Green Book es una auténtica joya de humanidad, que esconde una historia en la que sucede lo imposible, los opuestos se encuentran y, sobre todo, ¡se forja una hermosa amistad! Totalmente increíble en este contexto tan particular de segregación en los Estados Unidos en 1962, es decir, este racismo ordinario, consentido e instalado en una población que es feliz con él... La película puede parecer obvia en su tema y en su planteamiento, pero al final es mucho más sutil y compleja, ¡con un estudio sensible de estas dos personas y de su historia! Una historia increíble, real y sin embargo tan improbable cuando se piensa por un momento en todo lo que separa a estos dos hombres. Su color de piel, su carácter, su educación, su origen social, su éxito, sus intereses, su estado de ánimo... están tan alejados. Uno es un pianista afroamericano, culto y refinado, pero pretencioso, engreído y creído, estancado en una imagen y una apariencia permanentes, mientras que el otro es, entre otras cosas, un chófer italoamericano, desenvuelto, sencillo y bonachón, pero xenófobo, que se toma las cosas y a las personas como son y a su manera, ¡sin hacer más preguntas de las necesarias! Pero los polos opuestos se atraen, y lo que les une aquí es el coche que les lleva de concierto en concierto, en el que se descubren y se domestican mutuamente, uno conduciendo con un muslo de pollo frito entre los dientes, el otro sentado atrás, recto y rígido como una i, ¡con la tela escocesa de cachemira extendida sobre las piernas! ¡Una imagen totalmente surrealista! La lista de adjetivos podría ser muy larga para comentar esta curiosa cohabitación y todos los intercambios que se produjeron, siempre muy sinceros y a menudo divertidos, que fueron cambiando poco a poco toda una serie de prejuicios e ideas preconcebidas, derribando las monstruosas e inaceptables barreras que regían este mundo impresentable, cuando pensamos en aquel librito, el famoso "Libro Verde", que indicaba los hoteles y lugares reservados a las "personas de color". Probarse un traje, comer con amigos blancos, salir por la noche... todo es muy complicado, pero es una afrenta perpetua con la que nuestro querido Don tendrá que lidiar a toda costa, con su ayudante Tony al lado, ¡siempre el testigo! Es a través de todas estas humillaciones que estos dos hombres intentarán vivir juntos, comprender sus diferencias y sus dificultades. Cada uno se medirá con el otro, analizando y midiendo su propia situación, sus propias condiciones...¿A quién hay que compadecer más, quién es el más negro de los dos? Esta confrontación les llevará naturalmente a poner las cartas sobre la mesa, a derribar todos esos prejuicios y estigmatizaciones de todo tipo, a intentar ser dignos y finalmente ellos mismos... Dos papeles de oro para Mahershala Ali y Viggo Mortensen, decididamente más reales que la vida y magistralmente dirigidos por Peter Farrelly, ¡lejos de sus comedias habituales! En resumen, Una película inteligente, conmovedora y profundamente humana... donde el placer procede de la sensibilidad y la calma con que se maneja esta relación inesperada. La proeza consiste en estar siempre en la cuerda floja de los buenos sentimientos sin caer nunca en ellos. Con gran sencillez, en el contexto del racismo americano, esta película nos recuerda, a través de que no puede haber inversión de la relación racial sin inversión de la relación social, lo que está en juego en la tolerancia y la fraternidad que conlleva la experiencia negra.

Entretenida road movie inspirada en hechos reales que nos relata la, a priori, improbable amistad entre dos hombres pertenecientes a mundos totalmente opuestos y cuyos destinos, separados pero condenados a entrecruzarse como si de dos retorcidos caminos se tratasen, los llevarán a compartir coche y carretera por el sur de unos Estados Unidos sumergidos todavía en plena época de segregación racial. Como toda road movie que se precie, ese viaje no será solo literal sino también metafórico, lo que permitirá a ambos protagonistas —unos geniales Viggo Mortensen y Mahershala Ali— embarcarse en una odisea de autodescubrimiento de la que saldrán convertidos en personas diferentes, derribando barreras al tiempo que construyen lazos y, del mismo modo, eliminando prejuicios a la vez que suman kilómetros.

