Casi por sorpresa ha llegado este corto a la plataforma de Disney Plus. El mismo ha hecho algo de ruido (aunque menos del esperado) por una característica que lo diferencia de otros proyectos del estudio, que no es otra que el hecho de que sus protagonistas sean homosexuales. Ese hecho ha conseguido que tenga interés en su visionado, ya que estamos ante algo histórico... o al menos así se ha vendido.

Por fin se han atrevido en la casa del ratón a dar visibilidad y representación al colectivo LGTBI, aunque haya sido con un movimiento tan bien intencionado como algo cobarde, al haberse decidido por un corto de nueve minutos de duración. El día que vea a un personaje homosexual protagonizar un clásico Disney me quitaré el sombrero y les aplaudiré bien alto.

De momento nos tenemos que conformar con esta curiosa historia, donde el personaje principal no se atreve a decirle a sus padres que es gay, y que se ha mudado con su novio y su adorable perra (de nombre Jim...) a un bonita casa. Todo parece en orden hasta que los padres del protagonista aparecen por sorpresa, y algo sucederá que lo pondrá todo patas arriba (nunca mejor dicho).

Creo que el elemento mágico de la historia entorpece la historia, ya que se utiliza para hacerlo todo más infantil y asequible, dando protagonismo a la mascota, pero la verdad es que yo hubiese tirado por otros derroteros. La parte emocional funciona, obviamente, pero al final queda la sensación de que estamos ante un corto tan simpático como bien intencionado, además de necesario, pero que se queda a medio gas y no llega a dar en la diana, aunque el mensaje es muy poderoso.

De momento es un gran paso, y tampoco podemos ponernos exigentes, ya que hay que ir poco a poco (no vaya a ser que alguien se escandalice), pero es un buen comienzo. Un corto interesante que puedes ver sin miedo y si tienes curiosidad, aunque será más recordado por su temática y por lo que aborda, que no por el contenido del mismo. En unos años hablamos.