Críticas de The Brutalist

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Cuando el visionario arquitecto László Toth y su esposa Erzsébet huyen de la Europa de posguerra en 1947 para reconstruir su legado y ver el nacimiento de la América moderna, sus vidas cambian a causa de un misterioso y adinerado cliente.

2024
215 min
Drama

RESEÑAS Y VALORACIONES DE The Brutalist

Ladrillo de los gordos, una horita menos le hubiese venido mejor. No la recomiendo.

Valoraciones en tu crítica:

4 / 10
Al contrario que esta película, mi crítica va a ser bastante breve.

Para mí todo se ha resumido en un drama dentro de otro drama, dentro de otro drama, dentro de otro drama que no acaban y que solamente consiguen que no conecte con ninguno de ellos. El tema de la arquitectura me gusta bastante y pensaba que la película estaría mucho más centrada en este aspecto, así que en ese sentido ha sido un poco decepcionante.

Y como no, está el pequeño detalle de que dure unas señoras 3 horas y media… Si ya hay algunas películas que duran 2 horas y se me hacen bola, pues qué decir de una que dura casi el doble. Para mi gusto, todo está alargado en exceso, igual que cuando tienes que cumplir con un número mínimo de caracteres en un trabajo de la universidad y no te llega, y empiezas a enrollarte como una persiana donde no toca.

Tal y como he leído por ahí en una crítica, para mi puede resumirse en “The turralist”

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5.5 / 10
Larga, lenta tras los primeros 60 minutos y pretenciosa. Ni siquiera la arquitectura toma el protagonismo que parece anunciar su título.
Buena fotografía, buena dirección y alguna buena actuación; y poco más.
Intenta ser un producto preciosista de la última industria cinematográfica, pero se queda en pretenciosa por no conseguirlo. No se puede negar que visualmente es bella, pero como tantas otras.
Qué chasco.

Valoraciones en tu crítica:

The Brutalist

Después de sobrevivir al Holocausto, László emigra a los Estados Unidos de la posguerra con la aspiración de reconstruir su carrera y su vida junto a su esposa. Su suerte da un giro fundamental cuando un rico industrial encarga a László el diseño de un ambicioso monumento modernista.

No me suele importar ver películas que relaten la vida de ciertas figuras historias que son trascendentales en la historia, sin embargo, a como suelo decir siempre, que va a depende mucho del enfoque que se le da, la peli va a ganar mucho más de lo que la historia fue, y te enganchara. Aunque en muchas ocasiones hay películas que pecan mucho de solo apoyarse en la fama del personaje y te presentan una película bastante aburrida.

En mi caso, debo decir que no he conseguido conectar con esta película en ningún momento, y mira que me la he puesto esperando algo bastante llamativo pues el personaje resulta basarse en otros y eso quizás mostrase algo diferente y que llamase. Sin embargo... con esta debo decir que no ha conseguido llamar mi atención en todo lo que dura.

Es cierto que tiene a un personaje histórico que en sus acciones era fuera de lo común, pero la historia que nos tratan de mostrar en la película tiene tantas ramificaciones y tantos altibajos que al final todo lo mostrado parece más una clase de historia del arte que de otra cosa. A mi parecer falla mucho a la hora de llevar lo que es la historia de manera que sea llamativa, durante la primera hora hubo momentos en que saltaba de una cosa a otra que a mi me dejaban en el sitio con lo que se veía, quitando que se ha notado que había muchísimas escenas alargadas que no eran ni necesarias.

Comprendo que hay gente a la que le gusten las típicas películas de personajes que desmiembran todo, sin embargo a veces es mejor ir al grano con ciertas situaciones, por poner un ejemplo del año pasado la de Oppenheimer que iba a lo importante. En cambio en esta, esa elección de desgranar todo con su ritmo lento, la ha llevado a que no se le tenga tan buen resultado como podría haber tenido.

Dudo que la vuelva a ver, pero se la recomiendo a aquellos que le guste indagar mucho y les de igual estar recibiendo eso en una película que dura 3h.

