Redactada: 2024-12-03
La Pasión de Cristo de Mel Gibson no es una película para ver con palomitas. Durante dos horas te deja claro, de la forma más gráfica y brutal posible, lo que significó el sacrificio de Jesús. No hay casi referencias a sus enseñanzas ni a sus palabras; aquí todo es sufrimiento y sangre.

¿Es violenta? Muchísimo, y quizá eso haga que algunos espectadores no puedan con ella. Pero para mí, por primera vez en mi vida, me hizo comprender físicamente lo que fue la Pasión. Gibson no nos muestra a un Jesús limpio y arreglado como en las películas bíblicas de los años 50, sino a un hombre pobre en un contexto duro, enfrentándose a una ocupación romana y a un sistema religioso que lo veía como una amenaza.

¿Es antisemitismo? Yo no lo creo. Aquí cada personaje actúa por sus propias razones, pero el mensaje principal es que Jesús murió por nuestros pecados, y esa culpa la compartimos todos.

No es una película "comercial" ni de entretenimiento, pero el esfuerzo de Gibson, el reparto (Jim Caviezel está increíble) y la brutal honestidad del mensaje hacen que impacte como pocas. Eso sí, prepárate para escenas muy, muy duras.
Guion
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Interpretación
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