Una escena en blanco y negro para situar la película en el pasado, secuencias bañadas por el sol para expresar la felicidad, otras bajo la grisura de una lluvia torrencial para subrayar la infelicidad, una miserable heroína del siglo XVII maquillada con la última gama de productos Maybelline, un flashback gratuito de la cópula (todo muy pulcro, como marca la época) para revelar las nalgas de la dama al cabo de apenas diez minutos... No hay duda: en unos instantes, la profunda sutileza del escocés Neil Marshall está de vuelta, ¡esta vez para una matanza ambientada en los buenos tiempos de las epidemias de peste y las acusaciones de brujería!
Para recuperarse del fracaso de su "Hellboy", Neil Marshall ha vuelto a un estilo más personal, colaborando con su compañera Charlotte Kirk, coguionista y actriz principal de "The Reckoning". Tranquilos, el director no se pone en plan Paul W.S. Andersonoid arrastrando consigo a su propia mujer. El opta por volver a centrarse en las raíces del terrorífico cine de serie B de sus mayores éxitos, que aquí toma la forma de una inmersión en la sangrienta historia de su propio país.
Pues bien, como muestra la introducción de esta crítica, hay muchas, muchas, muchas cosas por las que sonreír al comienzo de "The Reckoning". Cosa que piensas que será una gran película de serie B, hasta que la historia se inclina hacia otras letras del alfabeto para describir la película, ya que ciertas elecciones estéticas dan un aspecto terriblemente malo a lo que vemos en pantalla, y el enfoque tosco de Marshall para establecer su contexto histórico tampoco ayuda a establecer su credibilidad.
En cuanto a la trama, la falsa acusación de bruja de la heroína se produce a costa de una acumulación de clichés que parecen salidos directamente de cuentos de hadas infantilmente maniqueos o de reciclajes simplistas de otras obras mucho más sofisticadas sobre el mismo tema. Incluso cuando intenta algunos destellos de inteligencia, como denunciar lo absurdo de la justicia popular en una escena satírica (al menos esperamos que el tono haya sido intencionado, de lo contrario nos vamos a reír de verdad), la película se limita a comentarios que sólo sirven para reforzar el clasicismo de esta enésima historia de caza de brujas. En definitiva, esta primera parte, que conduce a la heroína a manos de sus verdugos, nos demuestra rápidamente que “The Reckoning” nunca igualará a “El Descenso”, la cumbre definitiva de la filmografía de Marshall en lo que a terror de serie B con mensaje relevante se refiere.
Sin desprenderse de la parafernalia bazofil que arrastra a su paso como una bola de nieve, "The Reckoning" adquiere poco a poco el sabor de un placer culpable tan regresivo como anacrónico. Como si de un símbolo se tratara, esta sensación nos invade casi al mismo tiempo que el personaje de Sean Pertwee, brazo fuerte de Marshall en la pantalla y figura emblemática de su obra, entra en escena para arrancar confesiones imaginarias a la cautiva heroína utilizando los peores instrumentos de tortura de la época. El calvario de la protagonista la convierte en una figura femenina asombrosamente poderosa, con una resistencia inquebrantable frente a dos fuerzas que hacen todo lo posible por destruirla. El planteamiento es directo, con poco o ningún intento de utilizar la metáfora para construir la envergadura del personaje principal, salvo a través de la acción. En cierto modo, es incluso un soplo de aire fresco frente a la actual ola auteurista, siempre dispuesta a superponer múltiples capas de interpretación a una trama de este tipo. Y, cuando la dirección de Marshall está en su mejor momento (bien acompañada por la banda sonora de Christopher Drake) para potenciarlo, 'The Reckoning' ofrece algunos verdaderos destellos de brillantez, sobre todo en los crueles picos de la esperada reacción contra los antagonistas humanos más viles o las manipulaciones de un demonio obsesionado con la idea de apoderarse de su víctima.
Por supuesto, este bienvenido primer grado en el mainstream contemporáneo no puede evitar por sí solo las grandes debilidades de esta película de serie B completamente intrascendente, pero demuestra que Neil Marshall sigue siendo un director adepto a las películas de serie B , capaz de ofrecer momentos de disfrute que no se encuentran (o ya no se encuentran) en otros. De momento, está claro que “The Reckoning” no es sinónimo de su regreso, pero demuestra que sigue muy presente, dispuesto a ensuciarse las manos para el placer de sus espectadores.