Valoraciones en tu crítica:

7.5 / 10
The brutalist es una película tan brutal en varios apartados como excesiva en su metraje.
De la mano de brady corbet y con adrien brody como protagonista de esta historia en la piel de un húngaro- judío (el arquitecto laszlo toht) nos lleva a la Europa de posguerra de la cual huye para comenzar una nueva vida en estados unidos el país de los supuestos sueños y libertades, tendrá que lidiar con temas personales y laborales mientras trata de construir su gran obra arquitectónica para la posteridad.
El ritmo ha sido algo irregular sobretodo en el acto 2 o intermedio el intenso nucleo de la belleza la parte más densa de la película sin duda, lo cual no quita que me haya entretenido y mantenido pegado a la pantalla eso si partiéndola en 2-3 partes casi como actos tiene, me ha encantado la estructura de la película como si se tratase de una obra de arte perfectamente colocadas o los cimientos de la misma.
Banda sonora: me ha parecido lo mejor de la película simplemente brutal de esas bien elegidas con sus trompetas y ritmos que le dan una gran atmosfera tanto al principio que recuerda un poco a la zona de interés pero mejor de largo como en su cierre final, de esas que te golpean en la cabeza y el corazón y eso que no la escuche en cines solo con cascos no me quiero imaginar cuanto se magnificaría en la gran pantalla aunque alguna crítica nos ilustra bastante mejor de todas estas sensaciones.

La actuación de Adrien brody es sobresaliente pero es que los que le acompañan tampoco se quedan atrás con felicity jones como Erzsébet la mujer de él en especial en ese segundo acto con las escenas más intensas de la película, la gran montaña rusa de emociones.
Desde luego va a ser una película difícil de olvidar para algunos y algo difícil de repetir o ver algo semejante ya que tiene un aroma a cine clásico, a mi me sorprendió no es algo que haya visto antes o no recuerdo algo similar tengo pendiente el pianista haber si este mes le busco un hueco y también cae y una frase final
Nadie esta mas esclavizado que quien se cree que esta libre.

Valoraciones en tu crítica:

5.5 / 10
Sin lugar a dudas 'The Brutalist' hace honor a su nombre porque es una absoluta brutalidad. Empezando por su duración y terminando por la compleja historia que contiene. Creo que esta es una de esas ocasiones en las que leer demasiados laureles y críticas ensalzando su brillantez, me han jugado una mala pasada. La historia sigue al refugiado László Tóth, quien huyendo de la Europa asediada por el nazismo y el infierno del Holocausto, llega a Estados Unidos a bordo de un vagón más propicio para transportar animales que seres humanos. En el país de las oportunidades, donde el "American dream" es casi el mantra con el que millones de personas se levantan cada mañana de sus camas, László navegará entre una vida vacía, donde lo único que posee es un cuerpo con el que poder trabajar y un corazón lleno de esperanza por recuperar a su mujer y a su sobrina, ancladas todavía en un campo de concentración al otro lado del mundo. Su vida cambia por completo al conocer al rico mecenas Harrison Lee Van Buren, un empresario despiadado que queda encantado con las dotes para la construcción de László, que en su Budapest natal, era el arquitecto más famoso del momento. Utilizando el brutalismo como bandera en sus construcciones, su mecenas queda impresionado y lo toma como su protegido. Al menos hasta que todo se tuerce, el grandioso sueño americano se convierte en la pesadilla como una promesa autocumplida y el director no deja títere con cabeza si de criticar los convencionalismos pijos yankees se trata.

Tratando la historia que trata, me ha parecido una película por momentos banal, frívola en ocasiones y totalmente aséptica. Algo que supongo que buscaba a propósito el director Brady Corbet, ya que cuánto más apatismo, mejor se podrán analizar los hechos sin caer en la trampa de la sentimentalidad. Quizás eso es lo que me ha faltado, una reflexión más profunda sobre la emoción, que me provocase algo más, que me interpelase o me diese un buen sopapo en la cara. Pero no ha sido así y, aunque posiblemente se trate de uno de los filmes más importantes de los últimos años, no ha conseguido llegarme al alma. Lo que es innegable, es que se trata de una cinta que es casi la historia de la humanidad al completo, la historia de la supervivencia porque, ¿has sobrevivido realmente si tu cuerpo y tu ser siguen en llamas?; una historia sobre los sueños y la desalentadora caída de los mismos. Es la historia de una vida, que puede ser la de millones de vidas en cualquier tiempo y en cualquier momento. Las guerras no se acaban, la lucha no termina pero la esperanza permanece entre las cenizas, esperando su oportunidad para resurgir. Y siempre resurge, como las flores que rompen el pavimento para encontrar su lugar.

