Redactada: 2023-08-07
Un gran momento de incompetencia cinematográfica con un menú de actores pésimos, diálogos dignos de escenas de relleno en una porno, todo tipo de conexiones falsas, agujeros argumentales mareantes, Baywatch que estaba de moda en la época y acción bajo los efectos de psicolépticos. Empezaré por los actores. Interpretando personajes ultra-cliché (cachas pesado, chulo que se mira los músculos continuamente y se lleva unas pesas en un barco, a la rubia tonta con silicona, el cerebrito con el que se meten casi todos, un trío donde ellas se quedan en tetas, protagonista con miedo al agua...) es evidente que se divierten en sus papeles totalmente ridículos. Carmen Electra, en particular, juega con su imagen mientras toma el sol. El personaje de Ray resulta bastante divertido (¡ sobre todo cuando se los comen !). El guión es una gran farsa llena de incoherencias (como una isla deshabitada con un retrete y una iglesia) con un tiburón de dos cabezas que ya es un pez adulto, una isla que se hunde más que el barco y el final idiota a más no poder. Visualmente es todo Asylum, es decir, imágenes básicas de telefilme, decorados ricachones, una puesta en escena que roza el amateurismo (¡la pelea final con el tiburón es un completo disparate, con Ray intentando desesperadamente ocultar el hecho de que el tiburón parece un gran peluche!) En resumen, si eres un cinéfilo desviado, no puedes perderte esta obra maestra del Christopher Ray, que hace que Uwe Boll parezca un genio.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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