Crítica de La torre de Londres por Rath
Redactada: 2020-10-17
Roger Corman es un todo terreno del cine y, a la vez, un outsider, alguien que nunca ha hecho ascos a ningún tipo de género ni ha despreciado apenas tema alguno a la hora de ponerse detrás de la cámara. Y hablo en presente porque a sus 94 años continua en activo. ¿Abandonada? hace treinta su faceta como director ('La resurrección de Frankenstein', 1990) ha seguido produciendo películas, su primera labor cinematográfica junto a la de guionista. El cine fue su auténtica vocación, su verdadera pasión, desde bien joven. Muchas de las películas que ha realizado en su larguísima trayectoria profesional también han sido producidas por pequeñas productoras propias. Esto le ha dado la libertad suficiente para hacer, generalmente bajo estrechos presupuestos, el tipo de cine que ha gustado en cada momento. No solo han sido distintas labores técnicas las que ha realizado durante décadas, pues también se ha puesto frente a las cámaras en la mayoría de veces interpretando telefilms o series televisivas: un auténtico héroe de la serie B estadounidense.
'La torre de Londres', de 1962, se situaría en plena etapa de ebullición laboral, en los años más fructíferos en cuanto a realizaciones de Corman, el período de quince años que va de 1955 a 1970 y durante el que dirigió más de cincuenta títulos. Pese a contar en el papel estelar con el gran Vincent Price, un habitual en sus elencos, y desarrollar la historia casi por completo en el interior de una fortaleza, se aprecia el habitual bajo presupuesto de la producción en su maqueta y decorados interiores, éstos bastante mejor conseguidos. Pero, aunque la historia simplemente se va dejando ver, no despierta grandes emociones y su interés es muy limitado. La repetición de espectrales apariciones acaba siendo un recurso de lo más esperable y llega a ser excesiva en número, restándole dramatismo y, aún más, efecto sorpresa .
Pese a hallarse en los mejores años de su trabajo en la dirección, entre 1960 y 1965, entre los cuales realizó sus mejores y más conocidas obras, la mayoría adaptando relatos de E. A. Poe: 'La caída de la casa Usher'; 'El péndulo de la muerte'; 'El palacio de los espíritus' o 'La máscara de la muerte roja'... este remake del título de 1939 interpretado por Rathbone/Karloff siquiera llega al mero divertimento. Una lástima.
'La torre de Londres', de 1962, se situaría en plena etapa de ebullición laboral, en los años más fructíferos en cuanto a realizaciones de Corman, el período de quince años que va de 1955 a 1970 y durante el que dirigió más de cincuenta títulos. Pese a contar en el papel estelar con el gran Vincent Price, un habitual en sus elencos, y desarrollar la historia casi por completo en el interior de una fortaleza, se aprecia el habitual bajo presupuesto de la producción en su maqueta y decorados interiores, éstos bastante mejor conseguidos. Pero, aunque la historia simplemente se va dejando ver, no despierta grandes emociones y su interés es muy limitado. La repetición de espectrales apariciones acaba siendo un recurso de lo más esperable y llega a ser excesiva en número, restándole dramatismo y, aún más, efecto sorpresa .
Pese a hallarse en los mejores años de su trabajo en la dirección, entre 1960 y 1965, entre los cuales realizó sus mejores y más conocidas obras, la mayoría adaptando relatos de E. A. Poe: 'La caída de la casa Usher'; 'El péndulo de la muerte'; 'El palacio de los espíritus' o 'La máscara de la muerte roja'... este remake del título de 1939 interpretado por Rathbone/Karloff siquiera llega al mero divertimento. Una lástima.
Guion
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Interpretación
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