Valoraciones en tu crítica:

7.5 / 10
Desde luego esto es una experiencia, aún no sé si para bien o para mal. Lo que si queda claro es que la banda sonora y el diseño de producción son espectaculares, hacen que la película se sienta masiva.

Yo solo puedo decir que o te va a encantar o la vas a aborrecer, sobre todo por la duración del metraje que como se te cruce en algún momento no ayuda nada.

Valoraciones en tu crítica:

Llaman al cine 7°arte por películas como esta.
El arte es transmitir una sensación, un concepto que entre en tu interior y le de un significado.
Por eso, el artista no pretende enseñarte algo, sino transmitir su mensaje.
Nada más empezar me trae a la memoria La zona de interés. Pantalla en fondo gris y silencio llevándote a un lugar donde no puedas imaginar lo que ocurre. Pero si percibirlo.
El agobio, la ansiedad, la desesperación, el miedo a la incertidumbre.
Los arquitectos son artistas que con sus construcciones quieren darle al mundo un mensaje infinito. Al igual que un músico, un pintor, un escritor, u otros tantos más quieren llevarte a un rincón de tu yo más profundo para mostrarte algo que hay escondido dentro de ti esperando ser liberado. Y a veces crear conflictos para que vuelvas a la consciencia al sacudir tu psique.
Por eso, este arte no puede gustarle a todo el mundo. Cada uno tendrá su capacidad de aceptar lo experimentado y darle un significado. O rechazarlo por no conseguir dejarse llevar por la experiencia. O simplemente no poder siquiera abrir una pestañita para ver un rayo de luz.
Digo que esta película lo es porque mediante imágenes y sobre todo por su sonido consigue imbuirte al estado sensorial que sufren sus protagonistas.
Aquí no mandan las imágenes como en la mayoría de producciones donde sus efectos nos enseñan las cartas de forma explícita. Aquí manda una banda sonora que nos llevará por los estadios del dolor, el sufrimiento, la rabia, la ira, la impotencia y la injusticia que sufre el artista, eternamente perseguido por querer expresar su Yo más libre para que todo el mundo pueda contemplar la belleza y magnitud de su obra.
Adrien Brodi está inconmensurable, con una postura agriada durante toda la película, rellenandola con pequeños gestos, expresiones y matices nimios para demostrar su dolo o indiferencia según convenga a su estado de animo. De como tiene que tragarse en más de una ocasión sus palabras sin que se note lo que está sintiendo porque la procesión va por dentro. Ante la imposibilidad de poder expresarlo porque no quiere que le vuelvan a perseguir por ello.
Escapar de un estado totalitario para caer en un estado 'libre' pero con el mismo concepto de tiranía. La de pasar por el tubo, la de acabar siendo sometido a un mismo yugo aunque a este último lo disfracen de Caperucita,  siendo el mismísimo Sr Lobo.
Al igual que en La zona de interés las imágenes no ofenden, no te muestran lo crudo de lo vivido, solo los detalles y expresiones actorales. Y de nuevo recalcar que lo Brutalist de la cinta es su b.s.o.
Pero a diferencia de la propuesta alemana donde sus fotogramas rebosan paz, aquí el director ya desde los inicios nos sube y baja por el pozo del delirio visual que acompañará de los momentos más estridentes, para anular tu visión y aceptar lo que pasa a través del oído. Fotografía y el manejo de la cámara son esenciales para acompañar a esta obra despertando asi todas las emociones posibles.
Es difícil digerir tantos conceptos, de ahí la duración del metraje.
Una regalo de primera parte con la construcción del personaje tras su llegada a los Estados Unidos , pero mientras estábamos en el descanso algo me decía por dentro que me preparase , que lo Brutalist estaba por llegar. La segunda parte es un  choque de trenes donde destruye todo lo creado, para volver a deconstruirlo de nuevo tras la muerte. Dos caras de un personaje, dos partes de una historia. Brady se lo hace suyo y lo baja a los infiernos de Dante, no solo despiezando al artista y a su obra, tambien a su familia y a todo lo que le rodea. Para convertirse en otro tirano. Todo el elenco actoral lo hace genial acompañando al protagonista.
No hay rincón en el mundo donde no se quiera someter a un artista.
Y el tratado sobre la tiranía en esta segunda parte es digno de estudio.
Por último solo un 'pero' , su The End. En formato final de ruta a la visita de un museo con la intención de suavizar al espectador para que no salga tiritando del cine y se caiga por las escaleras.
Como obra de arte hay que verla en su formato original, sino pierde toda su intención, todo su magnitud, y la experiencia se desvanece no consiguiendo la auténtica intencion por donde quiere llamarnos su creador.
Recomendadísima para los que deseen ser parte de un experimento. De lo que significa sentirse vivos, por dentro y por fuera.
Lo divertido o lamentable va a ser ver cuantos analfaburros van a postular a la película de sionista. Con la única intención de dar su opinión al respecto del asunto y así sentirse conocedores de causa, pero sin fundamentos argumentales o para ser más directos para blablear. Cuando es solo un dato puntual con respecto a una historia, una historia real de nuestros tiempos, que por una mala decisión en su día, nos ha acarreado conflicto tras conflicto hasta los días de hoy. Solo les falta dar su solución, como está haciendo el último bobo en entrar a la Casa Blanca .
Una pena, porque no entienden que el arte no debería tener banderas, aunque salgan corriendo para colocarlas.
Descansen en paz y déjennos vivir y disfrutar.

