Crítica de Cafarnaúm por Lince

Impactante, sensible, adorable, injusta, valiente, honorable, entrañable, impotencia, dulzura, rebeldía... un auténtico abanico de sentimientos y valores pero especialmente dura, porque Cafarnaúm es una película muy dura, que te deja en muchos momentos con mal cuerpo, es una película que a personas muy sensibles pueden dejar muy tocadas muchas escenas, pero es una obra maestra y una lección de vida necesaria.

Es de estas historias que se cuentan en la gran pantalla y dejan un gran poso moral al espectador, donde hay muchas lecturas y muchas críticas a la sociedad actual, pero además hay una lección de vida de adaptarse a las adversidades de forma casi heroica, de una empatía inmensa y de una moralidad digna de tener en cuenta.

Porque nuestro protagonista es un niño de doce años, acusado de intento de asesinato pero que en el propio juicio quiere denunciar a sus padres por darle la vida, una frase llamativa que no deja indiferente a nadie pero cuando ves la historia tan cruel y dura de Zain lo entiendes todo.

La directora Nadine Labaki se ha sacado de la manga esta fabulosa historia donde los protagonistas son un niño de doce años y un bebé de algo más de un año, así, tal cual, con una ejecución excepcional, donde la ambientación, el ritmo, la fotografía, el guion, todo especialmente cuidado, pero la interpretación del joven actor Zain Al Rafeea interpretando a Zain es sublime, su cara de tristeza traspasa la pantalla y el esfuerzo de grabar con un bebé es digna de alabar.

Una historia que te deja pegado de principio a fin a la pantalla y eso que pensaba que se me iba a hacer larga, pues menuda joya he visto.

Recomendarla se queda corto, es de visionado obligatorio, por todo lo bueno que ofrece, pocas pegas se le puede poner a este largometraje.

P.D. Creo que debería haber ganado el Óscar a mejor película de habla no inglesa en vez de Roma.