Redactada: 2023-02-23
En 1952, el director japonés Akira Kurosawa dirigió "Ikiru", la historia de un hombre que cambia tras saber que tiene cancer, guión más o menos inspirado en "La muerte de Iván Ilich" de León Tolstoi, una carga contra el conservadurismo de la sociedad japonesa minada por una maraña administrativa, una dirección que se inclina hacia el neorrealismo italiano de la época. Living de 2022 es un remake de esta película, con guion escrito por el novelista Kazuo Ishiguro, japonés de origen, nacionalizado inglés desde 1983 y Premio Nobel de Literatura en 2017. El escritor británico siempre ha amado esta película del maestro japonés y su adaptación en la gris Inglaterra posterior a la Segunda Guerra Mundial (con una acción que transcurre en 1953, más o menos en la misma época que la original) destila respeto e inteligencia. En cuanto al director, la producción no quiso que fuera británico, por lo que se recurrió al sudafricano Oliver Hermanus (Beauty, Moffie) que ha sido una elección acertada para captar el estado de ánimo y los sentimientos de su protagonista, un triste funcionario en el ocaso de su inútil vida. A pesar de la gran calidad de la iluminación y de la fotografía del sudafricano Jamie Ramsey, calidad que se encontrará a lo largo de toda la película, la primera media hora del filme es un verdadero calvario para el espectador: dirección perezosa, personajes totalmente atonales: funcionarios de un departamento del ayuntamiento de Londres, un departamento desbordado por la reconstrucción de la ciudad tras los daños causados por la guerra, funcionarios que, incluido el jefe, se pasan el tiempo procrastinando. El jefe es el Sr. Williams, apodado Sr. Zombie, un hombre rígido como un poste, triste como un día sin el canto de los pájaros. Cuando este hombre se entera de que tiene cáncer, primero se deja arrastrar a varios cabarets y la película no gana nada. Sólo cuando decide dejarse inspirar por la alegría de vivir de la señorita Smith, una joven que solía trabajar con él , la película, al igual que el personaje del señor Williams, empieza a vivir, con una emoción creciente. Como he dicho, la emoción no es inmediata en este remake, pero cuando llega, tras un "avance rápido" en la historia, inesperado aunque significativo, es poderosa y hermosa. La película es todo modestia, ternura y sutileza, y se adentra en el terreno del melodrama sin ceder a ningún patetismo, manteniendo en reserva un humor muy británico, sobre todo en las escenas ambientadas en el ayuntamiento de Londres. En cuanto al talento del guionista de Living, es notablemente visible en los cambios de perspectiva, ya que los primeros minutos de la película nos sumergen en una atmósfera particular y a través de una narración paralela. No hace falta insistir en el mensaje de la película: ¿qué es una vida y podemos cambiar su sentido antes de que sea demasiado tarde? Bill Nighy, impecable como siempre, parece hecho para este espléndido papel.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Fotografía
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Dirección
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