Valoraciones en tu crítica:

Resulta curioso que hace tan sólo una semana una amiga vio esta película y le dije que me la podía contar porque no tenía ninguna intención de verla, porque el único motivo por el que tenía pensado verla era si había desafío de los Oscars, ni más ni menos. Bien, pues aquí estamos, teniendo que tragar un poquito de karma y la cara que se me ha quedado. Y es que desde que vi la excesiva duración de The brutalist recé para que no la nominaran a nada, pero luego empezaron todas las alabanzas, se convirtió en la gran favorita de los premios, han ensalzado tanto a la obra y a su protagonista... Que cuantas más noticias leía sobre ella, menos ganas tenía de verla y menos me gustaba incluso sin darle al Play.

Pero aquí estamos, y reconozco que no la he odiado tanto como venía predispuesta, pero creo que va de más a menos, o que la propia duración es tal que se te va haciendo bola, la cantidad de dramas que tiene y que la hacen tan oscarizable como la propia duración te van pesando y yo por lo menos he terminado completamente agotada de tanto brutalismo.

Como digo, y como de hecho se nota, es la típica película que huele a premios a kilómetros. La historia del hombre que tiene que huir de su hogar, del Holocausto, dejándolo todo atrás, incluida a su familia y no en las mejores condiciones, para buscar algo mejor, para sobrevivir. Un hombre que lo pasa realmente mal, que se tiene que enfrentar a muchas cosas, al que dan de lado y al que prácticamente escupen para luego llegar con alabanzas por el mismo motivo. Un hombre brillante y talentoso cuyo único crimen es ser judío y vivir en la época menos propicia, pero poco a poco se va haciendo un hueco y un nombre en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, antes de que todo le estalle en la cara, como si no hubiera tenido suficiente. Una sucesión de dramas, desgracias y clichés que tanto gustan a la Academia.

La primera parte me estaba gustando, no lo voy a negar, me estaba sorprendiendo a mí misma con los ojos fijos en la pantalla y siguiendo las desventuras de László Toth, sobre todo porque no me queda más remedio que reconocer que Adrien Brody, que no es santo de mi devoción en absoluto, está fantástico. Entonces ha llegado la segunda parte y no sé si ha sido la película o he sido yo pero todo se ha desinflado por completo, se ha vuelto mucho más lenta, más monótona y más aburrida. Cada vez miraba más a menudo cuánto tiempo le quedaba, y desconectaba para encontrarme prácticamente en el mismo punto. Y el final me ha parecido una auténtica tomadura de pelo.

Es una historia que en realidad no creo que sea original, hay muchas producciones sobre el Holocausto, hay muchas producciones sobre gente que se ve obligada a huir de su país, y seguramente también sobre arquitectos, no tengo la menor idea. La sinopsis habla del monumento ambicioso del protagonista, pero creo que la ambiciosa es la película, 215 minutos de película no son fáciles de soportar, y he leído en alguna crítica que busca recordar al cine clásico, y se nota en cuanto ves que comienza con los créditos, algo que en la actualidad no es habitual, pero el monumento no es tanto como se han pasado meses pintando, no para mí al menos.

