Crítica de La princesa Mononoke por Lince

La princesa Mononoke, del gran Hayao Miyazaki, me he llevado una grata sorpresa puesto que pensaba que iba a ser una historia bastante más infantiloide y me he encontrado muy buenas escenas, crudas algunas de ellas, de infantil tiene poco.

La animación es uno de los puntos fuertes de la película gracias a esa simbiosis perfecta con la trama, es una auténtica obra de arte con todo muy bien cuidado, muchos matices, buenos detalles, todo muy armónico y con ese toque de estar en un ambiente mágico gracias a un gran trabajo de Studio Ghibli.

La historia nos trasporta a un mundo de fantasía, donde la naturaleza es amenazada y los dioses convertidos en animales se enfrentan a la crueldad y egoísmo del ser humano, para detener esta barbarie. Y en medio de esta guerra, nos encontramos a la princesa Mononoke, una niña "abandonada" y criada por lobos y Ashitaka, un joven que busca el remedio a una infección mortal causada por un "demonio".

La trama es una auténtica aventura que atrapa al espectador de principio a fin, no solo por como comentaba antes su magnífica animación si no por una dinámica, divertida y apasionante historia, donde se transmiten muchos valores positivos en todo momento, lealtad, amistad, amor, valentía. Además de ser una auténtica encrucijada moral por parte de la princesa Mononoke y Ashitaka, por las situaciones en las que se van encontrando durante este conflicto.

Sin ninguna duda es una película totalmente recomendada, también al público adulto por la gran cantidad de cosas buenas que tiene.