Crítica de Enredados por MrPenguin

Érase una vez, en un tiempo y un lugar muy, muy lejanos, una joven de interminable y mágica cabellera. Érase una bruja malvada, una torre inexpugnable reconvertida en prisión y una mentira de sangre extendida por todo el reino. Érase que se era una original reimaginación de uno de los más afamados relatos de los hermanos Grimm donde Disney, celebrando aquí su película animada número 50, ponía patas arriba muchos de los clichés habituales en los cuentos de princesas para, en su lugar, acercarnos a una historia mucho más realista. Más actual. A una Rapunzel que se mantiene fiel a su condición de princesa en apuros, pero también a su espíritu inconformista, a su carácter resuelto y a su habilidad para usar la sartén como arma definitiva. La necesaria subversión de un rol ya demasiado marchito y en el que el príncipe azul de turno, encarnado aquí en la figura de ese adorable granuja que es Flynn Rider —un guiño al no menos encantador Errol Flynn—, no se limitaba solo a tomar partido como héroe salvador, sino también como inestimable compañero de aventuras.

Todo esto quiere decir que vamos a seguir teniendo a la princesa enamoradiza que necesita ser rescatada y al pícaro descarado encargado de hacerlo, solo que enredados, como bien nos sugiere el título, en una divertida dinámica de tira y afloja donde ambos deberán encontrar la manera de entenderse. Dos almas opuestas pero complementarias que la película, a medio camino entre la comedia romántica y el cine de aventuras, enfrenta en un explosivo viaje de autodescubrimiento mutuo que sirve, a su vez, como atemporal reflejo de la frustración adolescente, de la necesidad de salir del nido y de la importancia de poder equivocarse por uno mismo. El clásico "los que se pelean se desean" materializado en un revitalizado cuento de hadas medieval lleno de colorido y donde no faltarán los números musicales, los animalitos adorables ni la correspondiente moraleja Disney. Lo viejo y lo nuevo fundidos en la que érase que se era, es y seguirá siendo una de las mejores fábulas que la factoría ha firmado en mucho, mucho tiempo.