Pero entonces llegamos a la polémica, y aunque repito que Adrien Brody hace un gran trabajo estoy muy enfadada con ese trabajo, y con que se le haya valorado tantísimo y con tantas nominaciones. Lo siento, pero no compro que a un actor le tengan que poner IA para hacerle pasar por tal o cual nacionalidad. En la historia del cine ha habido muchos cambios de nacionalidad y muchos actores que han trabajado muchísimo ese aspecto, hasta llegar a olvidar su verdadera forma de hablar por un papel, y aquí usamos IA. Pues me parece un insulto a sus compañeros de profesión y a la profesión misma, y por eso no creo que merezca el Oscar. Y Felicity Jones mucho menos, he de decir. Eso sí, Guy Pearce consigue que odies a su personaje desde el primer segundo que aparece en pantalla.

Es una lástima porque venía con intención de odiarla, venía convencida de que no me iba a gustar desde hace mucho tiempo, y no me estaba disgustando, pero el conjunto, y desde luego una escena en concreto que me parece tan pero tan innecesaria y eso que ya me la habían contado, ha resultado decepcionante teniendo en cuenta que había logrado mi atención.

No por durar tres horas y media una película es mejor, igual que un edificio, por muy bonito que sea, si está vacío, no sirve de nada.

Valoraciones en tu crítica:

6 / 10
¿Tres horas y media para ese final? El director Brady Corbet nos quiere mostrar la vida del arquitecto húngaro László Tóth, que emigró hasta los Estados Unidos huyendo de la Segunda Guerra Mundial, dejando atrás a sus seres queridos, su esposa y sobrina.

Decir que esta historia no está basada en ningún personaje real, aunque la verdad es que lo parece por la forma en que se plasma la película, casi en modo biográfico y muy detallada en algunos aspectos.

Pero siendo real o no la historia en la que se basa la película que eso al final es lo de menos, "The Brutalist" ofrece una historia que para mi gusto va de más a menos, dejando un final completamente decepcionante. Que el espectador se trague tres horas y media no es para que todo esto lleve a un final tan insulso, incompleto y anodino.

La primera hora de la película se me ha pasado volando, de como se adaptaba László Tóth a su nueva vida en Estados Unidos, luego pues más o menos con sus altos y sus bajos se mantenía el interés pero en el momento en el que el proyecto de László Tóth se para, debido a un accidente con unos trabajadores parece que el guion cambia completamente el paso y la película se vuelve aburrida y va cuesta abajo y sin frenos. Más de una hora donde ves la decadencia de la película para terminar en la nada más absoluta.

Decir que a la película le sobran minutos es más que evidente, para ofrecer una película de más de tres horas y media y que merezca la pena tiene que ser como mínimo una película notable, y así comienza, pero no es fácil mantener el nivel si las ideas no las tienes muy claras de como acabar la historia de este arquitecto con mucho talento pero con muchas piedras en su mochila.

Las interpretaciones me han parecido correctas incluso notables, Adrien Brody ya sabe lo que es meterse en un personaje judío perseguido por la Segunda Guerra Mundial, lo hizo en la excelente película de Roman Polanski, "El Pianista", por lo tanto sabía por donde iban los tiros con este personaje, pero en este personaje además es un genio en su faceta y con las ideas muy claras. También me ha gustado mucho la actuación de Guy Pearce interpretando a Harrison Lee Van Buren el millonetis que le ofrece hacer a László Tóth un megaproyecto en honor a su madre.

Una pena que esta historia no haya ido a buen puerto y que al final se ha diluido como un azucarillo porque el comienzo era muy bueno, pero es imposible que la pueda recomendar cuando va de más a menos y el final es tan malo para tantísimos minutos de metraje, tres horas y media nada más y nada menos, pero es lo que le gusta a la academia de los Oscar, cuanto más larga la película mejor, aunque te lleve a la nada.

Valoraciones en tu crítica:

6.5 / 10
The Brutalist es una película dramática protagonizada por Adrien Brody, Felicity Jones y Guy Pearce.

