Redactada: 2024-10-26
Pssst, os cuento un secreto, ¡hay una buena película de terror estos días frente a las cacas que nos ponen en el desafío! Sí, lo sé, yo también me siento un poco rara diciendo esto. Entre los repetitivos found-footage, el gore malo y las producciones de Blumhouse invocando sin cesar a todos los espíritus malignos del Infierno (acabarán por despoblarlo al final de estas fiestas) a los que hemos tenido que hacer frente en los últimos años, he aquí una pequeña producción británico-irlandesa que sale de la nada en la gran pantalla para poner fin a todas esas tonterías.
El director, Corin Hardy, es un auténtico loco: imagínense, tiene la osadía de estrenar una película de género original, inteligente, con sustancia y emoción, en medio de la masa de producciones actuales dirigidas a un público que no presta demasiada atención. ¡Un loco que decíamos, luego años después llegó “La Monja” y se nos pasa!
"Los hijos del Diablo" está ambientada en la Irlanda contemporánea, devastada por la crisis económica y, como consecuencia, obligada a vender todas sus fincas forestales para reponer las arcas. Hectáreas de naturaleza que han sido borradas del mapa por promotores sin escrúpulos. Con este telón de fondo, una pareja inglesa y su adorable bebé se instalan en el corazón de uno de los bosques que se han salvado de esta deforestación intensiva. El marido ha recibido el encargo de estudiar la zona para un proyecto de investigación, pero el gruñón vecino de al lado no hace más que molestarlo proclamando a voz en grito que está profanando este "santuario" y a los "Venerables" que lo habitan. No diremos nada más, pero basta con saber que "Los hijos del Diablo" utiliza el folclore irlandés de forma muy inteligente y sobre todo realista (sorprende que a nadie (o a tan pocos) se le haya ocurrido abordarlo de esta manera) para lanzar un inteligente mensaje ecologista (sí, no hay que meterse con la naturaleza) en el corazón de una historia muy bien pensada y controlada. Hay algunos giros en la segunda mitad que pueden parecer un déjà-vu (el destino del marido en particular), pero al final tienen sentido. Además, Corin Hardy va aún más en contra de la tendencia actual gracias a una generosidad visual que se traduce muy rápidamente en la pantalla: aquí, no es necesario esperar al cuarto de hora final habitual para esperar vislumbrar la amenaza que acecha en el patio trasero de nuestra familia, ya que el director nos la desvela rápidamente (y de esta forma, resulta estéticamente muy acertado) consiguiendo al mismo tiempo que resulte fascinante y angustiosa hasta los momentos finales de la película gracias a una puesta en escena general en constante evolución.
Por último, el hecho de que "Los hijos del Diablo" resulte tan convincente se debe también a sus dos actores principales, perfectos para encarnar a estos dos personajes entrañables (y conmovedoramente realistas), considerablemente maltratados a lo largo de la historia.
Seamos claros, "Los hijos del Diablo" no es en absoluto una revolución en el cine de terror (hay algunas torpezas, es una primera película al fin y al cabo), pero nos recuerda que todavía es posible encontrar un soplo de aire fresco a pesar de la acumulación de decepciones.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Dirección
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