En cuanto a todo lo referente a las polémicas acerca de si su Óscar fue o no merecido, si lo que vemos en pantalla se acoge a lo que verdaderamente ocurrió en realidad o si su desarrollo narrativo es predecible y poco arriesgado, no creo que haga falta ni entrar, ya que es una de esas películas donde lo importante es el mensaje y la sensación que te deja tras verla. Y, si de algo puede presumir 'Green Book', más allá de conseguir que sus dos horas se pasen volando y de contar con un perfecto equilibrio entre drama y comedia, es, precisamente, de situarse como una de esas experiencias cinematográficas que son capaces de calentar el corazón, purificar el alma y dibujarnos una sonrisa en la cara cada vez que pensamos en ellas.

Tengo que reconocer que no sabía que me iba a encontrar en esta película, incluso iba con las expectativas algo bajas, no se si eso ha podido jugar a mi favor y me he encontrado una película no solo divertida, si no con un trasfondo bastante interesante.

De todos es conocido el terrible problema de racismo que ha existido siempre en Estados Unidos y aún sigue existiendo, pero ha habido épocas en que las personas de raza negra eran tratados como auténticos apestados, daba igual la clase social en el que se encontraran.

En este largometraje dirigido por Peter Farrelly nos sitúa en los Estados Unidos de la década de los sesenta, donde el racismo estaba a la orden del día y no porque a lo mejor la gente fuera racista en sí, si no que se tomaba como normal despreciarlos y es lo que le pasa un poco a uno de nuestros protagonistas, Tony Lip, un italo-americano, que tiene dejes racistas y le ofrecen un trabajo bien remunerado, hacer de chófer durante dos meses alejado de su hogar, en la gira por varias ciudades de Estados Unidos de un prestigioso pianista, pero que es negro y no se puede alojar ni comer en cualquier sitio por este problema racial.

Interesante viaje en el que el espectador es un viajero más de esta historia real, donde se desprende una gran lección de vida, donde pasarán cosas que resultan totalmente surrealistas pero que han pasado y seguramente sigan pasando, debido a esta lacra, que es el racismo.

Me ha gustado mucho la buena conexión que tienen en todo momento Viggo Mortensen interpretando a Tony Lip, un tío bastante campechano y con unas formas poco diplomáticas en muchos momentos y Mahershala Ali interpretando al Dr. Don Shirley, el pianista, que es todo lo contrario a Tony, un tipo culto, con clase, muy correcto, pero con el problema del desprecio social por ser negro. Hay un momento en la película que es el cúlmen de como se siente Don Shirley, ***contenido con spoilers*** .

Pero aunque es una historia basada en principio en hechos reales y con un tono dramático y de denuncia social, también tiene cabida en muchos momentos situaciones cómicas de la mano de Tony Lip.

Todo un viaje para el espectador en el que desfrutará de la compañía de estos dos personajes totalmente diferentes pero complementarios. Entretenida de principio a fin y con algunos momentos musicales para amenizar el desarrollo. Sin duda totalmente recomendable.

Green Book es una película inspirada en el viaje que hiceron el gran músico estadounidense Doctor Don Shirley (interpretado por el gran Mahershala Ali que ganó un merecido oscar al mejor actor secundario por este papel) y Frank Anthony Vallelonga (interpretado por el también grande Viggo Mortensen) por el sur de EEUU en los años sesenta del siglo XX, y de la amistad que se fraguó en ese viaje.
Por lo que si bien es cierto que este filme sobre la amistad que surgió entre dos hombres pertenecientes a mundos totalmente opuestos se inspira hechos reales, pues no deja de ser una película y no un documental, por lo cual no debemos olvidar que muchas de las cosas que ahí se nos cuenta son sencillamente ficticias o bien dramatizaciones de cosas que sí sucedieron.
A mi personalmente me parece una historia bonita, sencilla, bien contada, con buenas interpretaciones, y que pese a lo dureza de lo que a veces te cuenta te deja con un buen sabor de boca, por lo que yo no tengo problemas en recomendártela porque creo que la disfrutarás tanto como yo la disfrute cuando la vi.