Un arquitecto, judío y alemán, huye de la Europa post Segunda Guerra Mundial llegando a Filadelfia, en Estados Unidos, donde vive su primo y donde esperará la llegada de su esposa. Un día, un poderoso empresario le conocerá y le pedirá que diseñe un ambicioso edificio.

No pensaba verla. 3 horas 21 minutos me daban mucha pereza, pero cierta crítica me hizo cambiar el chip, y puestos a llevar adelante el Desafío de palomitacas, preferí ver esta antes que Wicked.

Pues voy a destacar dos cosas sobre todo, que es que aquí, al personaje de Brody y su trabajo, son tratados como artista y arte, no tanto como el medio para diseñar una estructura, que también. Esto es muy relevante a la hora de definir al arquitecto, al artista, cuando le cuestionan, por ejemplo, se comporta casi como un artista cuyo arte no es comprendido.

Seguimos a un protagonista roto, traumatizado, desubicado, pero también paciente. No quiere construir casas, quiere expresar arte, y a esa forma de expresión le llegará su momento, por lo que alguien con muchísimo potencial laboral, se conforma con simples nóminas hasta que llegue su momento.
La película podría haber no sido demasiado diferente si le hubieran encargado un cuadro a un pintor.

Al margen del personaje en sí, Adrien Brody. En otra vida fue superviviente del Holocausto. Está claro que su experiencia en El Pianista le habrá ayudado, pero qué manera de expresar dolor en una sonrisa, de expresar inquietud en una conversación cordial. Él ha hecho que sea un gustazo ver esta película en versión original. Sus gestos, su voz,.... qué disparate de actuación.

Al margen de lo mencionado, tenemos una película que se toma mucho tiempo para que conozcamos a los personajes. Quiere que los conozcamos, no quiere que veamos una historia pasar, quiere que entendamos la historia como si conociéramos de verdad a los personajes, especialmente Brody y Jones. Eso inevitablemente lleva tiempo, y vaya que si se lo toma. El probema es que vale, la interpretación de Brody es hipnótica, Pearce cumple también muy bien, la irrupción de Jones también aporta lo suyo, pero en estas películas tan largas, es difícil no llegar a ese momento en que quieres que todo se acelere un poco, que miras la hora, que este caminar por el pasillo podría haber durado 20 segundos menos,....

Además de todo lo mencionado, la película está también enriquecida por el choque de mundos. Tenemos al artista pobre y exiliado, en contraste con el adinerado que todo lo ha conseguido, y sus hijos que todo se lo han dado.

Una odisea de película no apta para todo el mundo.

Valoraciones en tu crítica:

4 / 10
The Brutalist es una película nominada a los Oscars que ganó dos, por su fotografía y música, parece ser la continuación de “El Pianista”, puesto que coincide con el actor protagonista (Adrien Brody) y tema, pero no, nada más lejos, se ve una clara intención por imitar el éxito de esta última y quizás no triunfó tanto, pero es que es normal, es soporífera y demasiado extensa, perfecta para echar una siesta o varias, puesto que dura tres horas y treinta y cinco minutos, aburre tanto que deseas que acabe en la primera media hora.

No la recomiendo, demasiado pesada.

Valoraciones en tu crítica:

7.5 / 10
Si no fuera por su excesiva duración podríamos estar ante una de las grandes obras maestras de lo que llevamos de siglo, mas todo lo que consigue pese a sus fallos tampoco merece ser pasado por alto. Su primer acto conforma una de las mejores introducciones que un servidor ha visto jamás en una sala de cine y no solo por lo que cuenta sino sobre todo por cómo lo cuenta, demostrando el valor artístico del cine con un apartado técnico de otro planeta, tanto en su uso de la fotografía como de la cámara y los planos. Una pena que argumentalmente derive demasiado en su parte final, aunque tampoco llega a naufragar por completo en ningún momento, si bien considero que su cima la alcanza antes de la mitad del filme. De Adrien Brody se ha hablado mucho por el uso de inteligencia artificial para mejorar su acento húngaro en postproducción, pero lo cierto es que en su faceta interpretativa está espléndido.
Arte, y como tal, sujeto al juicio del pueblo y no exento de imperfecciones. Para mí, imperdible.

