Crítica de Contacto total por MrPenguin
Redactada: 2023-08-20
Hasta el momento existen nada menos que tres películas diferentes con el título 'Full Contact', y, haciendo honor a ese homenaje que el cine surcoreano nos dejó del mítico western de Sergio Leone, podríamos clasificarlas como la buena, la mala y la rara. La etiqueta de buena recae sobre la cinta que aquí nos ocupa, la 'Full Contact' de Ringo Lam, uno de los máximos exponentes del cine de acción hongkonés de los 90 y un buen ejemplo de cómo hacer un divertimento tremendamente disfrutable sin necesidad de reinventar la rueda. De hecho, la película no deja de ser la típica historia de honor, traición y venganza, solo que ejecutada con un afilado tono gamberro que consigue que todo el conjunto desprenda adrenalina y cachondeo a partes iguales. Buena prueba de esto es la inolvidable secuencia de apertura: un trepidante robo a cargo de un armario empotrado con cerebro de mosquito, una adicta al sexo enfundada en medias de rejilla y un perdonavidas que se enciende los cigarrillos con el dedo y cuya mayor preocupación es la de no despeinarse en las peleas.
Un arranque tan surrealista que no sabes si tomártelo en serio o en broma, pero que sirve para introducir perfectamente a los personajes y, lo que es más importante, para conseguir que ya no puedas apartar la mirada de la pantalla. El resto del film discurre por un camino similar, con un carismático Chow Yun-fat en el papel de vengador camorrista, un ritmo que no da tregua y una sucesión de delirantes momentazos donde toda verosimilitud es sacrificada en favor del espectáculo. En ese aspecto también cabe destacar el tratamiento que hace Lam de la violencia, recogiendo el testigo del maestro John Woo para conseguir que la pirotecnia más sangrienta conviva con la melancolía de unos personajes que, pese a las apariencias, no dejan de moverse por motivaciones puramente pasionales. En definitiva, un explosivo festival de fuego, pólvora y excesos que hará las delicias de todos aquellos que añoren el cine de acción más desvergonzado y macarra. Si esto es un placer culpable, que me detengan ya mismo.
Un arranque tan surrealista que no sabes si tomártelo en serio o en broma, pero que sirve para introducir perfectamente a los personajes y, lo que es más importante, para conseguir que ya no puedas apartar la mirada de la pantalla. El resto del film discurre por un camino similar, con un carismático Chow Yun-fat en el papel de vengador camorrista, un ritmo que no da tregua y una sucesión de delirantes momentazos donde toda verosimilitud es sacrificada en favor del espectáculo. En ese aspecto también cabe destacar el tratamiento que hace Lam de la violencia, recogiendo el testigo del maestro John Woo para conseguir que la pirotecnia más sangrienta conviva con la melancolía de unos personajes que, pese a las apariencias, no dejan de moverse por motivaciones puramente pasionales. En definitiva, un explosivo festival de fuego, pólvora y excesos que hará las delicias de todos aquellos que añoren el cine de acción más desvergonzado y macarra. Si esto es un placer culpable, que me detengan ya mismo.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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