Crítica de Cantando bajo la lluvia por gjulo
Redactada: 2025-04-13
Tal vez el mejor musical de la historia. Un himno a la alegría de vivir y una película divertidísima.
En la época dorada en el cine de Hollywood “Cantando bajo la lluvia” es citada regularmente como una de las mejores películas de todos los tiempos. Y con razón. Es una comedia es muy estimulante y su alegría de vivir es contagiosa. Todo parece tan fácil con Donald O'Connor o Gene Kelly cuando los ves en la gran pantalla. Donde debo mencionar la famosa escena en la que Don Lockwood, tras dejar a Kathy Sheldon, a la que ama, grita su felicidad desde todos los tejados y cunetas, saltando sobre los charcos y dejándose llevar por un movimiento irresistible, captado en un plano secuencia que termina con la llegada de un policía no muy jovial.
La historia es a partes iguales sarcástica y divertida. Don Lockwood y Lina son una pareja muy famosa del cine mudo. Pero mientras en la gran pantalla representaban el amor verdadero, en la vida real se odiaban. Con la llegada del cine sonoro, nuestros dos actores se ven obligados a seguir la moda. La tragedia es que Lina tiene una voz increíblemente desagradable, que simplemente amenaza con arruinar la película. Una primera proyección ante el público provocó la hilaridad general, sobre todo porque el sonido estaba mal sincronizado, y peor aún... ¡desincronizado al final! Así que hubo que salvar el proyecto. Evidentemente, estamos pensando en todas las estrellas cuyas carreras se vieron destrozadas por la llegada del cine sonoro. La mirada sarcástica de Hollywood sobre estas carreras destrozadas es bastante descarada, dado que su implacable afán de lucro no rehuyó las consideraciones morales a la hora de despedir a muchos actores mudos.
En cualquier caso, Edmond, el amigo de Don, interviene rápidamente y propone una solución brillante: Lina debe ser sustituida por Kathy Sheldon, una joven principiante de la que Lockwood se ha enamorado. Obviamente, esta solución no es aceptada por Lina, que se siente marginada y reclama su estatus de estrella. Gran comedia ácida, “Cantando bajo la lluvia” no olvida arañar el narcisismo de las estrellas de cine, con las que la pequeña pantalla no ha rivalizado definitivamente.
Las escenas de la película volvieron a sincronizarse, se añadieron partes de baile y canto, ¡y fue un triunfo de público! Irónico. Salvo que Lina cometió el error fatal de intentar dirigirse al público una vez terminada la proyección. Traicionada por su voz, provoca de nuevo la hilaridad del público, que la insta a cantar, lo que hace, aunque vacilante, ayudada por Kathy escondida tras el telón, que dobla su voz y preserva así la integridad del secreto.
Pero entre bastidores, Edmond y Don han decidido destaparlo todo: bajan el telón y revelan al mundo que todo el mérito es de Kathy. Lina queda definitivamente ridiculizada, y además se revela también toda la artificiosidad de las producciones cinematográficas. Por supuesto, el final feliz es una moraleja barata. Pero la reflexión que suscita va mucho más allá de la simple historia de una rivalidad que tiene como telón de fondo el star system. Desmitifica el cine, esa gran fábrica de sueños, basada en la ilusión, que la fuerza de persuasión la hace tan atractiva, aunque conozcamos sus misterios. Una película musical que cumple plenamente su función de entretenimiento, con unas escenas magníficas, variadas y muy bien montadas. En definitiva, un verdadero espectáculo con una historia que se mantiene y unos actores muy buenos.
En la época dorada en el cine de Hollywood “Cantando bajo la lluvia” es citada regularmente como una de las mejores películas de todos los tiempos. Y con razón. Es una comedia es muy estimulante y su alegría de vivir es contagiosa. Todo parece tan fácil con Donald O'Connor o Gene Kelly cuando los ves en la gran pantalla. Donde debo mencionar la famosa escena en la que Don Lockwood, tras dejar a Kathy Sheldon, a la que ama, grita su felicidad desde todos los tejados y cunetas, saltando sobre los charcos y dejándose llevar por un movimiento irresistible, captado en un plano secuencia que termina con la llegada de un policía no muy jovial.
La historia es a partes iguales sarcástica y divertida. Don Lockwood y Lina son una pareja muy famosa del cine mudo. Pero mientras en la gran pantalla representaban el amor verdadero, en la vida real se odiaban. Con la llegada del cine sonoro, nuestros dos actores se ven obligados a seguir la moda. La tragedia es que Lina tiene una voz increíblemente desagradable, que simplemente amenaza con arruinar la película. Una primera proyección ante el público provocó la hilaridad general, sobre todo porque el sonido estaba mal sincronizado, y peor aún... ¡desincronizado al final! Así que hubo que salvar el proyecto. Evidentemente, estamos pensando en todas las estrellas cuyas carreras se vieron destrozadas por la llegada del cine sonoro. La mirada sarcástica de Hollywood sobre estas carreras destrozadas es bastante descarada, dado que su implacable afán de lucro no rehuyó las consideraciones morales a la hora de despedir a muchos actores mudos.
En cualquier caso, Edmond, el amigo de Don, interviene rápidamente y propone una solución brillante: Lina debe ser sustituida por Kathy Sheldon, una joven principiante de la que Lockwood se ha enamorado. Obviamente, esta solución no es aceptada por Lina, que se siente marginada y reclama su estatus de estrella. Gran comedia ácida, “Cantando bajo la lluvia” no olvida arañar el narcisismo de las estrellas de cine, con las que la pequeña pantalla no ha rivalizado definitivamente.
Las escenas de la película volvieron a sincronizarse, se añadieron partes de baile y canto, ¡y fue un triunfo de público! Irónico. Salvo que Lina cometió el error fatal de intentar dirigirse al público una vez terminada la proyección. Traicionada por su voz, provoca de nuevo la hilaridad del público, que la insta a cantar, lo que hace, aunque vacilante, ayudada por Kathy escondida tras el telón, que dobla su voz y preserva así la integridad del secreto.
Pero entre bastidores, Edmond y Don han decidido destaparlo todo: bajan el telón y revelan al mundo que todo el mérito es de Kathy. Lina queda definitivamente ridiculizada, y además se revela también toda la artificiosidad de las producciones cinematográficas. Por supuesto, el final feliz es una moraleja barata. Pero la reflexión que suscita va mucho más allá de la simple historia de una rivalidad que tiene como telón de fondo el star system. Desmitifica el cine, esa gran fábrica de sueños, basada en la ilusión, que la fuerza de persuasión la hace tan atractiva, aunque conozcamos sus misterios. Una película musical que cumple plenamente su función de entretenimiento, con unas escenas magníficas, variadas y muy bien montadas. En definitiva, un verdadero espectáculo con una historia que se mantiene y unos actores muy buenos.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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