Crítica de Cadena perpetua por Obscuritas
Redactada: 2025-01-07
Mi madre tiene decenas de libros de Stephen King y yo no controlo tanto de sus obras, pero sí que me he propuesto alguna vez ver las películas basadas en sus novelas y relatos, o por lo menos las más conocidas. Cadena perpetua es una de las eternas pendientes, siempre he oído hablar muy bien de ella y está en esas listas de películas que habría que ver una vez en la vida, pero siempre me ha dado mucha pereza, empezando por su duración y continuando por su trama, un drama carcelario no era algo que me llamara especialmente la atención. Pero por fin ha llegado el día y ahora lo entiendo todo, lo que me he estado perdiendo.
Todo comienza cuando Andy Dufresne, interpretado por Tim Robbins, es sentenciado a cadena perpetua por un crimen de asesinato, aunque él asegura ser inocente, pero qué condenado no dice serlo. Y tendrá que cumplir la condena en la prisión de Shawshank, donde sus comienzos no serán fáciles pero poco a poco, gracias a su inteligencia y astucia, se irá haciendo un lugar y ganándose a quienes están allí, entablando una gran amistad con Red, a quien interpreta Morgan Freeman y que es un hombre de muchos recursos y contactos en el lugar.
A pesar de ser una historia carcelaria, y de ser un drama, se respira bastante esperanza durante el metraje, no es un dramón que se haga pesado y lento, resulta increíblemente ligera, y eso que abarca varios años. Y es que la esperanza tiene mucho peso en la película, de hecho se la menciona en un momento muy importante, porque vemos a un montón de hombres con largas condenas que al menos intentan pasar sus días como buenamente pueden, y Andy termina resultando un soplo de aire fresco para ellos. Pero también hay momentos de violencia, de corrupción, de pérdida de esa esperanza y otros muy emotivos que me han hecho soltar varias lágrimas. Desde que Brooks, el bibliotecario, se entera de que le van a soltar, y no quiere salir a un mundo que ya no conoce porque lleva ahí prácticamente toda la vida, un mundo que le da miedo, que ha avanzado muchísimo mientras él estaba encerrado, se me ha puesto un nudo en la garganta y he terminado con el corazón encogido y las mejillas empapadas.
No voy a decir que Cadena perpetua no es predecible, porque lo es. No me he leído la novela en la que está basada, pero conozco el título, y desde que Rita Hayworth hace su aparición estelar me he imaginado lo que iba a ocurrir. Pero a pesar de durar más de dos horas y cuarto y a priori no ser una trama especialmente atractiva, además de apenas ver el exterior de la cárcel, no se me ha hecho nada larga y he disfrutado cada minuto, he sonreído, me he reído y he llorado. Y le iba a poner un 9, porque me ha gustado pero sentía que me faltaba algo, pero el final ha hecho que no me haya podido resistir y le haya dado la nota máxima. No tanto por la huida de Andy, sino por ver a Red sufriendo el mismo mal que Brooks, teniendo los mismos pensamientos y finalmente no sólo ir a ver qué había bajo la piedra que le había dicho Andy, sino ir más allá, apostar por la esperanza, y además dejar su firma junto a la de Brooks.
Nunca pensé que diría algo así de una película de estas características, pero me ha parecido una historia preciosa, muy humana, con una bonita amistad entre los dos protagonistas, muy bien interpretados además. Pero no sólo eso, sino que critica el sistema penitenciario y nos muestra lo difícil que es siquiera pensar en volver al mundo exterior para alguien que ha estado encerrado mucho tiempo, ni siquiera saben por dónde empezar, y muchos no tardan en volver o toman otro tipo de decisiones.
Así que sí, Cadena perpetua es una de esas películas que hay que ver al menos una vez en la vida.
Todo comienza cuando Andy Dufresne, interpretado por Tim Robbins, es sentenciado a cadena perpetua por un crimen de asesinato, aunque él asegura ser inocente, pero qué condenado no dice serlo. Y tendrá que cumplir la condena en la prisión de Shawshank, donde sus comienzos no serán fáciles pero poco a poco, gracias a su inteligencia y astucia, se irá haciendo un lugar y ganándose a quienes están allí, entablando una gran amistad con Red, a quien interpreta Morgan Freeman y que es un hombre de muchos recursos y contactos en el lugar.
A pesar de ser una historia carcelaria, y de ser un drama, se respira bastante esperanza durante el metraje, no es un dramón que se haga pesado y lento, resulta increíblemente ligera, y eso que abarca varios años. Y es que la esperanza tiene mucho peso en la película, de hecho se la menciona en un momento muy importante, porque vemos a un montón de hombres con largas condenas que al menos intentan pasar sus días como buenamente pueden, y Andy termina resultando un soplo de aire fresco para ellos. Pero también hay momentos de violencia, de corrupción, de pérdida de esa esperanza y otros muy emotivos que me han hecho soltar varias lágrimas. Desde que Brooks, el bibliotecario, se entera de que le van a soltar, y no quiere salir a un mundo que ya no conoce porque lleva ahí prácticamente toda la vida, un mundo que le da miedo, que ha avanzado muchísimo mientras él estaba encerrado, se me ha puesto un nudo en la garganta y he terminado con el corazón encogido y las mejillas empapadas.
No voy a decir que Cadena perpetua no es predecible, porque lo es. No me he leído la novela en la que está basada, pero conozco el título, y desde que Rita Hayworth hace su aparición estelar me he imaginado lo que iba a ocurrir. Pero a pesar de durar más de dos horas y cuarto y a priori no ser una trama especialmente atractiva, además de apenas ver el exterior de la cárcel, no se me ha hecho nada larga y he disfrutado cada minuto, he sonreído, me he reído y he llorado. Y le iba a poner un 9, porque me ha gustado pero sentía que me faltaba algo, pero el final ha hecho que no me haya podido resistir y le haya dado la nota máxima. No tanto por la huida de Andy, sino por ver a Red sufriendo el mismo mal que Brooks, teniendo los mismos pensamientos y finalmente no sólo ir a ver qué había bajo la piedra que le había dicho Andy, sino ir más allá, apostar por la esperanza, y además dejar su firma junto a la de Brooks.
Nunca pensé que diría algo así de una película de estas características, pero me ha parecido una historia preciosa, muy humana, con una bonita amistad entre los dos protagonistas, muy bien interpretados además. Pero no sólo eso, sino que critica el sistema penitenciario y nos muestra lo difícil que es siquiera pensar en volver al mundo exterior para alguien que ha estado encerrado mucho tiempo, ni siquiera saben por dónde empezar, y muchos no tardan en volver o toman otro tipo de decisiones.
Así que sí, Cadena perpetua es una de esas películas que hay que ver al menos una vez en la vida.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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