Esta es una gran película: "Sleepy Hollow, la leyenda del jinete sin cabeza", una película de Tim Burton con Johnny Depp en el papel principal. La cinematográfica historia de amor que comparten estos dos hombres es conocida por todos, por supuesto. Una magnífica historia que nos ha regalado innumerables obras maestras: la conmovedora "Eduardo Manostijeras", la sencillamente extraordinaria "Ed Wood", la singular "La novia cadaver", la maravillosa "Charlie y la fábrica de chocolate" o esta, la increíble "Sleepy Hollow". "Sleepy Hollow" data de la época dorada del dúo Burton/Depp, un periodo prolífico en grandes películas, digamos que "Sleepy Hollow" es un magnífico homenaje al cine de terror inglés de los años 60, especialmente a las películas de la Hammer. Una impresión que se hizo cierta con la presencia en el reparto del mítico Christopher Lee: una aparición ciertamente inútil, pero que no dejó de alegrarme. Por supuesto, Johnny Depp está brillante: su interpretación es increíblemente original para la época, aportándonos el humor que podía faltar en la obra en cuestión. Una actuación refrescante y muy agradable que nos muestra todo el talento del intérprete. En cuanto a la escritura, es la misma: increíble, sin ningún defecto real, casi perfecta. Los diálogos son excelentes, a veces casi poéticos, el escenario, enrevesado e imaginativo, es sencillamente brillante. Hecha de un humor tan bien medido como pensado, dotada de una ridiculez asumida y sorprendente, "Sleepy Hollow" merece la pena sobre todo por su lado fantástico, que reivindica sin tapujos. Mezcla fantasía y realidad a la perfección, dándonos un resultado final grandioso e impresionante. Una película que a menudo resulta fantástica, un aspecto típicamente burtoniano: el horror de la película tiene un lado divertido y genial, la violencia, casi omnipresente, se muestra de una forma tan divertida, y es tan rebuscada que resulta, en muchos sentidos, agradable. Los asesinatos, por ejemplo, son tan imaginativos como burlones, y ahí reside el genio de Burton: hacer lo que pocos antes habían intentado, y conseguido. Pero ojo, su talento no sería el mismo si no consiguiera también crear una atmósfera realmente inquietante, debido sobre todo al propio talento de Burton, y a la extraordinaria iluminación. La banda sonora de Howard Shore también influye, por supuesto, y al final es grandiosa, hermosa, casi conmovedora, el tipo de música que se puede escuchar durante horas, hipnotizado y fascinado por el talento del artista. La música recuerda ligeramente a la compuesta para el "Batman" de Burton, pero al mismo tiempo destaca por su sentido de la desmesura sencillamente dantesco. La atmósfera es, pues, palpable y delirante; Burton juega perfecta y meticulosamente con todos los elementos antes mencionados, tanto los increíbles decorados, que ahora mencionamos, la atmósfera -atípica y fantástica, típicamente "burtoniana", reflejo de su genio- como la interpretación, la música o la iluminación, elementos todos ellos sublimados por la extraordinaria dirección del hombre.

Tim Burton en estado puro en su época más dorada, los 90, donde firmó varias de sus películas más conocidas, y esta es una de las más icónicas.

La historia del jinete sin cabeza y el pueblo de Sleepy Hollow le dan total libertad para actuar a su antojo con una ambientación oscura y gótica de las que le gustan y son sello de su cine.

Christina Ricci y Johnny Depp hacen buen tándem, este último también en su salsa con uno de sus personajes excéntricos, aunque bastante más comedido que en otras ocasiones, y ella que venía de hacer La familia Addams y Casper. Pero es que también tenemos a Christopher Walken, Miranda Richardson, Richard Griffiths, Michael Gambon y Christopher Lee, ahí es nada.

La verdad es que hace mucho que no la veo, pero dentro de que me gustan mucho las películas de Tim Burton, es de mis favoritas, y aunque la oscuridad siempre ayuda mucho a ocultar errores, los efectos están bastante bien, y creo que no ha envejecido mal.

Adaptación de un relato clásico de terror gótico de la literatura estadounidense de la mano de Tim Burton, que de cosas góticas sabe un rato. Burton, firmando una de sus películas más icónicas y recordadas, nos sumergía de lleno en una investigación criminal a la antigua usanza (finales del siglo XVIII) donde el agente Ichabod Crane, encarnado por un gran Johnny Depp, debía intentar resolver una serie de extraños crímenes que asolaban el oscuro y remoto pueblo de Sleepy Hollow. Un siniestro escenario cuya ambientación, muy en la línea del característico estilo de Burton, daba lugar a un tétrico universo de jinetes infernales, nieblas perpetuas, tenebrosos parajes y laberínticos bosques donde las ramas de sus árboles se retorcían tanto como la imaginativa mente de nuestro querido Tim.

Recuerdo que cuando vi esta película de niño me costó dormir esa noche porque el canguelo producido era importante, gracias, sobre todo, a la inolvidable imagen de Christopher Walken haciendo de jinete sin cabeza (la verdad es que ese hombre sigue dando miedo hoy en día) y a la potencia visual de todo ese universo creado por Burton. Puede que en la actualidad ya no cause esa impresión, pero no cabe duda de que 'Sleepy Hollow' todavía conserva intacta esa magia especial que Burton logró rescatar del cuento original y que, gracias a su genial diseño de producción (ganador del Óscar correspondiente), sigue evocando a un lugar perdido de una época ya olvidada. Fantástica y fantasmagórica atmósfera para este encantador relato gótico, tan inquietante como disfrutable, que ningún amante del cine de Burton debería perderse.

Una de las mejores colaboraciones entre Tim Burton y Johnny Depp para adaptar una novela gótica clásica con una ambientación magnífica. Sólo por eso ya vale la pena. Y con la presencia de un icono del terror como Christopher Lee. Además es una película muy entretenida con algunos giros argumentales interesantes.