Crítica de El Conde de Montecristo por MrPenguin
Redactada: 2024-11-18
Suele decirse que la venganza es un plato que se sirve frío, aunque quizás habría que añadir que, además, lo hace envenenado. Es algo que Alexandre Dumas reflejó a la perfección en 'El Conde de Montecristo' y que Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patellière, consumados admiradores del escritor, logran rescatar con gran acierto en la que, al menos para muchos, ya se ha consagrado como una de las más aclamadas adaptaciones del clásico literario. No necesariamente la más fiel de todas ellas, pero sí una de las que mejor han sabido retratar el tormentoso camino recorrido por Edmond Dantès y, con él, su fulgurante ascenso al poder, posterior caída en desgracia y final renacimiento de entre las sombras. Un apasionante viaje de ida y vuelta a los infiernos que la película, haciendo valer su condición de drama de época y, al mismo tiempo, cine de aventuras, encapsula en tres intensas horas tan deslumbrantes en el apartado visual como, por sorprendente que resulte —y gracias a un gran trabajo de edición y montaje—, ligeras en su desarrollo.
Ese proceso de dinamización, si bien se consigue a base de recortar y modificar elementos de la novela original, se hace siempre en favor de una mayor fluidez narrativa y, lo que es más importante, sin perder nunca el foco de su mensaje acerca de la venganza. De ese concepto tan, a menudo, ligado a la justicia y que Edmond Dantès —a cargo de un convincente Pierre Niney— encarna en un complejo personaje tan capaz de despertar la más sincera compasión como el mayor de los desprecios. Emociones opuestas al servicio de todo ese torrente de deseo, codicia y pasión que Dumas inmortalizó en sus páginas y que aquí, y pese a algunos pasajes donde se prioriza el efectismo por encima de la verosimilitud, logra traspasar el medio escrito para dejarnos esta vistosa superproducción donde las más viscerales pulsiones, aquellas que nos hacen sentir vivos, serán las verdaderas protagonistas. Gran forma de acercarse a la célebre obra de Dumas y a su atemporal visión, tan imperecedera como eterno será su legado, sobre el corrosivo poder de la venganza.
Ese proceso de dinamización, si bien se consigue a base de recortar y modificar elementos de la novela original, se hace siempre en favor de una mayor fluidez narrativa y, lo que es más importante, sin perder nunca el foco de su mensaje acerca de la venganza. De ese concepto tan, a menudo, ligado a la justicia y que Edmond Dantès —a cargo de un convincente Pierre Niney— encarna en un complejo personaje tan capaz de despertar la más sincera compasión como el mayor de los desprecios. Emociones opuestas al servicio de todo ese torrente de deseo, codicia y pasión que Dumas inmortalizó en sus páginas y que aquí, y pese a algunos pasajes donde se prioriza el efectismo por encima de la verosimilitud, logra traspasar el medio escrito para dejarnos esta vistosa superproducción donde las más viscerales pulsiones, aquellas que nos hacen sentir vivos, serán las verdaderas protagonistas. Gran forma de acercarse a la célebre obra de Dumas y a su atemporal visión, tan imperecedera como eterno será su legado, sobre el corrosivo poder de la venganza.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Dirección
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