RESEÑAS Y VALORACIONES DE El brillo de la televisión
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5.5 / 10
Ya puedo decir que Yo también Vi el brillo del televisor y he decir que no brilla tanto como su titulo o como pretende brillar, la noto apagada, funciona como drama mas que terror muy laxo en este aspecto.
Lo bueno que está bien estructurada y el montaje es bueno, hace uso de colores llamativos y una paleta que le sienta bien acorde a su historia.
Lo malo es que es muy lenta, carece de ritmo, busca demasiada profundidad en los personajes y no termina de hacerlos interesantes y atractivos al menos para mí, quitando la chica maddy, el chaval owen interpretado por justice Smith lo intenta pero como prota no da todo lo que cabría esperar de el…
En cambio el personaje maddy (Brigette Lundy-Paine) es mucho más interesante sin duda, eso y el rosa oscuro, aquel rosa oscuro que todos tenemos como referente.
Cine indie, totalmente experimental, para críticos "profesionales" les gustará este menú degustación, el público general tiene otro parecer.
Lo bueno que está bien estructurada y el montaje es bueno, hace uso de colores llamativos y una paleta que le sienta bien acorde a su historia.
Lo malo es que es muy lenta, carece de ritmo, busca demasiada profundidad en los personajes y no termina de hacerlos interesantes y atractivos al menos para mí, quitando la chica maddy, el chaval owen interpretado por justice Smith lo intenta pero como prota no da todo lo que cabría esperar de el…
En cambio el personaje maddy (Brigette Lundy-Paine) es mucho más interesante sin duda, eso y el rosa oscuro, aquel rosa oscuro que todos tenemos como referente.
Cine indie, totalmente experimental, para críticos "profesionales" les gustará este menú degustación, el público general tiene otro parecer.
Valoraciones en tu crítica:
8.5 / 10
¿Tuvisteis alguna vez una serie favorita cuando erais adolescentes? ¿Aquella que os fascinó tanto, os transportó tanto en su imaginario en sintonía con el ser que erais entonces, que habríais dado cualquier cosa por cruzar la pantalla para convertiros en uno de sus personajes y pasar a formar parte de su universo? Conocéis bien el tipo de series de las que hablo.
Separados por unas cuantas clases, Maddy y Owen se encuentran reunidos por una obsesión compartida con 'The Pink Opaque', una serie de fantasía adolescente que tiene demasiadas similitudes con 'Buffy Cazavampiros' como para ser casual (incluso se puede reconocer uno de sus llamativos rostros en un cameo durante la película) pero cuya terrorífica imaginería es mucho más malsana y espeluznante que cualquier cosa que las aventuras de la famosa cazavampiros hayan producido jamás.
En la realidad sus vidas de estudiantes son entorpecidas por los desafortunados avatares de sus respectivas vidas, donde la oscuridad de un entorno adulto sin esperanza parece intentar devorar siempre los últimos destellos vívidos de la infancia, las pantallas que emiten "The Pink Opaque" se convierten en halos de luz donde estos dos personajes proyectan literalmente todos sus secretos y aspiraciones más íntimos de la peligrosa búsqueda de sí mismos que puede representar este periodo crucial... A riesgo de elegir deliberadamente perder el contacto con un mundo real que les amordaza constantemente para acallar sus voces discordantes.
Donde el Sr. Melancolía, el villano con cabeza de luna de la serie, personifica en una sola entidad a combatir todo lo que puede apoderarse de estos dos seres y llevárselos para siempre en la oscuridad de su realidad, donde sus secuaces con sus caras deformadas cada semana adoptan los rasgos de las personas de su entorno que no les comprenden (o ya no lo hacen), donde sus (búsquedas de) identidades sexuales pueden por fin expresarse libremente, donde la fantasía se convierte en una varita mágica fácil para resolver todos los problemas sinónimo de estrangulamiento perpetuo de sus vidas cotidianas. .. Donde, sencillamente, Maddy y Owen se encuentran en trance durante un episodio semanal/escape de una vida en la que nada parece ir en la dirección de una realización común plausible, son por fin ellos mismos, frente a una ficción que es el único refugio para todos sus deseos y sueños de futuro.
A medida que Maddy se vuelve cada vez más infeliz, empuja aún más esta pérdida de orientación tanto en el espectáculo como en la realidad, mientras que Owen duda de forma más o menos inconsciente. Este es el comienzo de un largo juego de separaciones y reencuentros que llevará a Owen a cuestionarse su relación con "The Pink Opaque" y las decisiones existenciales que Maddy le insta a tomar a través de él...
Pues bien... “El brillo de la televisión" es el segundo largometraje de Jane Schoenbrun (y la segunda entrega de una planeada Trilogía en Pantalla). Un hipnotizante experimento artístico sobre el poder de una obra de arte para difuminar los límites entre lo real y lo imaginario en las mentes de espectadores desesperados por escapar de un mundo cuando nunca deja de decepcionar. Realmente difícil.
No sólo porque tuvo el acierto de instalarse a finales de los años 90 para dirigirse a las numerosas series disponibles para los adolescentes como medio de evasión de su sombría vida cotidiana (era una auténtica edad de oro para las cadenas estadounidenses, y para las de aquí, de la época), sino también porque amplificó la idea hasta convertirla en una auténtica catarsis para su yo reprimido, Además, los efectos visuales la convierten en un objeto de fascinación en sí mismo para el espectador, trascendido por una dirección artística y una realización sublimes de principio a fin.
