Atrás quedan los aperitivos a base de muñecas diabólicas, monjas de locas y lloronas vestidas de blanco, y por fin nos ponemos manos a la obra con el descubrimiento de un tercer caso, de nuevo muy extraño, ¡que involucra al matrimonio Warren!
Dado que las dos primeras películas de 'Expedienté Warren' constituyeron la base principal de este universo, en medio de spin-offs mucho menos sustanciales, la marcha de James Wan como director (por supuesto seguirá siendo productor y creador de esta nueva historia) y de los guionistas Chad Hayes & Carey W. Hayes (David Leslie Johnson-McGoldrick toma el relevo tras haber sido coguionista en 'Expediente Warren: el caso Enfield') podría haber hecho temer lo peor, sobre todo porque Wan pasa el testigo de la dirección a Michael Chaves, responsable de la insípida película spin-off sobre “La Llorona”, de la cual os dejé mi crítica hace pocos días. Sin embargo, aunque 'La Llorona' no dejó una impresión duradera (y con razón), ya podíamos detectar cierta familiaridad con los códigos del terror asociados a la dirección de James Wan, lo que convierte a Michael Chaves en un alumno aventajado e ideal para hacerse cargo de la saga madre.
Como era de esperar, el hombre hace todo lo posible para demostrarnos que está en el lugar que le corresponde desde la apertura de "Expediente Warren: obligado por el demonio". Chaves también se arriesga mucho al abordar directamente una secuencia de exorcismo. Visualmente, parece que se ha hecho de todo sobre el tema, y las películas centradas principalmente en este tema a menudo intentan repetir los clichés lo más fielmente posible, aunque sólo sea para impresionar al espectador con la imagen de las impactantes acciones de una persona poseída. Pues bien, sin añadir ninguna innovación trascendental a la mezcla, es justo decir que Michael Chaves ofrece una variante muy eficaz, obviamente con un guiño a los elementos básicos del género, pero también con un sentido definido del crescendo, donde la paleta de efectos sirve a una acumulación muy agradable de la espectacularidad sobrenatural. En resumen, nuestro reencuentro con los Warren, sumergidos en el corazón de la acción, ¡ya ha empezado con buen pie!
La introducción de "Expediente Warren: obligado por el demonio" también marca un cambio en el argumento con respecto a las dos entregas anteriores. La película comienza con lo que suele ser el clímax de una investigación de Warren, y podría pensarse que este pasaje no es más que un entremés antes de la revelación de un nuevo caso más central. Pero no es así en este caso, ya que de hecho es el verdadero punto de partida que llevará a nuestros investigadores sobrenaturales a explorar tanto las causas como las consecuencias a lo largo de la película.
En esta nueva estructura narrativa de la saga, rastrear los orígenes de este mal va a ser la mejor y principal búsqueda de esta tercera película, sacando sorprendentemente el patrón de las aventuras de los Warren de su zona de confort habitual y adentrándose en lo que parece más un thriller basado en el ocultismo. Porque, aunque sigue tratándose obviamente de fuerzas sobrenaturales siempre dispuestas a manifestarse para intentar emocionar al público, la amenaza que acecha tras ellas es en realidad de otra naturaleza e incluso, casi irónicamente, se convertirá en uno de los adversarios más duros de los Warren.
Frente a este peligro inesperado que juega en el mismo campo que ellos, el vínculo afectivo forjado entre el espectador y la pareja a lo largo de la franquicia será de suma importancia, convirtiendo el poder de Lorraine en un elemento crucial para resolver el caso durante algunas excelentes escenas (que seguramente serían más difíciles de aceptar en otras películas) y convocando el apoyo que los une frente a manipulaciones fantásticas particularmente enrevesadas. Como de costumbre, Vera Farmiga y Patrick Wilson sobresalen en este papel, a pesar de algunos pasajes menos sutiles de lo habitual (el empalagoso encuentro), al transmitir la ternura amorosa que une a sus personajes, incluso en las pruebas más increíbles.
Inclinándose ahora más hacia el género del terror y el thriller, "Expediente Warren: obligado por el demonio" sigue un camino trillado, salpicado de recreaciones y encuentros (apostaríamos un barril de agua bendita a que ya se está planeando un spin-off sobre la juventud del personaje de John) antes de que un giro inevitable revele lo que había detrás de todo, Sin embargo, el conjunto está bastante bien ejecutado, con algunos momentos realmente destacados y grandes ideas (el bosque, la morgue, las apariciones del adversario, el último acto, etc.) para engancharte de verdad.
Sin embargo, éste es quizá el límite de Michael Chaves frente a su modelo James Wan: es un director de "buenos momentos" donde Wan supo crear una atmósfera constante, ya sea en la sensación de una época (Chaves intenta apropiarse de los artificios de su predecesor sin igualarle) o en la impresión de que lo paranormal podría invadir la pantalla en cualquier momento (aquí, a pesar de su éxito, se tiene la sensación de que cada pasaje impactante está pensado como un segmento para destacar sobre el resto).
En cuanto a la parte de las "consecuencias" de la historia, que ni siquiera he tocado todavía, es probablemente donde Chaves se muestra más inseguro, sin saber muy bien qué hacer con los conclusiones de este caso, que son potencialmente fascinantes de explorar pero que se tratan con precipitación. Utiliza el punto de vista del joven Arne como mero pretexto para llenar la cuota de terror estándar, con apariciones mucho menos logradas que el resto (también hay que señalar que Arne y su entorno "humano" luchan por ser tan entrañables como las familias de las otras películas).
La ausencia de James Wan tras la cámara se hace notar, por tanto, y es perfectamente comprensible que, unida a algunas otras torpezas, esta tercera película sea considerada un "Expediente Warren" más flojo que los otros dos episodios pero, al optar por ir en contra de ciertos estándares establecidos por la franquicia, "Expediente Warren: obligado por el demonio" ofrece por fin un lote de nuevas, interesantes e inesperadas variantes a este universo, moviendo el cursor desde el simple largometraje de terror hacia nuevos horizontes que podrían sacudir aún más las investigaciones de los Warren en el futuro.
Y luego, en caso de que necesites absolutamente una constante a la que aferrarte a través de estas películas para tranquilizarte, siempre estará el indestructible ancla emocional representada por el poder del vínculo sentimental de los Warren. Al fin y al cabo, aquí, incluso más que antes, sacan a relucir el mejor lado de humanidad, capaz de superar las múltiples caras del mal...

