Redactada: 2023-05-31
Toca hablar de todo un clásico. "El nombre de la rosa" es una historia fundamentalmente detectivesca en la que el monje William de Baskerville y su joven pupilo Adso tendrán que resolver una serie de asesinatos en una abadía medieval en plena época oscura de la Inquisición, como una suerte de Sherlock y Watson medievales. Su ambientación brillante, meticulosa, es uno de sus grandes puntos fuertes, creando una atmósfera sucia, realista y llena de claroscuros que pretende reflejar la vida en un monasterio de la Edad Media y la podredumbre moral de la Iglesia. Aunque seguro que muchos medievalistas que siempre están quejándose de la representación habitualmente gris y atrasada de la Edad Media tienen mucho que decir sobre la enésima película oscura, miserable y sin colores de la época. No obstante, si lo entendemos como representación de lo que es la Iglesia pocos peros se pueden poner.

Aunque entiendo que se alabe la interpretación de Sean Connery, yo viendo a este señor solo puedo pensar en lo muchísimo que me alegro de que semejante bola de mierda humana ya esté muerto y enterrado. Pensándolo, a lo mejor lo hace tan bien porque encaja perfectamente en este entorno de mentes cerriles y retrógradas. Curioso que siendo cómo era en la vida real, su personaje en la peli represente aquí la cultura y racionalidad frente a la ignorancia de los monjes que lo rodean. "Sin miedo no hay fe", tal y como se dice en un importante momento de la película.

Siento que la primera parte del filme es mucho más entretenida y tiene un mejor ritmo en comparación con la segunda cuando ya aparece la Inquisición y el protagonista ya ha resuelto más o menos el misterio de los asesinatos. Sin embargo, esta segunda parte es imprescindible para la crítica que hay en la historia hacia la Iglesia, la vida que lleva el clero en comparación al pueblo llano y el temor a la sabiduría y a la realidad frente a la fe ciega y supersticiosa. La escena en la que los monjes franciscanos que abogan por la austeridad de la Iglesia y el voto de pobreza debaten con los enviados del Vaticano con sus ropajes carísimos y llenos de lujos y riqueza siempre es llamativa y certera. No es la única, ya que la película se mueve muy bien en estos términos, toda esa suciedad y asquerosidad que lo envuelve todo es la que te generan los propios monjes bufonescos y de mentes reaccionarias frente a un protagonista supuestamente más "abierto" a la búsqueda de la verdad y también más "culto".

Lo que nunca me ha terminado de convencer del todo es la historia "romántica" secundaria entre el aprendiz y la chavala pobre a la que juzgan por bruja . O sea, ni cruzan palabra una sola vez y ya te venden que están enamorados, me descoño con esta narrativa. Por no decir que a ella siempre la retratan como si fuese una especie de animal salvaje. Es una subtrama que no tiene ni pies ni cabeza ni tampoco es demasiado interesante en relación con lo demás.

En definitiva, una entretenidísima película de misterio medieval con una ambientación y escenario construido con todo detalle, como por ejemplo en esos grandes pupitres de los monjes escribanos y sus preciosos libros. No salimos de la abadía en ningún momento, pero es tan grande y pasan tantas cosas que casi ni nos lo parece. Entre habitaciones lúgubres, pasadizos y laberintos asistimos a una historia sobre la censura, el oscurantismo y la ignorancia como enemigos de la cultura y la verdad. Siempre recomendable.
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