En el encantamiento total que representan estas tomas, que contrastan siempre estos estallidos coloridos de ingenuidad infantil con la oleada de melancolía teñida de crepúsculo, el "Resplandor" imaginado que emana de estos "televisores" se interpone para componer verdaderas obras maestras surrealistas en las que los cuerpos se transfiguran por las efusiones de un alma que encuentra una salida en la expresión de su totalidad, sin límites impuestos por la racionalidad de la mirada ajena.
Tal vez este discurso resulte un poco redundante en el último tercio de la película, ya que se aclara mucho más durante las distintas fases de un encuentro final decisivo, pero no por ello es menos apasionante, ya que está animado por una atmósfera de una intensidad tan demencial que las emociones soterradas o reveladas de su dúo protagonista (una formidable dinámica de personajes activos/pasivos a los que dan vida Justice Smith y Brigette Lundy-Paine) sirven de principal combustible pictórico para los escenarios en los que evolucionan.
Y luego está el final. Es desgarrador, terrible, inesperado en su dirección o ejecución y deja al menos tantas secuelas emocionales irreparables como lo que le ocurre a su protagonista.
"El brillo de la televisión" y es una película condenadamente buena, única en su género.
Separados por unas cuantas clases, Maddy y Owen se encuentran reunidos por una obsesión compartida con 'The Pink Opaque', una serie de fantasía adolescente que tiene demasiadas similitudes con 'Buffy Cazavampiros' como para ser casual (incluso se puede reconocer uno de sus llamativos rostros en un cameo durante la película) pero cuya terrorífica imaginería es mucho más malsana y espeluznante que cualquier cosa que las aventuras de la famosa cazavampiros hayan producido jamás.
En la realidad sus vidas de estudiantes son entorpecidas por los desafortunados avatares de sus respectivas vidas, donde la oscuridad de un entorno adulto sin esperanza parece intentar devorar siempre los últimos destellos vívidos de la infancia, las pantallas que emiten "The Pink Opaque" se convierten en halos de luz donde estos dos personajes proyectan literalmente todos sus secretos y aspiraciones más íntimos de la peligrosa búsqueda de sí mismos que puede representar este periodo crucial... A riesgo de elegir deliberadamente perder el contacto con un mundo real que les amordaza constantemente para acallar sus voces discordantes.
Donde el Sr. Melancolía, el villano con cabeza de luna de la serie, personifica en una sola entidad a combatir todo lo que puede apoderarse de estos dos seres y llevárselos para siempre en la oscuridad de su realidad, donde sus secuaces con sus caras deformadas cada semana adoptan los rasgos de las personas de su entorno que no les comprenden (o ya no lo hacen), donde sus (búsquedas de) identidades sexuales pueden por fin expresarse libremente, donde la fantasía se convierte en una varita mágica fácil para resolver todos los problemas sinónimo de estrangulamiento perpetuo de sus vidas cotidianas. .. Donde, sencillamente, Maddy y Owen se encuentran en trance durante un episodio semanal/escape de una vida en la que nada parece ir en la dirección de una realización común plausible, son por fin ellos mismos, frente a una ficción que es el único refugio para todos sus deseos y sueños de futuro.
A medida que Maddy se vuelve cada vez más infeliz, empuja aún más esta pérdida de orientación tanto en el espectáculo como en la realidad, mientras que Owen duda de forma más o menos inconsciente. Este es el comienzo de un largo juego de separaciones y reencuentros que llevará a Owen a cuestionarse su relación con "The Pink Opaque" y las decisiones existenciales que Maddy le insta a tomar a través de él...
Pues bien... “El brillo de la televisión" es el segundo largometraje de Jane Schoenbrun (y la segunda entrega de una planeada Trilogía en Pantalla). Un hipnotizante experimento artístico sobre el poder de una obra de arte para difuminar los límites entre lo real y lo imaginario en las mentes de espectadores desesperados por escapar de un mundo cuando nunca deja de decepcionar. Realmente difícil.
No sólo porque tuvo el acierto de instalarse a finales de los años 90 para dirigirse a las numerosas series disponibles para los adolescentes como medio de evasión de su sombría vida cotidiana (era una auténtica edad de oro para las cadenas estadounidenses, y para las de aquí, de la época), sino también porque amplificó la idea hasta convertirla en una auténtica catarsis para su yo reprimido, Además, los efectos visuales la convierten en un objeto de fascinación en sí mismo para el espectador, trascendido por una dirección artística y una realización sublimes de principio a fin.
En el encantamiento total que representan estas tomas, que contrastan siempre estos estallidos coloridos de ingenuidad infantil con la oleada de melancolía teñida de crepúsculo, el "Resplandor" imaginado que emana de estos "televisores" se interpone para componer verdaderas obras maestras surrealistas en las que los cuerpos se transfiguran por las efusiones de un alma que encuentra una salida en la expresión de su totalidad, sin límites impuestos por la racionalidad de la mirada ajena.
Tal vez este discurso resulte un poco redundante en el último tercio de la película, ya que se aclara mucho más durante las distintas fases de un encuentro final decisivo, pero no por ello es menos apasionante, ya que está animado por una atmósfera de una intensidad tan demencial que las emociones soterradas o reveladas de su dúo protagonista (una formidable dinámica de personajes activos/pasivos a los que dan vida Justice Smith y Brigette Lundy-Paine) sirven de principal combustible pictórico para los escenarios en los que evolucionan.
Y luego está el final. Es desgarrador, terrible, inesperado en su dirección o ejecución y deja al menos tantas secuelas emocionales irreparables como lo que le ocurre a su protagonista.
"El brillo de la televisión" y es una película condenadamente buena, única en su género.
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Mi Opinión / Critica de El brillo de la televisión
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