Ed y Lorraine Warren, nuestros expertos en demonología y en generar canguelo favoritos, regresan con la esperada tercera entrega de la franquicia 'The Conjuring', relatándonos en esta ocasión la historia real de Arne Johnson, un hombre acusado de asesinato que alegó haber cometido el crimen obligado por el demonio. Esta propuesta permite que la película rompa un poco con la línea de las dos anteriores, enfocándose más a cambio en la investigación del caso y convirtiéndose así en algo cercano a un thriller policial con tintes paranormales, aunque manteniendo, eso sí, la enorme química entre Vera Farmiga y Patrick Wilson, cuyo carisma consigue llenar toda la pantalla.

El nuevo punto de vista que toma esta entrega tiene mucho que ver también con el cambio en la dirección, ya que esta vez es Michael Chaves y no James Wan (director de las dos primeras, 'Insidious' o 'Saw', entre otras) el encargado de contarnos la historia, algo que se nota mucho en la construcción de la atmósfera. Ambos directores recurren al clásico jump scare, pero la diferencia es que Wan sabe crear un mejor ambiente de tensión e inquietud y eso le da mayor efectividad a los sustos, cosa que Chaves prefiere sacrificar para así intentar buscar una mayor profundidad argumental. Esto dividirá seguramente a los seguidores de la saga, ya que estamos ante la película más pausada y menos terrorífica de la trilogía, pero, en cualquier caso, 'Expediente Warren: Obligado por el demonio' sigue funcionando bien como drama y logra situarse por encima de la media de un género cada vez más explotado y falto de ideas.

La película más floja de la trilogía. Se nota el cambio de director, no tiene la chispa que tenían las historias de James Wan, y la temática legal/carcelaria no me ha enganchado. La película es entretenida, per pierde mucho frente a las dos anteriores.

Lo mejor es el carismático matrimonio Warren, que son el pilar de la película.

Tercera entrega y la más floja en mi opinión,empieza bien pero se desinfla cierto es que da las dosis de terror y acción justas y consigue entretener pero necesito algo más,el tema posesión pienso que ya ha sido muy explotado por otras películas y eso es su mayor enemigo. Los actores sobre todo nuestra pareja favorita llevan muy bien el peso argumental y no decepcionan.