Desde el minuto uno apesta a guión y a propaganda que echa para atrás. Es que ya cuando le hace esa primera pregunta, que es muy importante, y si fuera un documental real y más aún sobre alguien que ha estado a punto de morir, respondería de otra manera, pero ese "¿en serio?", que poco más y se está partiendo la caja, me ha puesto negra. Así que ya empezamos mal.

Como la mayoría, o probablemente todos, escuché en su día lo de que le habían envenenado, que era el oponente de Putin, y ya, no sabía nada más, porque me interesa cero la política y más aún esta gente, para qué vamos a mentir, para eso están los políticos. Así que tragarme un documental sobre este señor, pues me interesa lo mismo que probar el supuesto veneno que le dieron, la verdad. Y digo supuesto porque no me creo nada, como digo todo huele a propaganda y a ser el mártir del pueblo, e igual que veo capaz de cualquier cosa a Putin, también veo capaz de cualquier cosa a este para ser la víctima.

Habrá a quien le llame la atención un tema así o le resulte interesante, pero tenía claro que no era para mí y ahora lo confirmo.

2021: Alexei Navalny, principal opositor a Vladimir Putin, está a punto de abandonar Alemania, donde estaba siendo tratado por envenenamiento, para regresar a Rusia con su esposa Yulia. Concede una entrevista a un equipo de la CNN y habla de su vida, de su familia, de su lucha contra el presidente ruso y de cómo este intentó eliminarle. Dos consecuencias se presentan directamente: el intento de envenenamiento, donde la investigación para descubrir a los autores da lugar a una secuencia surrealista que, por decirlo suavemente, provoca un ataque de risa.
La segunda, es más indecisa y sería: el regreso a la patria y el paso a dar para recuperar la libertad. Un paso que no puede ser más peligroso. La fuerza del documental es que nos lleva de la risa al llanto, del asombro al asco y de la empatía al odio. La marcha para cumplir la misión está perfectamente ejecutada, al igual que la contundente conclusión sobre Alexei.

Un documental impactante que es casi un thriller político de conspiraciones.

James Stewart dijo en 'Caballero sin espada' que 'las causas perdidas son las únicas por las que vale la pena luchar' y Alexei Navalny sabía que luchaba contra un gigante con pocos medios y muchos obstáculos, pero lo hace sin miedo.

Desde el principio se presenta a un Navalny carismático y haciendo gala de humor negro tras ***contenido con spoilers*** y el circo que rodeó los días siguientes. El documental también indaga en su figura, en sus inicios, en sus ideas. Y en la importancia de la figura de Yulia Navalnaya, sobre todo al final.

El momento de la confesión, porque realmente parece un interrogatorio, es impresionante. Pero si esto fuera una película, porque la realidad supera a la ficción, ***contenido con spoilers***

Navalny es una película documental que nos muestra la lucha de un político en la oposición de la Rusia de Putin, que según él mismo, ha sido fruto de intentos de asesinato y encarcelamiento por parte del gobierno ruso.

Es una de esas tramas de espionaje ruso, de las que se han oído quizá demasiadas como para al menos conceder el beneficio de la duda, aunque en este caso quizá se han pasado dramatizando o teatralizando algunos momentos. Siempre me ha llamado la atención lo oportunas que son las cámaras en ciertos momentos, y teniendo en cuenta que esto es política, soy escéptico por lo general, aunque como digo, no pongo en duda los métodos rusos de venganza o para silenciar, y también hay que concederle a Navalny y su equipo, unos bemoles buenos por enfrentarse y hacer campaña contra un gobierno en un estado donde uno de los principales poderes controlados por el régimen, son precisamente los medios y la información.