Crítica de Corpus Christi por MrPenguin

Qué fácil es exigir el perdón y qué complicado es saber otorgarlo. Qué fácil es escudarse en el odio y el rencor y qué complicado desprenderse de ellos. Todo esto es algo que Daniel, un joven que está a punto de salir del reformatorio, conoce muy bien. Ha pasado varios años en un entorno rodeado de violencia y, cuando al fin le permiten salir al mundo exterior, es solo para darse cuenta de que carga con el estigma de un pasado del que nunca podrá liberarse y que además le impide ejercer como sacerdote, su verdadera vocación. Mientras intenta rehacer su mundo interior, Daniel acabará fingiendo ser el nuevo cura en un pequeño pueblo marcado por la tragedia y el resentimiento. Esta mentira le hará libre de su pasado penintenciario y prisionero de sus propios conflictos internos; una dualidad que 'Corpus Christi' utiliza para construir este reflexivo relato acerca de lo complicado que es juzgar realmente a una persona y de la facilidad con la que sin embargo lo hacemos.

Por supuesto, la propia complejidad de los temas que plantea y de los personajes que nos ofrece (genial Bartosz Bielenia en el papel de Daniel, por cierto) hace que 'Corpus Christi' no sea una película de respuestas, sino más bien de preguntas. El peso de nuestras acciones, la falsa moralidad, las ambigüedades de la fe y la falta de comprensión son solo algunas de las cuestiones que 'Corpus Christi' propone, haciendo hincapié en la incapacidad que solemos mostrar para el perdón y contraponiéndolo a su mensaje acerca de cómo el propio perdón es la mejor (y quizás única) vía para dejar atrás el odio y el rencor. A fin de cuentas, perdonar no significa olvidar el pasado, sino aceptarlo para poder mirar al futuro.