Valoraciones en tu crítica:

Vaya añito este con los Oscars... Más de tres horas de peli que se escudan en hacer una reivindicación del arte para olvidarse de que también tienen algo que contar, y estaría bien que además lo hicieran con algo de interés. Pero aquí no, porque las escenas se alaaaaargan, los diálogos se alaaaaaargan y los minutos se hacen interminables. Le han metido hasta una pausa como a las pelis de antes, como cuando mi abuelo me contaba que fue a ver Ben-Hur al cine y había un descanso de unos 10 minutos para ir al baño, aunque algunos lo aprovechaban para salir de la sala y no volver sin que nadie los juzgase por abandonar la peli a medias. A mí poco me faltó para hacerlo con ésta. Y creo que lo habría agradecido, porque la segunda parte de la peli es todavía más espesa y no mejora el ritmo, al contrario, va cada vez más cuesta abajo. Pero el colmo es cuando usan el contexto de la posguerra para empezar a meter política y hablar de lo necesario que era la creación del estado de Israel y demás. De la ocupación del territorio palestino y las posibles consecuencias que podría tener (y ha tenido, como ya nos ha tocado ver) no dicen nada, está todo sesgadísimo y tiran al discurso más maniqueo posible. Lo siento, pero no. Entre ésta y Emilia Pérez menudo año de premios nos está quedando y menudas cabezadas me estoy echando en el cine.

Valoraciones en tu crítica:

The Brutalist es una película difícil de digerir. Pretenciosa, grandilocuente y con una estructura narrativa que empieza con fuerza pero termina perdiéndose en su propia confusión. Lo que arranca como un relato épico de inmigración y lucha por el sueño americano se convierte en un batiburrillo de escenas que a veces parecen insertadas al azar, como si el guion hubiese sido reescrito en mitad del rodaje sin rumbo fijo.

Adrien Brody está impecable en el papel principal, cargando con el peso de la historia con su presencia y talento. Su personaje es complejo, y el guion nunca deja claro si hay que empatizar con él o cuestionarlo. Felicity Jones, por otro lado, no termina de encajar en su papel. Hay algo en su presencia que no cuadra con la historia que intentan contar. Guy Pearce, como el enigmático y despiadado Harrison Van Buren, cumple pero sin llegar al nivel que algunos dicen. Su interpretación tiene momentos brillantes, pero a veces se siente demasiado calculada, como si supiera que está en una "gran película" y quisiera demostrarlo constantemente.

El mayor problema de la película es su desarrollo. La primera parte es prometedora, con una atmósfera que engancha y un planteamiento interesante. Pero cuando la historia se adentra en su segunda mitad, se vuelve errática. Hay escenas que parecen querer transmitir algo profundo, pero que en realidad no aportan nada. Los diálogos a veces son innecesariamente rebuscados, como si intentaran sonar filosóficos sin tener mucho que decir. Y luego está el epílogo, que simplemente deja más preguntas que respuestas, cerrando la película de manera torpe.

Eso sí, la ambientación y la música son de primer nivel. La dirección artística consigue plasmar a la perfección el estilo brutalista y la frialdad de la historia, y la banda sonora complementa bien la atmósfera opresiva. Pero al final, eso no es suficiente para salvar la experiencia.

Valoraciones en tu crítica:

8 / 10
The Brutalist hace honor a su nombre, no solo por el tema, sino también por el tipo de película que es.

Corbet ha decidido que quiere hacer una película enorme, megalómana, traer el cine de otra época a la actualidad, tiene ganas de arriesgar y yo lo celebro. Ya lo deja claro desde la decisión de rodar en VistaVision, más de 3h30' y con un intermission de 15', conceptos de un cine ya pasado.
Un guion y diálogos que te trata como a un adulto, no va a verbalizar nada extra (en 3h30' tiene tiempo para explicártelo todo con imágenes). Personajes la mayoría antipáticos, imágenes con mucho simbolismo, una fotografía y diseño de producción espectaculares, igual que la banda sonora. Pero a la vez que bonito de ver, todo está impregnado de una tosquedad que está ahí, al más puro estilo brutalista. Y pese a la duración, en ningún momento se me ha hecho larga.

También ha inventado esta película un nuevo tipo de polémica. Se ha utilizado IA para mejorar los acentos húngaros de Felicity y Adrien. Es cierto que desvirtúa un poco su actuación, pero creo que no mucho, la verdad es que los dos hacen unos papelones brutales (o brutalistas), al igual que Guy Pearce.

Valoraciones en tu crítica:

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