Crítica de Del revés 2 (Inside Out 2) por Sandris

"A lo mejor esto es lo que pasa cuando te haces mayor. Sientes menos alegría".

Pixar ha desempolvado la varita mágica y recuperado su chispa de antaño dando donde más nos duele y más satisfacción sentimos: en nuestras propias emociones. 'Inside Out 2' es una más que dignísima secuela de una película que puso en jaque la importancia de abrazar todo lo que somos, cada pequeño retazo de rechazo, asco, ira, aburrimiento, vergüenza, envidia, alegría, tristeza o ansiedad. Todo esto es lo que nos hace ser lo que somos, aunque a veces el proceso de aceptación sea un martirio, merece la pena llegar a conocerte a ti misma y quererte porque eres la persona más importante de tu vida. Tampoco pienso caer en mensajes a lo Mr. Wonderful, de paz, amor y alegría cuando la realidad es bien distinta, porque acoger las partes menos amables de nosotros es un acto de valentía. De esta manera, el film se centra en el paso de Riley de niña a adolescente, la temida pubertad con la que aún tengo pesadillas. Sensaciones y cambios físicos que ponen en jaque a tu mente mientras el asco, la tristeza vital, incomprensión paterna, vergüenza ante todo y la ansiedad campan a sus anchas por tu cerebro haciéndote sentir el bicho más pequeño del universo. Básicamente, es la época en la que decidir si seguir siendo tú misma merece la pena, aun cuando todo te inste a dejar de creer en ti.

Una película mucho más adulta que la anterior y cargada de emoción. Mi mayor acto de coraje en el último mes ha sido intentar no llorar en una sala de cine abarrotada de gente. Casi lo consigo. Y por cierto, ya podían aprender mis emociones a darme un gran abrazo y relajarme durante un ataque de ansiedad. Just sayin'.