado tras esta película.
Tiene una gran pega, que resta mucho valor a la película. Utilizando la perspectiva opuesta pero con la misma finalidad, su mensaje teológico busca ganar adeptos para la causa creyente, pone al "malo" como conservador y al "bueno" como progresista, pero trata de ridiculizar valores y creencias del segundo, dando la vuelta a la tortilla de buenos y malos, así que ya te puedes hacer idea de que pie cogea el director.
Refutando la existencia de demonios, tarda poco en aparecer el mantra de que si existe el Yin también debe haber Yan, y por tanto "el carpintero" como tantas veces le llaman también sería real.
Incluso si nos esforzamos por apartar ese velo religioso (que más que velo es manta zamorana) encontraremos un mensaje filosófico sobre el buen y mal comportamiento del hombre, y continuamente seremos señalados con el dedo acusador por malos, y es que el hombre es malo por naturaleza como ya dijo Maquiavelo.
Como somos libres para pensar, inteligentes, y sabemos leer entre líneas, más allá de lo que quieran meternos en la cabeza, una línea argumental que quizás no era buscada por los creadores pero se puede sacar, es la aplicación de la pena de muerte. No desde perspectivas religiosas, que si se menciona como el tercer asesinato, si no como acto deliberado e irreversible. A veces, en algunos lugares, la justicia se sigue entendiendo como un castigo al nivel del daño causado, una especie de "ojo por ojo y diente por diente", pero eso más que justicia es venganza. Y en el caso de la pena capital, no tiene enmienda, no admite error de quien la aplica, y aunque quieras verte reforzado moralmente por la causa, el acto en si tiene el mismo nivel que el hecho causante.
Seguramente, además de lo obvio, haya muchos más matices o temas que se puedan tratar, muchas otras lecturas, que dan para largas conversaciones, y eso es lo que me ha gustado de la película. En cualquier caso está en ti dejarte convencer por el demonio, puede molestar ese intento de adoctrinamiento, y de contarte lo que está bien o mal, pero tienes delante una película para pensar, con diálogos intensos y gran trabajo actoral.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Duracion
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Fotografía
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Dirección
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