Crítica de Jóvenes y brujas por Migatoyyo

De "The Craft", vista hace 25 años, solo recuerdo mucho desfase a y a Fairuza Balk, una de las actrices con un físico más inquietante y más desaprovechadas por Hollywood de los últimos tiempos. En la época del MeToo y el empoderamiento femenino no me parecía mala idea recuperar el filme, bien con el remake o bien por el camino elegido de la continuación así que, sin venirme arriba con las expectativas, me apetecía ver como se cocinaba este "Legacy".
Pues he de decir que la película va de más a menos, sin que el "más" sea para tirar cohetes. A Cailee Spaeny le falta un puntito de perversidad en esa cara de angelito presidenta del "club de conservación de platos" de cualquier high school, pero bueno, ya se sabe que los extremos se tocan y una cara de tanta inocencia es imposible que no esconda algo de pecado, aunque solo sea en la mente de los retorcidos espectadores, Michelle Monaghan por el contrario, da el perfil MILF sin necesidad de pestañear siquiera. Luego, cuando aparece el muñeco del museo de cera de Duchovny haciendo de "creepy Duchovny" la película es imposible que no descoloque un poco. A continuación típicas escenas de high school obligatorias en cualquier filme de terror adolescente, bla, bla, bla, bullying, bla, romance, bla bla, comedor con raritas y guays, bla. En esos términos la película se va desarrollando por donde esperamos, con el tono que esperamos y el entretenimiento que esperamos. Y a partir de ahí, Zoe Lister Jones mezcla ácido clorhídrico con sulfato de cloro y la lía parda. Al final no sabemos si estamos en Jóvenes y brujas o en Power Rangers de Luxe, con efectos cutres y escenas de descarte de humor amarillo en una de esas ocasiones en las que te das cuenta de que el flm se le ha ido de las manos a sus responsables.
Esto te pasa con "El padrino IV" o "Titanic 2" y tienes un problema, con "The Craft" pues tampoco pasa mucho pues solo se trataba de echar el rato y eso, queridos amigos, se echa.