Crítica de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones por BlackSwan

No sé si era necesario hacer una película de Dungeons & Dragons, pero después de ver "Honor entre ladrones", me alegra que lo hayan hecho. Desde el primer minuto, se siente que los creadores no solo entienden el material original, sino que se lo están pasando en grande con él. Y eso se nota en cada escena.

El tono es perfecto. No intenta tomarse demasiado en serio, pero tampoco cae en la parodia. Hay chistes, hay momentos absurdos, pero nunca sientes que la película se burla de sí misma. Todo está ahí para hacer que la experiencia sea entretenida, sin perder el respeto por la fantasía. Y el humor funciona sorprendentemente bien. No es ese tipo de comedia que fuerza los chistes cada cinco segundos. Aquí las bromas fluyen de manera natural con los personajes y las situaciones.

Visualmente es una maravilla. Se nota que han rodado en locaciones reales, porque los paisajes son espectaculares. A eso le sumas un diseño de producción muy detallado y efectos especiales bien logrados, y el resultado es una fantasía visualmente inmersiva. Es una de esas películas en las que puedes pausar cualquier escena y encontrar algo interesante en el fondo.

El elenco es clave para que todo funcione. Chris Pine está en su elemento. Su carisma natural hace que su personaje sea divertido sin esfuerzo. No intenta ser el héroe épico, pero tampoco es un bufón sin propósito. Es un equilibrio complicado, pero lo logra con facilidad. Y el resto del equipo está igual de bien. Cada uno tiene su momento para brillar y nadie se siente desperdiciado.

La historia es simple pero efectiva. No necesitas saber nada de D&D para disfrutarla. Todo se explica de manera clara y nunca se siente como si te estuvieran dando una clase sobre el juego. No es un guion revolucionario, pero tampoco lo pretende. Quiere entretener, y lo consigue de sobra.

Vamos que es una de esas películas que sorprenden. En un género donde muchas veces se intenta hacer todo oscuro y serio, "Honor entre ladrones" nos recuerda que la fantasía también puede ser divertida.