Crítica de La muerte de Superman por MrPenguin

Superfuerte, superveloz, supercarismático, superbuenorro y encima con un superpelazo que no se le despeina ni en la más encarnizada de las batallas. Superman lo tiene todo y es por eso que, paradójicamente, siempre me ha parecido un superhéroe sin demasiado atractivo ni interés. Quizás esa es la razón por la que me ha sorprendido tan positivamente 'La muerte de Superman', la adaptación animada de uno de los cómics más vendidos de la historia que nos muestra la faceta más vulnerable y frágil del personaje, tanto a nivel personal —donde Clark Kent duda si revelar o no su identidad secreta a Lois— como en su papel de salvador de una Metrópolis que, en esta ocasión, se verá amenazada por el incansable afán destructivo del villano Doomsday. Un interesante proceso de humanización del héroe que nos permitirá verlo dudar, sufrir y sangrar como nunca antes para así ayudarnos a conectar mejor emocionalmente con el fatídico destino que el título nos anticipa.

La película afronta esa dicotomía entre hombre y héroe equilibrando acertadamente pausa y acción, tomándose su tiempo para mostrarnos los conflictos personales de Superman antes de que llegue la hora de los piñazos, que también los hay y en grandes cantidades. De hecho, la condición de hombre de acero de nuestro protagonista y su capacidad para encajar golpes, sumada al enorme poder de Doomsday, nos permite ser testigos de una de las peleas más bestias de todo el Universo Animado de DC y, de paso, de una de las de mayor carga dramática. Acción desatada, batallas brutales y titanes caídos; poco más necesita 'La muerte de Superman' para convertir una historia sencilla en una épica aventura que hará que muchos, entre los que me incluyo, vean a Superman de una manera que nunca habrían imaginado (si es que hasta salva la videoconsola del chaval. ¿Este es tu héroe? Porque el mío desde luego sí).