Viktor Navorski es un inmigrante balcánico que, al estallar la guerra en su país y quedar anulado su pasaporte, se encuentra involuntariamente exiliado en un aeropuerto de los Estados Unidos.
La Terminal es una comedia dulce y muy bien hecha, con Spielberg y Tom Hanks trabajando juntos para crear algo que te hace reír de forma natural y te toca el corazón. La historia gira en torno a Viktor Navorski, que llega a un aeropuerto de EE.UU. justo cuando su país deja de existir por un golpe de estado. Queda atrapado en el aeropuerto, sin poder entrar ni salir del país, lo que da pie a situaciones muy curiosas y divertidas.
A pesar de lo inusual de la premisa, la película no se siente forzada en ningún momento, sino que te lleva por una trama humana, llena de personajes entrañables, como Amelia, la azafata que se abre a Navorski, o Gupta, el conserje. La película también tiene un tono que recuerda a Chaplin o Tati, con una mezcla de comedia y tristeza muy bien equilibrada.
Tom Hanks interpreta a un hombre que no tiene maldad ni astucia, lo que lo hace muy genuino. El personaje de Dixon, el oficial de aduanas, es interpretado por Stanley Tucci y tiene una buena mezcla de rigidez y curiosidad. La película también se aleja de clichés típicos, sin crisis falsas ni grandes momentos de acción, centrándose más en los pequeños gestos y en cómo Navorski cambia la vida de los que lo rodean.
Todo esto, sumado a una increíble dirección de Spielberg, nos deja una película muy humana que, aunque con una premisa sencilla, consigue mantenernos enganchados hasta el final.
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